Capítulo 4: Una noche tormentosa

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Lo prometido es deuda... estoy de vacaciones así que sigo con maratón.

Ocho votos para actualizar y diez para que sea más rápido.

Los comentarios me encantan!!!



Aquella noche Boun no se quedó a trabajar hasta tarde.  Estaba cansado, confuso y sentía un impulso irresistible de ir de nuevo a esa tienda, aunque los números del reloj fuesen dando paso minuto a minuto a la madrugada.

Alargó la mano para coger su teléfono móvil de la mesilla.  Tardó unos segundos en conectarse al wifi.  Acababan de instalar el router y era normal pero en su impaciencia los segundos le parecieron horas.

Introdujo el nombre del local en el buscador.  "Dulces deseos".  Alguien que ponía ese nombre a un negocio tenía que ser como un osito de peluche.

El negocio había estado a nombre de Prem Warut y de otra persona hasta el año pasado, donde Prem Warut se había convertido en administrador único.  Utilizó su clave para consultar el estado financiero de la tienda.  Era excelente.  Daba ganancias incluso cuando el socio se fue con su parte.

Prem Warut era un chico normal.  No había ninguna clase de expediente de datos ni registros a los que Boun podía acceder con su número de colegiado.  Eso era bueno.  Ni deudas, ni problemas.  Ni una multa.  Solo una propiedad, tienda con apartamento y alquilado el local anexo con derecho a compra si cumplía los pagos con diligencia. La propiedad estaba hipotecada pero los pagos al día.  A pesar de su juventud, ni una mancha en un registro de deudores.

Respecto a la tienda, todo eran buenos comentarios y palabras de admiración.

En su último sitio al que podía acceder como abogado, el censo, le costó encontrarlo pero lo hizo.

Había nacido en la zona rural, cursado hasta secundaria en su localidad natal y un curso de marketing y negocios en la Universidad para Omegas de Bangkok. 

Luego había abierto la tienda, antes de la veintena.

Soltero.

Por alguna razón, esas palabras le causaron una oleada de placer que tenía mucho de erotico.

Se puso a revisar números.  Quería hablar con algún amigo pero a la vez quería mantenerlo para si mismo.  Sabía que lo que sentía era especial, pero dado su pasado seguro que le dirían que era un picor de bragueta.

No, aún no se sentía listo para compartir a Prem con los demás.

Su cuerpo reaccionó con una especie de tensión y un gruñido.

En el espejo frente a él sus ojos se volvieron amarillos.

"Mío".

-Tengo que calmarme.   -se tapó la cara con el almohadón - Nang está dormido y estamos solos.  No puedo asustarlo, ni salir a correr. Y mucho menos escuchar a su cuerpo, salir y correr hacia el apartamento sobre la tienda de dulces.

Su cuerpo respondió con un escalofrío... y una erección.

Aseguró la puerta y se metió en la ducha.

Unos metros más abajo, Prem era víctima de unos sueños húmedos y poco frecuentes en el.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora