El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||

Capítulo 33: Todo lo que desees

Sorpresa!!!

El silencio en la casa de Boun era balsámico, reparador.  Mientras Prem esperaba en el sofá, Boun se hizo cargo de Nang.

-Al fin se ha dormido -Boun sonrió con picardía -volvemos a estar solos.

-¿De verdad quieres una boda tradicional solo por mi?

-Sí, y ni se te ocurra decir que no necesitas que lo haga.  Quiero hacerlo.  Hasta ahora no me gustaba la idea pero te veo y se que es lo que deseas, te imagino ese día y mi corazón explota.

-No solo tú corazón ...

Prem acarició el bulto en los pantalones de pijama de Boun.

-Es algo inevitable, sucede de manera automática cuando te tengo delante así, en albornoz y sonrojado...

Boun le apretó el muslo y Prem jadeó.

-Pero una boda tradicional lleva mucho dinero y mucho me temo que la dote de mi padre va a ser mínima.

-Soy rico.  Somos millonarios, Prem.  De verdad.  No había querido avasallarte con detalles pero mis ingresos no vienen sólo de mi trabajo.  Soy accionista de la empresa familiar,y el heredero único de todo lo que dejo mi madre.  Podría pagar más de una boda.

-Pues quizás tengas que hacerlo. ¿Has visto como Mark miraba a Gun?

-Eso sería una casualidad muy extraña. Y apenas conozco a mi hermano...

-Los omegas solemos darnos cuenta de esas cosas.

-Volvamos a la conversación.  Te voy a dar todo lo que los dos hayamos soñado.  Mañana contactaré con algún wedding planner.

-Me gustaría una boda religiosa en un templo, con trajes adecuados, y luego una celebración civil en el altar que los restaurantes ponen. 

-Me parece perfecto.

-Nang no puede quedar desplazado.  Tiene que formar parte de la boda, nada de ponerlo en la mesa de los niños.

-Por supuesto... me alegro tanto de que hayas aceptado tan bien a Nang.

-El es parte de ti.  ¿Cómo no amarlo? Es mi hijo ya.

Boun no se resistió y le besó.  Prem quedó recostado en el sofá con Boun encima.

-Y supongo que tendrás un restaurante favorito...

-No te rías. Hace años una amiga se casó en Cupido Palace. Es muy cursi y todo está decorado como una fiesta de San Valentín pero por eso precisamente es como lo que sueño.

-Puedo lidiar con eso.

-Pero es caro...

-Ya basta con eso.  Mañana mismo te transferiré algo de dinero antes de que podamos tener una cuenta común. Conservaremos cada uno la nuestra y luego una común.  Este dinero es para ti, para que puedas cuidarte como mereces.

-Boun....

-No digas que es demasiado porque nada es demasiado para ti.

Prem aceptó su beso.  Boun le levantó en brazos y le llevó a su cuarto, cerrando la puerta.

Le dejó caer en la cama.  Se quito la poca ropa que llevaba y Prem comprobó que su arma estaba lista y cargada, preparada para inundarle por dentro.

Gimió. El ambiente en la habitación se volvió de una densidad insoportable. Olia a amor, sexo, deseo, feromonas, una explosiva mezcla que les arrastraba sin pensar más que en ellos dos.

Prem suplicó como si estuviera pidiendo por su vida, mientras Boun le besaba.  Le abrió las piernas, se las levantó y las colocó sobre su espalda.

-Quiero verte la cara.

Prem asintió y sus pies se encogían y recorrían las piernas de Boun con cada uno de sus empujones.  Entraba tan fácil, como si estuvieran predestinados a encajar.

Disfruto de esa sensación hasta que su cuerpo se disolvió en mil moléculas para volver a recomponerse.  Había sido probablemente el orgasmo más intenso hasta la fecha, exceptuando la sensación inenarrable de la mordedura.

Se quedó dormido casi de inmediato, acurrucado contra Boun.