Prólogo

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Prólogo:


Joseph Jones:

Hace muchos años un día de septiembre la conocí a ella, lucía un vestido azul y su cabello café colocado en una coleta alta entrando a la escuela. Yo jugaba baloncesto y no pude evitar querer jugar con ella.

Pero mi forma de jugar cuando niño era bastante complicada, tomé la pelota y se la lancé directamente a la cabeza.

Ella ni siquiera la vio venir y cuando se giró hacia mí completamente enojada sonreí y me burlé de ella. Justo en ese momento comenzó nuestra guerra.

Una guerra que ha tenido lugar durante más de 10 años. Hemos compartido nuestros momentos de alegría y tristezas.

Siempre estando en contra del otro por vocación, solo estando de acuerdo cuando alguien se metía con el otro. Nadie molesta a mi tonta, solo yo.

Unos años después la guerra se volvió más divertida, ya la guerra no era solo en lugares públicos, ni solo con bromas. Ahora la guerra también se existía en la casa, en nuestros cuartos y en la cama. Ahora las bromas pasaron a ser el motor impulsor de esta relación que se siente pero no se tiene.

Por una vez decidí ser sincero y decir lo que siento, pero ella no está preparada para afrontar sus sentimientos. ¿Las guerras siempre tiene un perdedor? ¿Quien pierde? El que se enamora o quien no sabe que siente.


Andrea Milton:

Cuando lo conocí encontré a mi compañero de mil peleas, con quien jugar por el resto de mi vida. Pero un día se marchó. Se alejó de mi, dejándome con un vacío en el pecho.

Y aún después de muchos años no soy capaz de perdonarlo, cada una de mis bromas, cada una de nuestras peleas es mi forma de culparlo por lo mucho que lo extrañé durante todo ese tiempo.

No puedo aceptar algo que no siento ¿no? Pero la vida siempre te demuestra que estás equivocada. Una vez más descubrí que él puede hacer de mi lo que quiera (nunca aceptaré esa realidad) porque eso sería decir que perdí. Y en esta guerra no puedo ser la perdedora.


AMBOS:

— Luchadores por naturaleza, fuertes gracias a la vida, creamos esta guerra para divertirnos, pero ahora se volvió más que eso — Él la mira con una sonrisa.

— Se volvió todo lo que necesito para seguir a tu lado —aclara esta sonriente.

— Intentando ser el ganador —Le da una mirada retadora recibiendo una igual por parte de la mujer a su lado.

— No perdería la oportunidad, jamás, de ser la ganadora.

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