Joseph
Ha pasado una semana y por fin es mi cumpleaños, bueno, amante a las fiestas, pues no soy, amante a la bebida, tampoco, amante a hacer algo en mi cumpleaños, pues menos.
Así que comencé a hacer lo que hacía todos los días, levantarme, vestirme e ir a la escuela. Era viernes y saldríamos temprano de clases. Pasé a buscar a Anthony, pero antes de que pudiera cumplir mi objetivo fui alcanzado por cierta persona muy alegre.
— ¡Feliz Cumpleaños, idiota! —Me abrazó por detrás y sonreí inconsciente, no pude evitarlo, amo cuando se pone cariñosa, no es demasiado seguido—. Haremos algo está tarde —dice ella caminando a mi lado.
— No —dije yo—. No me gusta hacer nada para mi cumpleaños.
— No me importa lo que pienses, haré lo que yo quiera —dice ella ignorando mi punto de vista, o sea ¿no se supone que es mi cumpleaños y debería hacerse lo que a mí me gusta?—. Buenos días Anthony —Lo saluda ella primero que yo, ya que yo estoy mirándola fijamente y analizándola.
— Buen día Ani, Feliz Cumpleaños Jey —Me felicita él chocando los cinco conmigo y sonrío.
— ¡Chicos! —chilla Leroy detrás de nosotros—. Esta noche tengo un partido de baloncesto, ¿vendrán? —¿En serio? Esta noche, prefiero quedarme en casa, pero Ani ignora mis pocas ganas de ir.
— Claro que iremos —dice ella muy feliz—. Es el cumpleaños de Jey, felicítalo —Le dice entre dientes como si no pudiéramos oírla los demás.
— Oh, felicidades Jey.
— Gracias —No me gustan los cumpleaños, odio tanta atención—. Pero no sé lo anden contando por ahí a todo el mundo —Me giro completamente hacia Ani—. ¿Entendido?
— Aburrido —dice poniendo los ojos en blanco.
Caminamos hasta la escuela y en verdad tengo que agradecer que no siguiera por ahí contándoselo a todos, pero igualmente recibí algunas felicitaciones más de Miguel y otras chicas, que de seguro también se lo dijo ella.
< Esta tonta no aprecia su vida. > Más bien sabe que no la dañarías.
Salimos de clases, voy con mis audífonos puestos a todo volumen y cuando estoy caminado, sólo, hacia mi casa siento la presencia de alguien tras de mí.
Y la presencia se vuelve una persona que choca conmigo hasta dejarnos a los dos en el suelo.
— ¡IDIOTA! —chilla ella feliz.
— Estamos en el suelo —La regaño.
— No me escuchaste, te estuve gritando por dos cuadras —dice ella agitada con la respiración a mil.
— ¿A qué viene tanta felicidad Ani?
— Mis padres prepararon una cena para ti, ¿vendrás no? —asentí con la cabeza, moriría de hambre si no voy—. Perfecto, de ahí podemos salir juntos al partido de Leroy. Anthony me dijo que se adelantaría.
— Está bien —caminamos uno al lado de otro un poco más.
— Tengo algo planeado para luego del partido —La observé curioso.
— ¿Algo interesante? —alcé una ceja, yo prefiero celebrar de otra manera, un beso suyo haría mi cumpleaños más feliz.
Golpea la parte trasera de mi cabeza.
— Eso fue muy pervertido Jey —Me regaña, obviamente le gusto, aunque lo niegue pero sus cachetes colorados me dicen que comprendió perfectamente.
— Nos vemos más tarde para la cena, Andrea —pronuncié su nombre mirando directamente a sus labios, saborearlos sería un delirio para mí.
Me alejé para ir a mi casa. Y antes de entrar mi teléfono sonó.
— Hola —saludo a quien fuera, no me fijé.
— ¡Hermanito! —grita la voz dulce de Blanca—. Feliz Cumpleaños. Papá te ha mandado un regalo, dice que te llegará en dos días.
— ¿Regalo? —pregunté, hacía mucho tiempo que no recibía un regalo de mi padre.
— Oh, si, seguro que te encanta, yo sé que es —dice ella contenta, muy feliz la verdad.
— Pues cuéntame —insistí.
— Pronto lo verás —Y cuando estoy a punto de protestar continua—. Pásala muy bien, hermano, ven a visitarme.
Cuelga la llamada sin dejarme quejar, y pues si, hoy todos están en contra de que haga lo que quiero. Frustrado paso la mano por mi cara. Mamá dijo que hoy no podía venir, pero que mañana llegaría temprano y que nos iríamos a comer fuera.
(...)
Me vestí lo más elegante y formal que pude para la cena sin dejar de verme casual para ir a un partido. Así que el color gris oscuro fue mi mejor opción.
Salí de casa para llegar a la de Ani, ella estaba esperándome en la puerta, su cabello estaba ordenado en una coleta, sus ojos un poco maquillados y con un vestido azul oscuro muy ajustado en sus caderas. Se ve preciosa. Muy hermosa.
— ¿Te vistes así para mí, o porque es mi cumpleaños? —relamí mis labios haciéndola esperar—. Debería ser mi cumpleaños todos los días.
Ella me regalo una sonrisa. Fuimos dentro y después de una cena "tranquila" -Cabe destacar que nada que incluya a los padres de Ani será tranquilo- con su familia salimos para al partido de Leroy.
Teníamos puestos reservados en las primeras filas, ahí nos esperaba Anthony.
— Iré a por las bebidas —dice Ant alejándose de los dos.
— ¿Aún te gustan los partidos Jey?
— Siempre me han gustado, hace mucho tiempo que no venía a uno —recuerdo que cuando pequeño mi padre me llevó a muchos, pero luego de su separación mamá ya no me traía.
— ¿Qué más te gusta hacer Jey? —Me preguntó apoyando ambos codos sobre sus rodillas e hice el mismo movimiento.
— Bueno, escuchar música, leer, entrenar y estar en guerra contigo —Ella me observó.
— A mí también me gusta que siempre estemos en guerra —Me regaló una sonrisa y no pude evitar quedarme observándola directamente a sus ojos.
Me encanta detallarla, ver cómo siempre algunos mechones caen sobre su frente, que sus ojos cafés brillen demasiado y que sus mejillas se tornen rojas cuando la observo así, y además de que sus labios parecen sacados de una revista de súper modelos.
— Somos dos planetas en guerra Jey —dice.
— ¿Sabías que de la colisión entre dos planetas salen las estrellas? —Ella niega—. Saldrá algo hermoso también de aquí —Le aseguré.
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Lamento no haber actualizado ayer, pero hoy llega actualización doble😉
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...