Andrea
< Oh querido idiota, esta me la pagarás caro. > Pienso al salir de su casa luego de insultarlo. < Si que me las pagarás. >
Vuelvo a mi casa y me topo con mi padre en el pasillo.
— ¿Pero que te pasó? —tiene la risa en los labios pero sabiamente al ver mi cara de enojo se la contiene, niega ligeramente con la cabeza y saca su billetera, dándome un par de billetes de los grandes—. Ve a la peluquería y arregla ese desastre.
Bufo pero tomo el dinero.
— Lo tomaré, pero me ofende muchísimo —digo tratando de bajar mis zumos.
— Yo voy a arreglar el baño —dice cansado con una llave en la mano y de repente se me enciende el bombillito.
— Oh Jey, lo que te espera —mascullo con una sonrisa y mi padre me mira con algo de temor.
— Odio cuando sonríes como psicópata —comenta y suelto una carcajada, sí que se las vería cruda el idiota de mi vecino.
— Voy a cambiarme y saldré, regreso en unas horas —aviso besando la mejilla de papá mientras me dirijo a las escaleras.
— Algún día una de esas bromas saldrá mal Ani —avisa mi padre, claro que saldrá mal, pero para él.
(...)
— Ani ¿quién te hizo esto? —lloriquea dolida mi amiga, Cloe, mientras mira las puntas de mi cabello ahora azules y endurecidas por la pintura, por suerte siempre comienzo lavando las puntas de mi cabello, si no tendría que raparme.
< Maldito idiota. >
— Fue el molesto de mi vecino, pero ya verás, de todas maneras era momento de un corte.
— Amiga, hazlo sufrir por favor, tu cabello no merecía esto.
— Te lo prometo Cloe, te lo prometo.
(...)
Regreso a casa donde mi familia junto a Jey cenan en la mesa.
— Llegué —aviso y voltean, se le ve sorprendido al idiota.
Ahora mi cabello está un tanto más corto y varios mechones de cabello sobresaltan con un color azulado entre las numerosas ondas que me dan un aspecto juvenil y retador.
Luego volvería a dejar mi cabello castaño completo, pero por lo menos le demostré que cualquier dificultad que me ponga la usaré a mi beneficio.
— ¡Pero que linda estás! —exclama mi madre sorprendida.
— Ya era momento de un pequeño cambio hija —Mi padre me guiña un ojo.
Y el muy idiota solo vuelve su mirada a la comida, eso es lo que quería, si me hubiesen quedado mal ya se estaría burlando, en el caso de Jey el silencio otorga.
< Lo que te espera. >
Sonrío vencedora y me siento a cenar, de vez en cuando siento la mirada de mi vecino sobre mí, y eso sólo me da más poder.
— Terminé —aviso y salgo del comedor yendo hasta el sótano donde busco entre las herramientas de mi padre y encuentro la llave ajustable, una de mis comisuras se eleva.
< Te arrepentirás, Jey. >
(...)
Son la 2.13am y he terminado de escribir mi nuevo capítulo de la historia que subo a Wattpad, me estiro y miro a través de mi ventana, las luces se apagan y ha llegado mi momento.
Bajo a la cocina y encuentro dos lingotes de pollo. Con sumo silencio salgo de mi casa y salto la cerca que divide la casa de mi molesto vecino y la mía, lo bueno de que mis padres me apuntasen en gimnacia por un año fue la agilidad que adquirí.
Subo al árbol que da a la segunda planta donde está la habitación de Jey y abro con cuidado la ventana, él está acostado y duerme placentero.
Lo bueno es que si no mal recuerdo duerme como tronco, y a mí siempre se me ha dado bien el sigilo.
< Hora de efectuar mi plan. >
(...)
— Hola Ani —saluda mi amigo pelirrojo mientras me ve salir de mi casa dando brinquitos—. Woow, ese estilo te queda fenomenal —expresa sorprendido.
— Gracias —digo sonriente y entrecierra los ojos hacia mí, luego se le nota sorprendido, como si hubiese visto un fantasma.
Revisa el reloj en su muñeca, luego el de su móvil.
— Espera un momento, es temprano, ¿se va a acabar el mundo o que? —pregunta incrédulo y bufo.
Miro mi reloj y le hago una ceña para que haga silencio, él frunce el ceño, confundido, pero obedece.
A estas horas pocas personas en el barrio están despiertas por lo que hay mucho silencio, o por lo menos lo hubo hasta que un "¡Maldición!" llegó a mis oídos y mis comisuras se elevaron.
< Música, dulce música. >
Miguel va a hablar pero lo mando a callar nuevamente.
— ¡Andrea! —oigo mi nombre por la voz de mi vecino y suelto una carcajada.
Se asoma desde la ventana del baño, molesto, y yo toda orgullosa y elegante le muestro el dedo medio.
Le doy la espalda y monto en la parrilla de la bicicleta de mi amigo.
— Ahora sí, vámonos.
— ¿Qué le hiciste? —cuestiona dando al pedal.
— Ya lo verás Miguel, ya lo verás —canturreo divertida
(...)
— ¿Pero que es ese olor? —Se oía murmurar a las personas de la clase cuando entró Jey con un fuerte olor a pollo, me da una mirada tajante y se dirije a donde se haya ¿Anthony? Creo que así lo han llamado los profesores al referirse a él.
Su amigo luce una sonrisa divertida mientras lo ve acercarse, me mira y luego a su amigo, se nota que quiere partirse de la risa, él debe saber de la pequeña guerra entre Jey y yo.
— Eres, una mala, persona —dice pausado Miguel a mi lado mientras observa a Jey de reojo y los compañeros se quejan del fuerte olor que invade sus fosas nasales.
— Lo gracioso es que ese olor le durará de dos a tres días sin importar cuanto se bañe —río por lo bajo.
Volteo a ver al grandísimo idiota que se sienta al final del aula y choco con su mirada ofreciéndole una sonrisa declarándome la puta ama, él escribe algo en su móvil y poco después me llega un mensaje.
[Contacto: idiota]
Esto no se quedara así tonta.
8.22am√√
Leo aquel mensaje y niego ligeramente con la cabeza para luego responder.
[Yo:]
Claro que no idiota, aún tengo mucha artillería pesada guardada, prepárate.
8.23am√√
Nota de autora
¿Se imaginan que les hagan estas bromas?,😏
Lo mato😇
Pregunta: ¿Que harían si alguien les hiciera una broma así?
Dejen sus reacciones
Nos leemos pronto💜
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...