Joseph
(Último año de Primaria)
— Joseph Jones —Me llama el entrenador de lucha libre—. Acércate campeón.
Camino seguro hasta llegar frente a él.
— Puedes traer a tus padres, el lunes —¿Hice algo malo?—. Tenemos una beca para que estudies en otro país, la lucha libre —sonrió sin poder evitarlo—. Felicidades.
— Gracias profesor —Me alejo de él.
Camino hasta dentro del aula de clases y me siento junto a la chica de cabello café y ojos del mismo color, ella es tan básica que me causa estrés.
— Hola idiota —Me saluda.
— Hola tonta —Me siento a su lado.
— ¿Te han regañado? —Se burla de mí.
— No, me han ofrecido una beca, en otro país —sonrío victorioso.
— ¿Eh? —Su voz cambia a un tono triste, molesto o no lo sé, pero ya no hay nada de burla en su tono—. Que te vaya bien —Se encoge de hombros.
Comienzan las clases y Ani esta muy apagada, como si algo le molestara, así que intento cambiar el ambiente y en el turno de arte coloreo una nota musical y se la regalo.
— Gracias Jey —Oh, no me gusta cuando esta así, parece estar enferma.
— Guárdalo Ani —Ella asiente y lo hace.
De camino a casa vamos juntos, su madre nos ha venido a recoger a los dos.
— ¿Que tal le fue a los dos? —pregunto su madre que ya se ha vuelto muy cercana.
— Ha sido menos molesto de lo normal —respondo por los dos, Ani parece no querer hablar con nadie.
Llegando a casa salí corriendo hasta mi habitación, subiendo las escaleras de dos en dos y por fin podía hacerlo. Mi madre está sentada al borde de mi cama mirando todo alrededor muy triste. Odio cuando mamá está triste, me molesta casi tanto como ver a sano deprimida.
— Mamá, ¿estás bien? —Cuando levanta la mirada puedo ver algunas partes rojas en sus mejillas.
— Papá ya no va a volver —Unas lágrimas amargas cayeron por sus mejillas y mi pecho dolía.
— Estaremos bien sin él, mamá —Le animé, papá hace mucho tiempo que tampoco es parte de esta familia. Nosotros sabemos cuidarnos solos.
Ella me abraza y nos quedamos juntos los dos por mucho tiempo.
(...)
Es tarde, hora de ir a dormir, pero no tengo sueño así que me siento en la ventana y observo la cortina abierta del cuarto de Ani, la luz está encendida. Ella está acomodándose el cabello para acostarse. No se gira hacia mi, y ahí pienso en una sola cosa.
No quiero dejar de verla. Ya no me quiero ir.
(...)
La mañana siguiente mamá me lleva al colegio, parece estar más animada.
— Cariño, mañana iremos a salir con Andrea y su familia.
— ¿A dónde iremos? —pregunté.
— Nos invitaron a una piscina.
— Está bien.
Entramos a clases, Andrea aún no ha llegado. La clase comienza y ella aún no ha entrado en clase.
— Maestra —La voz de Ani llega a mis oído y levanto la vista para mirarla—. Este es Miguel, su padre me ha dicho que lo acompañe a clases.
— El chico nuevo —dice la profesora. Un chico de cabello rojizo y ojos oscuros está junto a la chica de cara angelical que vive junto a mi casa—. Bien Andrea, ve a tu silla —Ella camina hasta mí, sentándose a mi lado sin dejar de mirar a la maestra y al chico a su lado.
— Hola tonta —La saludo. Ella me da un codazo y me sonríe.
— Idiota, ¿alguna vez dejarás de llamarme así? —rueda los ojos.
— Por lo pronto, no lo tengo pensado.
— Miguel, estos son tus compañeros, puedes sentarte justo allí —La profesora señala el asiento frente a nosotros, junto al chico de cabello rizado y ojos cafés, un chico moreno que me cae muy bien.
— Gracias maestra —Él camina hasta nosotros y el chico a su lado comienza a hablar con él muy rápido. A mí me cuesta entender lo que dice.
— Miguel —Ani lo llama haciendo que él se gire—. Mis padres mañana me llevarán a una piscina, ¿quieres ir conmigo?
Bufo molesto.
— Mi madre dijo que iríamos —Ella asiente.
— Pero él también puede ir.
— Chicos, dejen de conversar —dice la profesora y nos callamos. Prestando atención a la clase de ciencias.
— ¿Entonces irás? —Le pregunta ella susurrando.
— Le preguntaré a mi padre —responde en el mismo tono.
Comienzo a sentir molestia con este chico, ¿por qué Andrea lo invitó?
(...)
El sábado fuimos los tres a la piscina. Miguel y Andrea parecen amigos de toda la vida, ignorándome por completo, se gano que la tirase a la piscina 3 veces, provocando que mojara su vestido favorito. Ella se lo busco, me está cambiando y ni siquiera me he ido.
Ahora que lo pienso, prefiero irme que ver a esos dos todo el día ignorando mi existencia.
— Mamá —La llamé.
— Dime Jey —Me habla mamá entrando a mi cuarto, estoy intentando leer un libro pero no he podido avanzar de la misma página, estoy demasiado ocupando en la cara del pelirrojo y de la tonta angelical.
— Mami, mañana iremos a la escuela, el profesor de lucha libre quiere hablar contigo, para una beca en otro país.
Ella sonríe orgullosa.
— ¿En serio? —asiento contento también—. Mañana estaremos ahí hijo mío.
— Viajar nos vendrá bien mamá —Ella sonríe.
— Felicidades hijo —besa mi frente, mi mejilla y me mentón.
Ella sale de la habitación dejándome solo, camino hasta mi ventana mirando a Ani mientras escucha música. Siempre se coloca sus audífonos y menea la cabeza al ritmo de la música.
Tomo un papel y escribo: "Tonta, deja de mover la cabeza que tus neuronas se van quemar", lo vuelvo una pelota y se lo lanzo dándole en la cabeza.
— ¡Hey! —Se queja cogiendo la bola de papel, me observa entrecerrando los ojos y le saco la lengua.
Ella abre el papel, lee lo que dice y escribe algo devolviéndomelo.
Dice: "Tu directamente ya no tienes" y ríe como tonta viendo mi cara de frustración.
— ¡Tonta! —Le gritó con todas mis fuerzas.
— ¡Idiota! —Me saca la lengua y yo a ella otra vez.
Nota de autora
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...