Capítulo 4: Alejarme de ti

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Joseph 

(Último año de Primaria) 

— Joseph Jones —Me llama el entrenador de lucha libre—. Acércate campeón. 

Camino seguro hasta llegar frente a él. 

— Puedes traer a tus padres, el lunes —¿Hice algo malo?—. Tenemos una beca para que estudies en otro país, la lucha libre —sonrió sin poder evitarlo—. Felicidades. 

— Gracias profesor —Me alejo de él. 

Camino hasta dentro del aula de clases y me siento junto a la chica de cabello café y ojos del mismo color, ella es tan básica que me causa estrés. 

— Hola idiota —Me saluda. 

— Hola tonta —Me siento a su lado. 

— ¿Te han regañado? —Se burla de mí. 

— No, me han ofrecido una beca, en otro país —sonrío victorioso. 

— ¿Eh? —Su voz cambia a un tono triste, molesto o no lo sé, pero ya no hay nada de burla en su tono—. Que te vaya bien —Se encoge de hombros. 

Comienzan las clases y Ani esta muy apagada, como si algo le molestara, así que intento cambiar el ambiente y en el turno de arte coloreo una nota musical y se la regalo. 

— Gracias Jey —Oh, no me gusta cuando esta así, parece estar enferma. 

— Guárdalo Ani —Ella asiente y lo hace. 

De camino a casa vamos juntos, su madre nos ha venido a recoger a los dos. 

— ¿Que tal le fue a los dos? —pregunto su madre que ya se ha vuelto muy cercana. 

— Ha sido menos molesto de lo normal —respondo por los dos, Ani parece no querer hablar con nadie. 

Llegando a casa salí corriendo hasta mi habitación, subiendo las escaleras de dos en dos y por fin podía hacerlo. Mi madre está sentada al borde de mi cama mirando todo alrededor muy triste. Odio cuando mamá está triste, me molesta casi tanto como ver a sano deprimida. 

— Mamá, ¿estás bien? —Cuando levanta la mirada puedo ver algunas partes rojas en sus mejillas. 

— Papá ya no va a volver —Unas lágrimas amargas cayeron por sus mejillas y mi pecho dolía. 

— Estaremos bien sin él, mamá —Le animé, papá hace mucho tiempo que tampoco es parte de esta familia. Nosotros sabemos cuidarnos solos. 

Ella me abraza y nos quedamos juntos los dos por mucho tiempo. 

(...) 

Es tarde, hora de ir a dormir, pero no tengo sueño así que me siento en la ventana y observo la cortina abierta del cuarto de Ani, la luz está encendida. Ella está acomodándose el cabello para acostarse. No se gira hacia mi, y ahí pienso en una sola cosa. 

No quiero dejar de verla. Ya no me quiero ir. 

(...)

La mañana siguiente mamá me lleva al colegio, parece estar más animada. 

— Cariño, mañana iremos a salir con Andrea y su familia. 

— ¿A dónde iremos? —pregunté. 

— Nos invitaron a una piscina. 

— Está bien. 

Entramos a clases, Andrea aún no ha llegado. La clase comienza y ella aún no ha entrado en clase. 

— Maestra —La voz de Ani llega a mis oído y levanto la vista para mirarla—. Este es Miguel, su padre me ha dicho que lo acompañe a clases. 

— El chico nuevo —dice la profesora. Un chico de cabello rojizo y ojos oscuros está junto a la chica de cara angelical que vive junto a mi casa—. Bien Andrea, ve a tu silla —Ella camina hasta mí, sentándose a mi lado sin dejar de mirar a la maestra y al chico a su lado. 

 — Hola tonta —La saludo. Ella me da un codazo y me sonríe. 

— Idiota, ¿alguna vez dejarás de llamarme así? —rueda los ojos. 

— Por lo pronto, no lo tengo pensado. 

— Miguel, estos son tus compañeros, puedes sentarte justo allí —La profesora señala el asiento frente a nosotros, junto al chico de cabello rizado y ojos cafés, un chico moreno que me cae muy bien. 

— Gracias maestra —Él camina hasta nosotros y el chico a su lado comienza a hablar con él muy rápido. A mí me cuesta entender lo que dice. 

 — Miguel —Ani lo llama haciendo que él se gire—. Mis padres mañana me llevarán a una piscina, ¿quieres ir conmigo?

Bufo molesto. 

— Mi madre dijo que iríamos —Ella asiente. 

— Pero él también puede ir. 

— Chicos, dejen de conversar —dice la profesora y nos callamos. Prestando atención a la clase de ciencias. 

— ¿Entonces irás? —Le pregunta ella susurrando. 

— Le preguntaré a mi padre —responde en el mismo tono. 

Comienzo a sentir molestia con este chico, ¿por qué Andrea lo invitó? 

(...) 

El sábado fuimos los tres a la piscina. Miguel y Andrea parecen amigos de toda la vida, ignorándome por completo, se gano que la tirase a la piscina 3 veces, provocando que mojara su vestido favorito. Ella se lo busco, me está cambiando y ni siquiera me he ido. 

Ahora que lo pienso, prefiero irme que ver a esos dos todo el día ignorando mi existencia. 

— Mamá —La llamé. 

— Dime Jey —Me habla mamá entrando a mi cuarto, estoy intentando leer un libro pero no he podido avanzar de la misma página, estoy demasiado ocupando en la cara del pelirrojo y de la tonta angelical. 

— Mami, mañana iremos a la escuela, el profesor de lucha libre quiere hablar contigo, para una beca en otro país. 

Ella sonríe orgullosa. 

— ¿En serio? —asiento contento también—. Mañana estaremos ahí hijo mío. 

— Viajar nos vendrá bien mamá —Ella sonríe. 

— Felicidades hijo —besa mi frente, mi mejilla y me mentón. 

Ella sale de la habitación dejándome solo, camino hasta mi ventana mirando a Ani mientras escucha música. Siempre se coloca sus audífonos y menea la cabeza al ritmo de la música. 

Tomo un papel y escribo: "Tonta, deja de mover la cabeza que tus neuronas se van quemar", lo vuelvo una pelota y se lo lanzo dándole en la cabeza. 

— ¡Hey! —Se queja cogiendo la bola de papel, me observa entrecerrando los ojos y le saco la lengua. 

Ella abre el papel, lee lo que dice y escribe algo devolviéndomelo. 

Dice: "Tu directamente ya no tienes" y ríe como tonta viendo mi cara de frustración. 

— ¡Tonta! —Le gritó con todas mis fuerzas. 

 — ¡Idiota! —Me saca la lengua y yo a ella otra vez.







Nota de autora

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