Joseph
— ¡Eres un idiota! ¡Me pagarás cada golpe Jey! —exclama colérico Sebastian a mi lado, ignoro que me habla, porque no podría ni tocarme, estaría acabado mucho antes de eso y él lo sabe.
Es un simple idiota.
Ani se acerca con unos cafés en su mano y cuando este hecha hacia atrás tropieza contra ella, pero puedo notar que Ani a propósito derramó todo el café en sus pantalones. El los abrió dejando ver sus calzones.
— Bonitos calzones de Bob Esponja —Ella le levanta una ceja y se acerca a él—. Nadie llama idiota a mi idiota, Sebastian, sólo yo, procura que esa palabra no salga más de tu boca, o la próxima no será sólo café.
Oh, mi tonta se puso agresiva y posesiva. Amo cuando me controla, cuando quiere que sea solo de ella, esto ha sido genial, mi cara de orgullo es la que reluce y además le regalo una sonrisa afable.
Ni siquiera me di cuenta de cuando se fue Sebas, estaba muy ocupado admirándola. Se ve genial cuando hace estos actos, se siente muy mía.
— Toma, no quiero que te resfríes —dice ella entregándome un café caliente y sonrió. Eso se siento incluso mejor aún.
Le doy una probada y sabe a: sal. Que asco, casi vomito ahí mismo.
— ¡Tonta! —grité, vale, que fácil es para ella arruinar los momentos, "románticos". Pero se sintió bien mientras duró.
(...)
Después de unos días de puro estudio por los exámenes del primer semestre, mi madre, el padre de Miguel y de Ani decidieron que lo mejor para pasar las vacaciones sería que nos fuésemos todos a un viaje por navidad, en un hotel en Canadá.
No me quejo. Pero si me molesta que Miguel esté invitado. Esa rata, no lo quiero cerca de Ani.
Ok, vale, estoy más posesivo de lo que debería. Pero... bueno no tengo excusa.
Llegamos hace dos horas al hotel en donde pasaremos los últimos días del año. Nieva hasta más no poder, todo esta cubierto de blanco y todo el tiempo estamos usando unos abrigos gigantescos.
Nuestros padres decidieron separarnos, por edades. O sea, ellos están en una casa en la parte de la derecha mientras que nosotros en una en la parte izquierda. Tenemos en común solamente el comedor, cocina y sala.
— Llegamos —dice Miguel colocando las maletas frente a las habitaciones.
— Esta es mía —dice Ani escogiendo la que está junto al baño.
Chica lista.
Yo escogí la última y en medio quedó la de Miguel.
El cuarto es mega amplio, con vitrinas con vista a un lago congelado, me encanta las decoración doradas y rojas del lugar. La cama también es muy amplia y súper cómoda. No me quejo de nada, bueno sí, de no ver a mi vecina sentada desde el balcón.
— Jey, vamos a poner el árbol de navidad, ¿te unes? —Me habló Andrea desde el pasillo.
— Si —Eso fue todo lo que dije para unirme con ellos y bajar al salón, donde nuestros padres preparaban la comida.
Me tomé mi tiempo en casa de comprarle un regalo a mi querida Ani.
< No soy cursi ¿ok? >
Montamos un gran árbol con luces, estrellas y muchas bolas de colores. Siempre me gustó mucho la navidad, principalmente porque me gusta ver la cara de felicidad de Ani cuando recibe regalos.
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...