Capítulo 39: Baile caótico

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Andrea

Jey me ofrece su mano y la tomo, me guía hasta donde hay varias parejas bailando, abre un espacio para nosotros mientras el ritmo de la Salsa se cuela en nuestros oídos. La verdad es que aquí es muy difícil oír estos tipos de música en un baile escolar, pero a mí me encantan.

Jey toma una de mis manos y sujeta mi cintura con la otra, comenzando a movernos al compás, ambos reímos, la verdad es muy divertido bailar, nunca pensé disfrutarlo tanto.

Puedo localizar a Miguel quien le pidió a Melisa que fuese al baile con él, y ella se negó, lo siento por mi amigo, pero se lo merecía. Creo que ya estaba acostumbrado a tenerla persiguiéndolo todo el tiempo.

Se molestó un poco conmigo cuando le dije que no iríamos juntos al baile, pero es que también se lo prometí a Melisa, ambas nos hemos acercado mucho.

Leroy y Anthony aparecen bailando junto a dos chicas.

— Hey, ¿qué pasa con ustedes dos? —pregunta Leroy de repente.

— ¿Qué pasa? —preguntamos ambos con el ceño fruncido sin dejar de marcar el ritmo.

— Es que hace mucho no les vemos pelear —decía Anthony—. Andrea, creo que a tu idiota le gu...

En ese mismo momento Jey me apartó como paso del baile, pero al hacerlo soltó mi mano, logrando que siguiera en esa dirección y chocara con una chica, derramando su ponche en el busto de mi vestido.

— Lo siento —dice ella apenada y yo recibo las vistas del resto de estudiantes, volteo mi mirada al idiota quien sólo se encoge de hombros con naturalidad.

— Welcome to the end of the peace, foolish (Bienvenida al fin de la paz, tonta)

Pocé mi lengua en el interior de mi mejilla con mis labios entreabiertos mientras lo veía, tratando de aguantar las ganas de ahorcarlo, y de repente mi mechita malvada se encendió y sólo sonreí.

— Welcome to the end of the peace, idiot (Bienvenido al fin de la paz, idiota) —repetí y salí del salón, yendo hasta mi casillero.

¿Qué creían? ¿Qué vendría al baile con el idiota sin estar preparada? No soy mensa.

Había guardado el día anterior un vestido en mi casillero por si ocurrían incidentes desagradables, y con incidentes desagradables me refiero a cualquier broma por parte de mi molesto vecino.

Voy hasta el baño con el vestido, mi estuche de maquillaje y peine, y comienzo a cambiarme, mientras pienso en mil y una maneras de cobrársela, pero no me decido, son demasiadas opciones.

< Ya verás, idiota. >

Tocan a la puerta del baño y oigo la voz de Miguel.

— Ani, ¿estás bien? —pregunta mi amigo y mi conciencia ríe de una manera malvada.

— Por supuesto que estoy bien —aseguré—. Estoy excelente —No puedo evitarlo y río.

— Ok, entonces iré a preocuparme por Jey.

Vuelvo a reír.

— Será lo mejor —respondo y salgo del baño ya lista.

Miguel me observa con los ojos abiertos mientras me da un repaso.

— Ammm...yo...—tose y desvía su mirada—. Estás hermosa.

El vestido es de color negro y largo, abierto en la espalda y con un escote delantero en V, dejando ver la separación de mis pechos, recogí mi cabello en una rosca y varios mechones caen a los costosos de mi rostro, una abertura deja a la vista mi pierna derecha y combiné el maquillaje.

— Gracias —digo y beso su mejilla—. Ya verás cuando me vengue, me veré aun mejor —aseguro caminando hacia mi casillero para guardar mi ropa sucia.

< Querido idiota, me las pagarás. >

Volvemos al salón principal y todas las vistas van a mí. Yo sólo sonrío empoderada y localizo a Jey, este baila con Melisa, observo a Miguel y me guiña un ojo, sabiendo perfectamente por el rumbo que voy.

Eso me encanta de nuestra relación, ambos podemos saber que piensa el otro con tan solo una mirada, tenemos el mismo grado de maldad en nuestro organismo, la única diferencia es que yo si lo efectúo.

— ¿Me permite este baile señorita? —Se inclina divertido hacia mí extendiéndome una mano.

Tomo su mano.

— Con gusto caballero.

Me lleva al centro mientras una balada es reproducida. Ambos bailamos con tranquilidad, o por lo menos hasta que quedamos lo suficientemente cerca de Jey, y mi descuidado pie se atravesó en los suyos haciéndolo tropezar.

Perdió el equilibrio y se sujetó de la mesa pero a la vez chocó con el tazón de ponche cayendo este sobre su chaqueta.

Mira hacia atrás molesto, tratando de buscar quien le hizo caer, y al hacerlo le extiendo un pañuelo.

— Espero te guste el ponche, idiota.

Su mirada me da un repaso y voltea su vista ¿sonrojado? Esa no fue la reacción que esperaba.

— Esta me la pagarás —dice tomando el pañuelo y se aleja.

(...)

No volví a ver a Jey en todo lo que restó de noche. Ya la mayoría de las personas se han ido y yo me dirijo a mi casillero para tomar el vestido sucio, la música se puede escuchar a través de los pasillos.

— Tonta —oigo su voz y volteo.

No tiene la chaqueta sucia, solo viste su camisa.

— ¿Qué quieres idiota? —pregunto y extiende una mano hacia mí, arqueo una ceja—. ¿Qué quieres que te dé?

Rueda los ojos y toma mi mano, halándola y atrayéndome a su cuerpo, posa sus manos en mi cintura y comienza a movernos al ritmo lento del vals que se escucha.

— ¿Que tramas? —pregunto pasando ambos brazos tras su cuello, apoyando mi cabeza en su pecho y moviéndome al ritmo.

— Nada —asegura—. No pienso malgastar el último baile de la noche con bromas —besa mi coronilla y sonrío—. Feliz baile caótico, Andrea.






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Estos dos si son un caos en persona😂

Esperen con ansias el próximo capítulo, la tensión vuelve 

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