Capítulo 34: Vacaciones de abril

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Joseph 

Después de unas cuantas semanas de mi cumpleaños -que bueno, al menos al final si la pase de maravilla junto a Ani, aunque ella tiene manía de arruinar los momentos románticos- llegaron la semana de receso de abril. 

La escuela planeó un campamento para todas las aulas. Y bueno nos toco irnos para un lago. La idea me gusta, pero tampoco demasiado. 

Al llegar al lugar es bastante de lujo la verdad, es que la preparatoria en la que estudiamos es bastante cara y pues los lugares a los que nos llevan pues son iguales. 

Nos dividieron entre chicas y chicos y pues me tocó compartir habitación con Anthony. No me incomoda, él parece una chica y todo siempre debe estar extremadamente ordenado, bueno, admito que eso me gusta, porque tampoco me agrada el desorden en mi habitación. 

La de las chicas estaba justo al pasar el lago, un lago precioso, grande con luces en los costados para alumbrar cada parte de este, con un muelle para sentarse o meterse al agua desde allí. 

— Esta noche nos vamos para el lago todos —dice Leroy cuando estamos comiendo, es el momento en donde nos reunimos todos en comedor—. Ustedes también Ani y Miguel. 

— Si —dice ella feliz. 

— ¡Genial, maravilloso! —dice el segundo igual de emocionado. 

¿Por qué siempre le pone tanta emoción a todo? 

— Por favor Ani, no invites a Melisa —suplica Miguel a su lado. 

— Comparto habitación con ella —Ani pone los ojos en blanco—. Algún día necesitas ser claro con ella —Oh, yo recuerdo que si lo fue—. Intentaré escabullirme sin que ella se de cuenta —dice finalmente después de ver el puchero con el que le salió ese hombre. 

Es tan dramático. 

— Nos veremos a las nueve de la noche allí —dice Leroy cuando todos estamos saliendo para nuestras habitaciones. 

Podemos estar hasta las ocho de la noche en zonas comunes, pero no debemos estar con las chicas después de esas horas. Ya saben, por las hormonas.

< Tiene, cero sentido. > 

— Iré a por comida chatarra —Le aviso a Anthony cuando me alejo y los dejo solo a esos tres. Cuando tenemos que andar con Miguel es verdaderamente hostil. 

Hay una máquina dispensadora cerca de admisión, me gusta ir hasta allí y comprar todo lo posible, me encanta comer en las noches. 

Doritos, barras de chocolate, bombones, Pringle's y galletas. Después de comprar todo eso volví hasta la habitación que compartimos. 

— ¿Compartirás de tu comida? —Me pregunta Anthony con una ceja enarcada, él sabe que en eso no soy bueno. 

— No todo —aviso. 

Me fui a cambiar y Ant hizo lo mismo. Nos reunimos con los demás a las nueve en el muelle del lago, escapándonos de los profesores. 

— Idiota —dice Ani cuando me acerco a ella por detrás, lucía un vestido negro encima de su juego de bikini. 

— ¿Quieres comer chocolate? —Le pregunté y ella sonrió. 

— Dime que no le pusiste ninguna broma —negué con la cabeza, no puedo negar que lo pensé, pero no lo hice—. Pues dame. 

Le entregué la bolsa. 

— ¡Voy al agua! —gritó Leroy, salió corriendo y tirándose al agua. 

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