Capítulo 5: Nota musical

1.6K 241 10
                                    


Andrea

— ¡¿Por qué te vas?! —lloriqueo y grito al chico de piel pálida que está al punto de subirse al auto.

— Deja de llorar tonta, te ves más fea de lo normal —golpeo su hombro y se queja frotándolo.

— Si te vas nunca más voy a volver a hablar contigo —amenazo.

El se queda en silencio por unos segundos, observándome.

— Pues entonces no lo hagas —responde y siento algo dentro de mí doler.

— Ya es hora de irnos Jey —dice su mamá bajando las escaleras con una maleta de ropa.

— Adiós tonta, disfruta de la tregua —menciona y se monta en el auto.

— ¡Idiota! —chillo molesta y triste—. ¡No te voy a volver a hablar en mi vida!

El auto se aleja de mí y le veo asomarse al cristal trasera y despedirse con la mano.

Comienzo a llorar y seco mis lágrimas con la manga de mi suéter rojo.

< Idiota. >

— Ani —La voz de Miguel me saca de mi ensoñación mientras veo hacia la ventaba que ocupaba mi antiguo vecino.

— Pasa —permito ya que está al otro lado de la puerta de mi habitación.

Él la abre y pasa al interior, sentándose en mi cama con total confianza.

Ya han pasado tres años desde que mi odioso y molesto vecino se marchó al extranjero, ahora estoy disfrutando de mis últimas semanas de vacaciones antes de comenzar el Pre universitario.

El pelirrojo que está en mi cama como si la habitación le perteneciera es mi mejor amigo en el mundo, yo digo que somos un matrimonio no consumado, nos celamos, molestamos, queremos, peleamos pero no somos novios, y su padre y mi madre están ansiosos por ver cuando esto ocurra.

— Oye, aún no has actualizado la historia —comenta y sonríe con picardía hacia mí—. Hoy tocaba lemon.

Ruedo los ojos.

— Es lo único por lo que lees mi historia.

— Vamos, es entretenido, me divierte leer lo bien que describes las escenas eróticas y sigues virgen.

— Que sepas tú —contraataco enfatizando la última palabra.

— Ya me lo hubieses contado —Se encoge de hombros con indiferencia.

— Eres mi amigo, no mi diario.

— Auch —Se lleva una mano al pecho fingiendo dolor—. Justo en la friendzone.

— Ya Drama King —golpeo su hombro—, o me vas a hacer sentir culpable por no corresponder tus sentimientos.

—¿De amistad? Ya lo haces.

Llevo una mano a mi pecho como mismo lo había hecho él antes.

— ¿Ahora quien manda a la friendzone a quien?

Él ríe divertido y yo me recuesto a su lado en mi cama, uso su brazo de almohada y coloco mi Playlist en aleatorio, él se coloca uno de sus audífonos y yo el otro, comenzando a escuchar música con tranquilidad.

(...)

— Vamos a por helado —pide con un puchero Miguel mientras literalmente me arrastra por la calle y yo me resisto inútilmente.

— Sólo quiero quedarme en mi casa —Me quejo.

— Te vas a volver vampira por no tomar el Sol, te la pasas encerrada.

Estamos en GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora