Andrea
— Adiós, linda —grita Sebastian.
< Algo anda mal con este chico. > Pienso alejándome hasta el cambiador femenino, por su culpa he tenido que estar fingiendo sonrisas todo el entrenamiento, no me agrada su cercanía.
< Y el idiota no aparece en los momentos que se necesita. > Pienso y resoplo.
Paso por delante del vestidor masculino pero antes de lograr llegar a mi destino escucho las voces de algunos chicos del equipo dentro del vestidor.
— ¿Viste lo fácil que se acercó a Andrea? —Uno de ellos ríe.
— Si, pronto la tendrá comiendo de la palma de su mano —expresa otro, ruedo los ojos.
< Ya sabía que algo andaba mal. >
— ¿Grabaremos la apuesta? —pregunta uno de ellos.
— Por supuesto, no podemos desaprovechar la oportunidad.
Una risa malévola se instala en mi mente mientras la mechita malvada se ha instalado en mi ser.
< Sebastian, te has metido con la chica equivocada. >
(...)
Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, camino por los pasillos de la escuela junto a Miguel, ya deseo volver a casa.
— Estuvo increíble el capítulo de ayer —comenta mi amigo con su celular en su mano con mi historia de Wattpad abierta.
— Deja eso —pedí.
— Y metió uno de sus dedos en...
— ¡Miguel! —chilla Melisa y toma su brazo—. Te he comprado tu merienda favorita.
Por dentro me carcajeo ante la cara de SOS que aparece en mi amigo cada vez que la chica intenta coquetearle. Ella se lo lleva y yo gesticulo un "suerte" ante su mirada de "sálvame".
— Hola, linda —veo acercarse a Sebastian y una parte de mí quiere mandarlo a la mierda, pero para que mi plan funcione no debe saber que me cae como el agua al aceite.
— Hola Sebastian —saludo con una sonrisa fingida, creo que me terminarían doliendo las mejillas.
— ¿Quieres salir esta tarde? —sonrío nerviosa, aun debía cobrarle al idiota lo del yogur en mi champú, pero supongo que mi venganza hacia él podía esperar, después de todo sólo debía cortar sus camisas.
— Si, por supuesto —digo y la imagen de mi odioso vecino haciendo ejercicio sin su camisa golpea mi mente...creo que me sonrojé.
— Ani, corre —La mano de Miguel sostiene la mía y corre por delante, el grito de Melisa pidiendo que se detuviera me saca de mi ensoñación.
Cuando por fin nos detenemos nuestras respiraciones están agitadas.
— ¿Por qué rayos le sigues huyendo? —Me quejo.
— Porque sigue persiguiéndome —responde con obviedad y pongo los ojos en blanco.
— Miguel, no tienes remedio —expreso.
— Oye, ¿ese era el chico que hizo la apuesta?
— Si —asentí y froto mis manos soltando una risa diabólica.
— ¿Sabes que das miedo cuando haces eso? —sonrío inocente hacia él—. En serio, esa bipolaridad en tu ser es preocupante.
— No te preocupes Miguel, sólo sé que será muy divertido.
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...