Capítulo 59: Amigas

977 129 4
                                    


Andrea

Llego a mi orgasmo en su boca y mi respiración es agitada, da cálidos besos en mi vientre y piernas. Gatea sobre mi cuerpo hasta llegar a uno de mis pezones y succionarlo, una de sus manos va hasta mi seno desatendido dando un apretón exiquisito.

Con ayuda de mis piernas lo volteo quedando sobre él, quito su pantalón y muerdo mi labio al ver su erección sobre sus boxers negros.

— No hagas eso —dice entre dientes y mi mirada va de su entrepierna a su rostro.

— Creeme idiota, haré más que sólo mirarte —termino de quitarle su pantalón, beso su punta y noto tragar en seco mientras mis manos se mueven de arriba a abajo sobre su miembro—. Quiero que hables Jey.

Lamo su glande para luego pasar a todo su miembro, gime y lleva una mano a mis cabellos y haciendo que llegue mas profundo a mi garganta.

— Siento, que en cualquier momento podría explotar —expresa entre jadeos y yo succiono haciendo que una maldición salga de sus labios, sus venas marcadas se sienten gruesas contra mis labios y le veo tensarse—. Andrea, estoy...

Su voz agitada no puede terminar la frase antes de que su semen ya esté en mi boca, tiene un sabor salado, lo bebo y limpio su miembro de este, su respiración agitada me dice claramente que lo está disfrutando.

Gateo sobre su cuerpo besando todo a mi paso, llego a su cuello y hace hacia un lado su cabeza dandome más espacio para que lo bese. Muerdo y lamo su piel mientras mis caderas se encargan que su miembro vuelva a estar disponible para mí. Sujeta mis caderas con fuerza y gruñe satisfecho.

— Andrea —gime mi nombre a mi oído y jadeo cuando palmea mi trasero con fuerza —. Hoy será una noche larga —murmura a mi oído y me hace girar sobre el colchón tomando mis labios entre los suyos y fundiéndonos en un nuevo beso.

(...)

Poco a poco voy despertando, sonrío cuando la respiración calmada de Jey golpea mi cuello, ni siquiera puedo moverme, está abrazado a mi torso y sus piernas tienen prisioneras las mías. Se remueve un poco y siento un beso en mi espalda.

— Buenos días tonta —deja una pequeña mordida y jadeo cuando sus manos acarician mi trasero dando pequeños apretones, ríe contra mi piel—. ¿Ayer no fue suficiente?

— Jey, no voy a responderte eso —gimo cuando sus manos se deslizan a mi intimidad y uno de sus dedos me penetran sin mas—. Idiota —digo entre dientes.

— Tu idiota Andrea —aclara y deja una mordida en mi cuello, hace que una de mis piernas quede sobre la suya, y su mano vuelve a colarse en mi intimidad, haciendo que un fuerte gemido salga de mis labios—. Un idiota que te hace disfrutar en cada momento.

Se encima sobre mi cuerpo y besa mis labios con fuerza, paso ambas manos tras su nuca, correspondiendo con la misma intesidad.

— Espero te acostumbres a esto, porque así pienso despertarte el resto de mi vida.

Muerdo su labio y acaricio su miembro semierecto causándole un jadeo — Creeme, me acostumbraré rápido.

(...)

— Buenos días Isa —digo en voz baja tomando la llamada de mi móvil mientras acaricio el cabello de Jey quien después de una hora de repeticiones se volvió a dormir sobre mi pecho.

— Estuve llamando a tu casa pero nadie respondía —Se queja.

— Mis padres no están, ambos tenían cosas que hacer muy temprano y yo... —Jey se remueve sobre mí, abrazándose a mi torso y sigue en el sexto sueño, sonrío—. Yo estoy resolviendo algunos asuntos.

— ¿En fin de semana? —ruedo los ojos.

— Isa, ¿que ocurre? —pregunto.

— Necesito preguntarte algo, pero debe ser en persona, puedo estar en tu casa en una hora, nos vemos ahí —Sin dejar que protestara colgó.

< Bueno, creo que la felicidad llega hasta aquí. > Pienso.

— Jey, despierta, debo irme —Ni una reacción por su parte—. Idiota —Nada de nada—. Duermes como una roca.

Una de sus manos va a mi boca tapándola — Déjame dormir tonta —dice y sale de arriba de mí sin soltar mi cuerpo, ahora ambos quedamos sobre nuestros costados, su pierna sobre las mías y sus brazos me rodean pegándome a su pecho.

— Idiota, déjame ir —pido.

— No quiero —dice como niño chiquito y jalo su cabello por lo que recibo una nalgada.

— Auch —Me quejo.

— Cada vez que jales mi cabello te haré recordar cada una de las veces que lo hiciste para que siguiera dándote placer —susurra y siento mi piel erizarse ante los recuerdos de la noche anterior—. Así que te estás quieta y me dejas dormir o vuelvo a hacerte mía sin ningún problema.

(...)

Melisa estuvo esperándome por dos horas fuera de mi casa y bombardeándome con llamadas y mensajes las cuales silencié ya que Jey decidió echarse un buen sueño, y ni en broma me soltó, a penas trataba de separarme su agarre sólo se volvía más fuerte, y al final yo terminé cediendo ante el sueño también.

— Hola —digo llegando casualmente a donde Isa luego de haberme colado por mi ventana y vestirme presentable sólo para volver a salir por esta y fingir que venía de la calle contraria.

— ¡¿Sabes cuánto tiempo te estuve esperando?! —chilla.

— De veras, las cosas se tardaron más de lo que creí, lo siento —expreso y le ofrezco una sonrisa inocente.

Claro, que lo único inocente que tengo en estos momentos es eso, porque mi mente y la molestia en mi entrepierna se empeñan en recordarme lo que claramente no me hace falta en estos momentos.

Ambas entramos a mi casa y ella se sienta en el sofá, yo me siento a su lado, se le ve algo seria.

— Miguel, ¿te dijo algo? —pregunta y desvío mi mirada—. Sí, te lo dijo —afirma—. Escucha, si tu decisión es por mí yo...

— No —La interrumpo y tomo sus manos—. Isa, eres mi amiga, claro que no voy a estar con el chico que te gusta, pero aunque eso no pasara sabes muy bien lo que siento por el idiota.

— Pero...

— Nada de peros, lo sé, yo le gusto a Miguel, pero deberá superarlo, porque no puedo corresponderle, y espero no te incomode mi presencia.

— ¡Claro que no! —exclama—. Tu eres mi amiga Ani, una que no he tenido en mucho tiempo, nada puede interponerse entre nosotras dos.

Sonrío y la abrazo, por un momento se ve sorprendida pero rápidamente corresponde mi gesto.

— Gracias Isa —expreso.

— De nada Ani —hace una pausa—. Por cierto, te vi saltar la cerca, ¿así que resolviendo asuntos?

Por poco me ahogo con mi saliva y ella ríe, la miro y estoy segura que mis mejillas están coloradas, ella ríe y me da una clara miradita de "te atrapé".





___________________________________________________________

Maratón 3/4


Andrea fue cachada en plena escapada xd

Estamos en GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora