Andrea
Voy caminando junto a Miguel hacia la escuela, comenzaríamos nuestro tercer año de preparatoria.
— Ani, a propósito, no veo a Jey hace mucho, ya sabes, siempre se la pasa como un chicle a tu lado.
— No lo he visto desde comienzos de vacaciones —Me encojo de hombros restándole importancia.
Pero la verdad es que ya me preocupaba, una parte de mí tiene miedo, lo admito, temo que se vuelva a ir como antes, yo...no quiero que se vuelva a ir.
Más adelante veo a Melisa quien mira hacia adentro de la escuela, parece confundida.
Llego a ella.
— ¿Pasa algo?
— Acabo de ver a Jey, pero está extraño, parece como si lo persiguiera el diablo —Me extiende un café que saca de una bolsa de plástico que lleva y lo tomo.
Frunzo el ceño y miro en la dirección que me señala, e indiscutiblemente es él, jamás podría confundirlo.
— ¡Idiota! —exclamo y corro para alcanzarlo.
¿Por qué me está evitando?
Veo que llega junto a Anthony y caminan uno al lado del otro, voy despacio tras ellos para asustarlo.
— Por tu cara, seguramente es Andrea —oigo que dice Ant.
— No es ella —Jey niega y cuando estoy a punto de saltar un comentario de Anthony me detiene.
— Te gusta ¿no es cierto?
— Bueno, ¿gustar? No sé, pero sé que me estoy volviendo loco, es que ella me desquicia con tanto movimiento en la relación. Quiero que me hable claro —¿Relación?
— ¡Te gusta! —chilla Ant.
— Vale, si, me gusta y mucho —admite y el café que llevaba en la mano se me resbaló. No esperé a verlo, no puedo, corro en dirección contraria.
— ¡Ani! —Su voz me llama pero no estoy dispuesta a escucharlo—. ¡Andrea! ¡Espera! —exige.
Un agarre en mi muñeca me hace detener. Sus palabras siguen zumbando en mi mente.
"Me gusta y mucho".
No puede ser, no puedo gustarle.
— Dime ¿cuánto escuchaste? —cuestiona algo sofocado.
— No he oído nada —aseguro y trato de zafarme de su agarre.
— Estás molesta —Woow, era un genio.
— Dejame en paz Jey —exijo, ahora sólo quiero alejarme.
— No lo haré —dice y subo mi mirada a la suya.
— ¿No sabes cuando detenerte? —digo molesta y una sonrisa burlona aparece en su rostro.
— Si hubiese sabido cuando detenerme lo hubiese hecho desde hace más de seis años.
(...)
Estoy en mi cama mientras escucho música y proceso todo en mi día. ¿Cómo rayos puedo gustarle? ¿Y desde pequeños? Literalmente vivimos molestándonos, esto no tiene sentido.
Estoy en pánico, en mi interior grito una y otra vez.
< ¡¿Que demonios le pasa al idiota?! >
De repente algo entra a mi cuarto desde la ventana, me pongo de pie y veo en el suelo un avión de papel.
Lo tomo y abro, leyendo una letra que claramente reconozco.
"Deja de pensar en mí, no puedo dormir".
Me he sonrojado, lo sé. Escribo en este y lo devuelvo, le veo por mi ventana, rueda sus ojos al leer.
"No pienso en ti, no eres tan importante, mejor toma pastillas para el insomnio".
(...)
Todo el día he permanecido alejada de mi vecino, ni siquiera le he mirado, pero hay casos donde no se puede evitar...
Ejemplo: Clase de música.
Y Jey continúa torturando el piano.
— Jey, por favor —lloriqueo mientras todos nos tapamos los oídos.
Se le ve frustrado y golpea con sus dedos las teclas antes de salir del asiento frente al instrumento mientras maldice una y otra vez.
El timbre hace su bendita presencia y la profesora va hasta mí.
— Andrea, desde hoy le darás clases a Joseph luego de la escuela.
— ¡¿Qué?! —exclamo.
— Es que no soporto que siga extrangulando los instrumentos —susurra a mi oído y se marcha.
Entre abro los labios ¿Que clase de complot sobrenatural es este?
— ¿Empezamos? —Su voz me hace voltear hacia él.
Pestañeo unas veces procesando esto.
Y simplemente me doy la vuelta.
— No, comenzaremos mañana —digo y me dirijo a la puerta, la cual sólo logro entreabrir, ya que el peso de la mano del único ser en la estancia aparte de mí la cierra.
Trago en seco y volteo sobre mi eje, quedando de frente a él, y a esos ojos que me miran con curiosidad, su rostro se ve serio y molesto.
— Déjame ir —exijo.
— No —responde—. ¿Esta es tu manera de afrontarlo? Cada vez que algo se sale de tu control lo evitas.
Le miro seria y me cruzo de brazos.
— ¿Lo dice la persona que me evitó por dos meses luego de un beso?
Una de sus comisuras se eleva — Supongo que nos parecemos demasiado.
— Apartate Joseph.
— ¿Ya no soy idiota? —dice burlesco—. No sé si alegrarme o apenarme, si me ibas a dejar de decir de ese modo te hubiese dicho hace mucho que me gus...
Le tapo la boca con mis manos.
— No lo digas —pido y su lengua recorre la palma de mi mano, la quito asqueada.
— Me gustas tonta, por más que quieras negarlo.
— No te gusto —digo y sonríe altanero, acercándose a mi rostro, y siento que su cercanía me hechiza.
— Por más que grites que dos y dos son cinco no cambia que el resultado sea cuatro —expresa—. Y prepárate, porque cuando comiences a amarme no podrás parar, yo me ocuparé de eso —dijo con arrogancia y se acercó más a mí, hasta que escasos centímetros separaban nuestros labios—. Primero me adueñaré de tus pensamientos, después de tu corazón, luego me apoderaré de tus labios y después reclamaré tu cuerpo.
Abrí la boca ofendida pero su mano fue a mi mejilla y acaricio mi labio inferior con su pulgar.
— Lo gracioso es que aunque no te hayas dado cuenta ya lo conquisté casi todo —Sus ojos volvieron a los míos—. Cuando menos te des cuenta despertarás a mi lado con un anillo de matrimonio y me dirás cariño.
Ruedo los ojos.
— Jey, tú no eres de las personas que pide matrimonio.
— La única que se arrodillará con un anillo serás tú, tonta, yo sólo me arrodillaré ante ti por motivos muy diferentes.
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Desde aquí comenzarán los infartos, solo aviso 😱
Lo de antes ha sido un simulacro💥😈
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...