Andrea
Me sonrojo, lo sé, pero ni en broma voy a dejar que esa chica se acerque a Jey, es mucho más alta que yo, y creo que por eso piensa que me intimida por la forma en que me mira. Sonrío altanera, si cree que eso es suficiente para hacerme retroceder se la tendrá difícil.
Yo nunca retrocedo
- ¡¿Qué fue eso?! -chilla Melisa agarrando mi brazo en los pasillos cuando el horario libre nos deja tiempo para reposar nuestra mente.
- No sé de que hablas -expreso.
- Lo aceptaste ¿cierto? -pregunta curiosa y desvío mi mirada de ella-. ¡OMG! ¡Lo aceptaste! -grita y recibimos la mirada de otros alumnos.
- Ya basta -Me quejo y de repente ella comienza a bailar la Macarena, la miro como si fuera un bicho raro.
- No me mires así -regaña señalándome con su dedo índice, acusadora-. Me siento como si estuviese en una historia de Wattpad, es mucho mejor vivirlo en persona.
Ruedo los ojos.
- Mejor vayamos a por unas botanas, a ver si así cierras el pico.
(...)
< Química, química, química. >
Reitero en mi mente aburrida desde mi asiento mientras delante veo como la criatura sentada se ve frustrada mientras trata de resolver el Sistema de Tareas.
La clase termina pero le veo desesperado, golpea con el lápiz la hoja, irritado.
- Es sólo un ejercicio de pila electroquímica -dice Julia volteando hacia él y Jey ni se inmuta a mirarla, Enrique, sentado a su lado no le da una mirada agraciada.
Ella se pone de pie y está al punto de sentarse en la silla a su lado.
- Puedo ayudarte.
< También puedes irte a la mierda pero aquí estás. >
Justo cuando quiere apoyar su trasero con el pie arrastro la pata de la silla y cae al suelo. Jey voltea hacia ella por fin y se parte a carcajadas.
- Disculpa -digo "preocupada" y extiendo mi mano hacia ella-. Quise levantarme y arrastré la silla, ¿estás bien?
Me mira con odio y me manotea, poniéndose de pie la muy digna y sale echando humos. Yo sonrío altanera levantando la silla que había dejado caer y me siento.
Jey me mira con ceja levantada, y conteniendo una risa.
- ¿Qué pasa idiota? ¿Aún quieres ayuda? -pregunto y se encoge de hombros.
Sujeta el borde de la silla donde estoy sentada atrayéndome a su lado.
- No sabía que eres peligrosa cuando celas -susurra a mi oído divertido.
- Seré más peligrosa si no se aleja de ti, idiota, si no quieres ver sangre ponla en su lugar -sonríe y se aparta de mí, mordiendo su labio inferior y su vista baja a los míos.
- ¿No puedo? -pregunta y pongo los ojos en blanco.
- No -respondo y gruñe una maldición volviendo a su libreta mientras le explico los ejercicios.
(...)
Voy caminando por los pasillos mientras escucho música, salí del equipo de lucha libre en cuanto comenzó este curso, era demasiado para mi cuerpecito.
Veo al finalizar el pasillo a la chica de cabello cobrizo a la que dejé caer esta mañana, me acerco a ella y me hace unas señas para que la siga. Lo hago y salimos al patio trasero, donde no hay nadie, voltea hacia mí molesta.
- Escúchame bien enana, no quiero hacerte daño, así que será mejor que salgas de mi camino.
Suelto una carcajada sonora y quito mis audífonos, esta conversación se pondrá interesante. Se acerca más a mí, molesta e irritada.
- ¿Qué te da tanta gracia enana?
Trata de abofetearme y detengo su mano, volteando su muñeca y chilla de dolor, hago que voltee llevando esta a su espalda e inmovilizándola. Créanme, mi tiempo en lucha libre no fue en vano.
- Escúchame poste telefónico -digo molesta-. En este mundo solo hay una persona que me pone apodos, y créeme, si me vuelves a llamar así perderás tu mano, no te metas en mi reino, porque terminarás ejecutada.
La suelto y me coloco nuevamente los audífonos, ella frota su muñeca con una mueca de dolor y rabia hacia mí.
- Si tratas de intimidarme no funcionará, ni siquiera los hombres lo hacen, así que ahorra dolor para tu cuerpo, y sal de mi camino, no quieres ser mi enemiga Julia, tenlo por seguro.
Sin decir más doy media vuelta marchándome.
< Que bien se sintió. >
Me dice mi vocecita en mi cabeza y por primera vez en años le doy la razón.
(...)
Me levanto temprano y salgo de casa para poder comprar algo, me detengo por un momento luego de comprar las nueces rellenas en un pequeño restaurante donde logré mi cometido y salí de ahí.
A estas horas los alumnos aún no están en la calle, en serio que para lo único que tengo vocación de levantarme temprano es para esto.
Veo a Jey unos metros más adelante, parece que alguien también se levantó temprano.
- ¡Idiota! -grito y voltea hacia mí, me hace señas para que me acerque y corro hacia él-. Buenos días -Le extiendo la bolsa que traía conmigo luego de que tomé tres nueces.
- ¿Te levantaste temprano?
Asentí con la cabeza y señalé la bolsa en su mano.
- Quería comprarte estas, hace mucho no comes nueces -expreso y sonríe para mí.
Lleva una nuez a su boca y cuando muerde al instante escupe lo que comió. Me río mientras aprieto mi barriga.
- ¿Es en serio Andrea? -pregunta molesto y yo sigo riendo, esas nueces rellenas de papeles me costaron mucho, aunque solo habían cinco, las que tomé las marqué.
Él voltea molesto.
- Idiota -Me lo imagino rodando los ojos y vuelve a voltear, me acerco-. No te molestes -pone los ojos en blanco y estiro mis labios para que me bese.
Coloca una mano en mi rostro apartándome.
- No mereces mis besos -Se voltea orgulloso y frunzo el ceño.
Avanzo hasta interrumpir su paso.
- ¿En serio no quieres un beso? -pregunto y muerdo mi labio inferior, su vista va a estos y su lengua recorre los suyos, rueda los ojos y se acerca a mí pero tapo su boca-. No mereces mis besos -expreso divertida y me volteo.
Chillo cuando su mano va a mi muñeca y tira de mí, haciendo que voltee sobre mi eje y sus labios van a los míos, besándome con fuerza y sujeta mi cadera pegándome a su cuerpo, jadeo cuando su lengua se abre paso entre mis labios.
Eres mío idiota, sólo mío, por siempre.
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Yo, amo, a, estos, dos🧡🧡🧡
Se viene la candelita, se viene la candelita...buajajaja
Teorías por aquí?
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Estamos en Guerra
Teen FictionDicen que los polos opuestos atraen y lo iguales se repelen, es pura física, pero la física se fue a la mierda en la vida de Andrea Milton cuando entró en ella su molesto vecino, su enemigo perfecto, su único idiota: Joseph Jones El campeón de lucha...