Capítulo 65: La excepción

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Andrea

Luego de un fin de semana bastante agitado volvimos a casa y Miguel estuvo enfadado con mi amiga por tres semanas, y yo...bueno, yo acepté mi castigo.

Ha pasado el segundo y tercer semestre del año donde a pesar de las pruebas Jey y yo seguimos manteniendo guerra, una guerra que siempre termina en su cama o en la mía. ¿Pero quien soy yo para quejarme?

Las pruebas han comenzado y ya casi las vacaciones están tocando la puerta.

— Ani —escucho a Melisa llamarme y llega corriendo a mí—. La profesora de música me pidió que te diera esto —dice y tomo la tarjeta que me extiende.

— ¿Que es? —pregunto.

— Un representante del día del musical dejó esta tarjeta para ti, dice que tienes que presentarte en esa dirección en dos días.

— ¡¿Hablas en serio?! —pregunto emocionada y veo la tarjeta.

"HC Entertaiment". Claro que la conozco, es una de las discografías de Idols más reconocidas de Corea.

— ¡Felicidades amiga! —expresa Isa orgullosa y me abraza.

— ¿Qué celebramos? —pregunta Jey acercándose a nosotras .

— ¡Uno de los representantes que vino al Musical se fijo en mí! —digo emocionada y Jey sonríe orgulloso.

— Por supuesto, mi tonta es la mejor —Se inclina y besa mis labios, sonrío entre el beso sujetando su nuca para que no se separe de mí.

— Iug, vayan a un hotel —expresa mi amiga.

Me separo de Jey y río.

— ¿Por qué mejor no vas con Miguel y lo invitas a uno? —Se queja Jey y recibe una palmada en su espalda por parte de Melisa.

— Ani, tu novio es un maldito pervertido.

— A mí me gusta así —digo y Jey sonríe vencedor.

— Eres una traicionera —expresa ella golpeando mi cabeza y se va.

— ¿Así que te gusto pervertido? —pregunta divertido mi idiota mordiéndose el labio inferior.

— No te hagas el que no sabes —expreso guardando la tarjeta en mi bolsillo.

(...)

— Vamos Jey, sólo será este fin de semana —Me quejo.

— Aún no encuentro el balón —responde hurgando en la cochera.

— Estoy segura que Blanca tiene más de uno en su casa —aseguro.

— Pero ninguno se lo dio su hermano.

Sonrío ante la preocupación de Jey por llevarle un regalo a Blanca, ambos se han vuelto muy unidos desde que se conocieron, eso me alegra, ella es una chica genial. Miro hacia unas cajas a mi derecha y veo el balón desinflado que busca hace veinte minutos.

— ¿Es ese? —pregunto.

Mi idiota voltea y observa lo que le señalo formándose una sonrisa en su rostro,

— Si, es ese —asegura yendo hasta él emocionado, tomándolo y colocándolo en su mochila, se acerca a mí depositando un beso en mis labios—. Te quiero mucho tonta.

— Yo más idiota —murmuro sobre sus labios y Jey entrelaza nuestros dedos.

— Será mejor que nos vayamos si queremos llegar a tiempo para la cena —dice guiándome hasta su moto, me coloco tras él luego de ponerme el casco aferrándome a su cintura y pone en marcha nuestro transporte.

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