Capítulo 28

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Adler
Bella Carusso

  —¿Bella?

Miro a Egger y le pido silencio con la mirada.

—¿Sí? —contesto tratando de calmar mi corazón.

Era la primera vez que Adler se acercaba a mí a hablarme por su cuenta.

—¿Puedo entrar? —su pregunta era adorable —Podría entrar pero tal vez estés desnuda y no quisiera incomodar. Aunque no me molestaría verte, joder, mierda, digo... perdón.

La cara de desconcierto de Egger era graciosa.

Solté una risa y me acerqué a la puerta, abrí sólo un poco y la imagen con la que choqué descontroló mi corazón. Adler estaba frente a mí puerta con sus manos dentro de sus bolsillos, la camiseta que traía le quedaba perfecta y el que tuviera su cabello totalmente revuelto solo hacía que aumentara el ritmo de mi corazón. Me regaló una sonrisa.

—Hey.

—¿Pasa algo? —lo miro curiosa —No quiero intentar ser grosera pero normalmente siempre me acerco yo a ti y no al revés.

—Los papeles se han invertido, supongo —sacudió sus hombros haciéndome saber que no tenía tanta importancia.

Pero para mí sí la tenía.

—Está bien.

—¿Tienes todo lo listo?

—Estaba en eso —respondo nerviosa —¿Por qué?

—¿Sales a dar un paseo conmigo? —se acerca —Prometo llevarte por una bosque que tiene un gran lago.

Asiento furtivamente y le sonrío.

—Dame un momento, cambiaré mi ropa entonces —le hago saber.

—Bien.

Cierro y miro a Egger mirándome divertido.

—¿Entonces saldrás con mi hermano? —dice risueño.

—Sí —mis mejillas estaban demasiado calientes.

—Bien, no saldré hasta que sepa que ya se han marchado.

—Gracias, haces que estos encuentros clandestinos sean más románticos —replico y ruedo los ojos.

—Ajá, lo que digas —sonríe y saca su celular.

Comienzo a buscar entre la ropa nueva y busco algo que me quede bien. Estaría con Adler a solas y la verdad era que lo deseaba. Su lado hermético siempre me mantenía a raya y lo que sea que haya cambiado hoy no lo iba a dejar pasar.

Camino con una sonrisa hacia la puerta y salgo.

—Estoy lista.

—Vamos —mueve su cabeza y yo asiento.

Caminamos uno al lado del otro, me toma de la mano y me lleva hacia los jardines de la casa, espero sin saber por qué estamos aquí.

Engel #1 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora