Maratón 4/5
Adler EngelEl maldito dolor de cabeza no me deja pensar con claridad, la habitación donde estoy no la reconozco de nada y el no acordarme qué ha sucedido la noche anterior me asusta.
Maldita sea, que no la haya cagado.
Intento levantarme pero el dolor es tanto que solo quiero quedarme tirado en la cama.
—Mierda —me quejo —, no voy a volver a tomar jamás.
Mi celular vibra en alguna parte de la habitación y lo encuentro en la mesita de noche, junto con un vaso de agua y dos pastillas. Agradezco a quién me ha dejado esto.
Mi celular sigue vibrando pero lo omito tratando de colocar en orden mis prioridades, necesitaba quitarme el dolor de cabeza.
Por esta vez, no estaba considerando tomar para que la resaca no me golpeara. Llevaba borracho desde hacía varios días y volver a estar estable me hacía sentir un poco extraño.
Mi celular vuelve a vibrar y termina por cabrearme. Contesto de mala gana.
—¿Qué? —toco mi sien.
Intento aliviar el dolor pero parece que es tarea imposible.
—Levanta el maldito culo de dónde lo tengas —la voz de Althaus me tiene rodando los ojos —, han llegado las invitaciones para hoy mismo. Irán personas importantes.
—¿Los que tienen clan también? —era la pregunta que más me preocupaba.
—Sí. Estarán los italianos, los rusos, los americanos y un sinfín —murmura —. Esto tiene que salir bien. No voy a exponer el culo de ella sin saber que estará bien.
—Estará bien —aseguro.
—Llevaré a Kristine, necesito que la vean conmigo.
Sin esperar mi respuesta me cuelga y yo nuevamente me acuesto.
Necesitaba informar a Dressler y conseguir a quién llevar.
Los minutos siguientes me siento mejor y tomo la decisión de levantarme, cuando lo hago un breve mareo me aparece pero tan rápido como viene, se va.
La tranquilidad que me da saber que estoy en la mansión Seymann es indescriptible, camino a la cocina con mi estómago hambriento y una vez estoy en ella veo a Bella y Dressler.
Bella ríe de algo que mi hermano dice y él le sonríe en respuesta.
—Buenos días —saludo sin saber que más decir.
—¡Adler! —ella se acerca —¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?
—Mejor —asiento.
Ella coloca un poco de fruta en un plato y me lo ofrece, me da una sonrisa y luego un casto beso en la sien. Sale de la cocina y me deja a solas con mi hermano.
—Althaus me ha llamado —le aviso —. Esta noche, ocho de la noche.
—Bien.
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Engel #1 |C.A|
RomanceUn secuestro, cuatro hermanos y mucho poder en juego. Bella se ve envuelta en sensaciones que en su inocencia nunca creyó sentir, el amor, la pasión y el sexo desenfrenado comienza en su nueva vida cuando sus verdugos la secuestran. ¿O la salvan del...