Capítulo 76

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Final
Bella Jordan

  Había pasado una semana desde que había dejado a los hermanos en la carretera, Althaus desconcertado, Egger de rodillas, Adler sin saber que decir y el evidente dolor de Dressler.

Una semana sin querer saber de ellos.

Mis primeros días me había sumido en la tristeza porque sentí que era lo que merecía, tener, aunque sea, un tiempo dónde sacar mi dolor porque luego de decidir que no lloraría más, no lo haría.

Fueron tres días así.

Los botes de helados se acabaron el segundo día, me había comido las frituras el primer día y había decidido no comer nada el tercero.

Pine había cumplido y cuando conseguimos una casa de alquiler, adelantamos un pago y al siguiente día ya había traído a la chica de la tiendita de la gasolinera a follársela.

Dos veces les había gritado que no hicieran tanto ruido.

El resto del tiempo me daba igual y solo le subía el volumen al televisor donde daban una película cualquiera de amor que me hiciera llorar.

Quería sentirme de la peor forma, tocar fondo. Porque cuando tocas fondo sabes que no hay nada más que te haga caer así que solo te queda subir. Cosa que hice al cuarto día.

Quemé calorías y hice demasiado ejercicio, creo que fue tanto del que nunca había hecho en toda mi vida. No había querido seguir sentada, así que el día cuatro y cinco fue lo que más hice. El sexto salí de casa luego de estar totalmente encerrada.

Hoy era el séptimo día.

Pine estaba follando con la chica, yo estaba en la cocina mirando que había de comer que pudiera apetecerme. El ruido de la cama siendo golpeada en la pared me estaba irritando.

El maldito había pasado de no follar a follar siempre.

Y yo estaba en la maldita sequía.

El pensamiento fugaz de los hermanos viene a mi mente pero lo esquivo, aún no quería pensar en ellos.

La chica gime duro y sé que ya llegó a su orgasmo, sin aguantarme más camino hasta la habitación de Pine, mi sonrisa malvada está en mi cara. Así que abro la puerta, ella grita y Pine rueda los ojos.

—¿Puedes cerrarle la maldita boca? —lo miro fijamente —Parece un caniche muriendo.

Pine se ríe y no dice nada.

La chica me mira molesta pero yo ni le presto atención.

—No quiero cocinar, así que saldremos a comer —le informo —. Y no, no la vas a llevar.

—No pensaba llevarla —dice ofendido.

—Pero ella sí pensaba que la invitarias.

Cierro la puerta sin más y camino hasta mi habitación.

Una vez en ella busco la ropa con la que quiero salir, la dejo lista en mi cama y voy hacia la ducha que tiene la habitación. Tarareo una canción mientras la busco en mi celular y la reproduzco.

Engel #1 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora