Capítulo 71

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Dress
Bella

  Sus brazos me rodean y él que me esté abrazando así, me encanta. Casi nunca habían mostrado su afecto conmigo y que comenzaran a hacerlo ahora, era algo que me dolía y me fascinaba en partes iguales.

Todas las peleas, el sexo, el secuestro. Todo a veces podría llegar a abrumarme y el como cambié y estaba sacando lo peor de mí me hacía sentir muchísimas veces extraña. Pero esa era mi nueva manera de escudarme y no dejar que me dañen.

Estaba cansada de los constantes daños.

—¿Ahora qué sucede ahí dentro? —murmura Dress.

—Estoy pensando en todo lo que hemos tenido que pasar, en todo lo que pasé yo —confieso.

—Me gusta la persona que eres ahora —me besa la frente —, ¿qué me gustaba verte sonreír? Desde siempre pero, soy y debemos ser conscientes que luego toda esta mierda está bien no regalar una sonrisa tan fácil.

Coloco mi mejilla su pecho y cierro los ojos, el latido de su corazón está un poco acelerado, se me hace tierno. Quisiera quedarme aquí, siempre.

—Estarás contenta —la voz de una tercera persona me hace separarme lentamente de mí chico.

Dressler mira a Deisy como si le hubiera salido una segunda cabeza y luego rueda los ojos con fastidio.

—Estoy contenta por muchísimas cosas, Deisy —sonrío —. ¿Por cuál exactamente me estás reprochando?

Está enojada y nerviosa, puedo ver cómo se toma del vestido, lo suelta y alisa. Nuevamente hace el proceso y está por acabar con paciencia.

Yo no era muy paciente.

—¿Y bien? —presiono para que tenga que decirme lo que tiene que decir y se largue.

—¡Me lo has quitado! —se exalta y sus ojos se llenan de lágrimas —¡¿Qué estás ganando con esto?! ¡Lo he querido desde siempre! He sido su mejor amiga desde que nos conocimos, he sido su apoyo, ¡no puedes solo venir a quitarme algo y ya está!

—Estamos hablando de una persona, Deisy —la miro fijamente —. No de un objeto, no de una cosa sin valor. Las personas tienen sentimientos, así que habla de él como una persona. Y, yo no te he quitado nada, aún. Ni siquiera he ido por él como me propongo hacer.

—¡¿No puedes solo dejarnos en paz?! —me alza la voz y eso me enoja —¡Él quiere estar bien conmigo!

—¡A mí tú no me vas a alzar la voz como si fuera una persona cualquiera! —doy un paso hacia ella.

Dressler me toma de un brazo y hace que mi mirada se pose en la de él, en sus ojos puedo ver la súplica porque no le diga nada y lo deje estar pero, no podía.

—A mí me respetas, porque, aunque te duela tengo un puesto más alto que el tuyo —la miro de arriba abajo —. Ya me lo cogí, ya lo besé y ya lo amé. Y todo primero que tú, que tienes tantos años con él. ¿A qué te sabe cuándo lo chupas? Espero que te sepa bien porque ese es mi sabor.

La cara de Deisy se vuelve un poema y ella se acerca a mí, Dress se interpone y yo suelto una risa.

—¡Déjanos en paz! Tendrá un hijo conmigo y

Mi respiración se atasca, mis oídos dejan de escuchar lo que dice y él dolor que estalla en mi pecho se comienza a esparcir.

Va a ser padre.

Tendrá un hijo.

Dressler inmediatamente voltea para saber cómo estoy, no puedo mirarlo. La rabia que comienzo a sentir me hace cerrar y abrir las manos, necesito que desaparezca a esta chica o la voy a terminar matando.

Dressler comienza a hablar conmigo, no entiendo lo que dice y eso llega a desesperarme.

Inhalo pero siento que el aire no está llegando a mis órganos vitales, en mi cabeza solo de repite una y otra vez las palabras de ella y no sé quién soy.

Desconecto.

Mi furia sale a flote y es lo único que faltaba para hacerme perder los estribos.

Me suelto de Dressler, Deisy tiene cara de horror pero paso por un lado de ella ignorandola, me abro camino hasta la sala donde están todos y solo estoy buscando a esa persona.

Mis pasos son rápidos, no escucho de razones y de la pierna donde tengo mi navaja y mi revólver saco mi revólver.

A mí nadie me vería cara.

Althaus aparece en mi campo de visión pero lo ignoro, el inmediatamente intenta acercarse a mí y yo lo esquivo.

Sé que me están hablando, lo sé.

Pero mi cerebro no conecta con mis oídos y realmente no sé lo que están diciendo, mi interior es un caos pero estoy segura que aún no he soltado ni una da lágrima. Porque tampoco tenía el deseo de llorar.

Althaus me logra tomar del brazo pero con mi arma lo golpeo en la mano, lo empujo pero éste vuelve a tomarme encerrándome en sus brazos. El pecho me duele, quiero gritar, quiero llorar pero solo estoy soltando mi rabia, eclipsando las demás emociones.

Dressler me toma de la cara pero hago que me suelte.

Adler se acerca con la chica que trajo, mi arma ya no la tengo en mi mano y muchas personas nos están mirando.

—Suéltame —me escucho decir.

Aún siento la presión en los brazos por lo que sé que Althaus no me ha echo caso y eso, me enoja aún más.

—Te estoy diciendo que me sueltes porque no vas a querer ver las consecuencias —mi voz sale tranquila, muy distinto a lo que siento en mi interior —, sueltame.

Mientras veo como los tres hermanos hablan y Janette me mira fijamente, logro ver a Egger.

Tomo la muñeca de Althaus, le hago una llave y saco mi navaja. Sé que no estoy pensando y las ideas claras se han ido por un caño.

—Yo te lo dije, cariño —susurro.

Le abro una herida en la pierna pero, una vez más me sorprendo cuando sé que solo lo he hecho para que no me sigan. No toqué un músculo importante y tampoco la hice tan profunda.

Me levanto, Dressler intenta acercarse pero Adler lo toma del brazo y niega.

Me doy vuelta y veo a Egger con una expresión de enfado.

Ya se iba a enterar quién era yo.

Engel #1 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora