Capítulo 49

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Doble Muerte II
Bella Carusso

  La incomodidad por estar desnuda no me agradaba en absoluto y tener que estar colgada de una viga exponiendo mis senos, vagina y cola no era agradable.

Los nervios estaban atacandome y la herida en mi abdomen quemaba.

Sentía que se abría aún más, como si fuera eso posible.

—Ahora vas a disfrutar —ríe como un maniático y me aterra.

Tiran nuevamente agua sobre mí y sin más, encienden una batería haciendo que la corriente eléctrica me tome.

Grito con fuerza.

—Serás nada —burla —, estarás tan mal que querrás morir, Bella. Y seré piadoso dándote la muerte que deseas.

Mis dientes castañean con fuerza y las ganas de llorar son inevitables, viene a mí arrasandome. Dressler intenta gritar pero la tela que tiene en la boca no le ayuda. Se remueve y yo sigo llorando aún más.

—De nuevo —sonríe Jaxen.

Las descargas pasan por todo mi cuerpo, mis pies se escogen, mis brazos comienzan a pesarme y muerdo mi lengua sin querer. La herida en mi abdomen duele muchísimo, lloro nuevamente y termino orinandome.

—Va... vas mo-mo...morir —intento hablar.

—No entiendo cómo, princesa —se acerca a mí y me lame la mejilla —. Cambiemos un poco las reglas, por favor agua.

El chorro cae a mí con fuerza y el frío me hiela dándome punzadas de dolor.

—Ya que está un poco más limpia —comienza a rodearme —. Los dejaré que se la follen. Una follada, agua y electrocusión. Y lo repetirán.

Da un aplauso y mira a todos sus hombres.

—Disfrutenla.

Nuevamente la corriente me toma pero ya no me quedan fuerzas para gritar, vuelvo a orinarme sin poder dar la orden a mi cerebro de que no y lloro con fuerza.

Era una inútil.

Agua cae en mí y luego siento varias pares de manos tocando mi cuerpo.

El pánico me inunda y termino nuevamente desmayada.



•••



El agua nuevamente me hace reaccionar pero mis acciones son cada vez más lentas, Dressler está cara a cara frente a mí también colgado. Y entiendo lo que significa, también le harían lo que me estaban haciendo a mí, el pánico me recorrer y comienzo a buscar a Jaxen.

—¡Este no ha sido el maldito trato! —la voz conocida viene a mí.

Vuelvo a buscar sus rastro y veo lo que no quería creer.

—Dannazione puttana, ti ignoreranno vivo —suelto con un último esfuerzo.

Mi instinto de proteger a Dress se hace más fuerte y agradezco que esté desmayado para que no le duele de quién le ha dado unas cuantas puñaladas en la espalda.

—Te vas a morir —sonríe —, yo me quedo con el premio grande y tú te mueres. Fácil y rápido.

Sacude sus hombros y luego se ríe.

—Althaus te matará —intento no sollozar —. No va a quedar nada de ti.

—Oh —finge tristeza —, es una lástima para ti que ya tenga entonces algo qué decirle.

Hace pucheros y yo quiero arrancarle la cara con mis propias uñas.

Ella me mira de arriba abajo y recuerdo que aún estoy desnuda, no sé si me han tocado o violado mientras estaba inconsciente pero no quería pensar en eso. Miro nuevamente a Dressler y agradezco que toda su ropa esté completa.

—Está drogado, pequeña —informa Jaxen acercándose a mí —. Pero ya lo despertaremos.

—Ese no fue el maldito trato —insiste nuevamente ella.

—Me importa una mierda.

—Jaxen, Flor solo hará una llamada

Se ríe interrumpiendo a la gemela —. ¡Venga! Qué ya quiero ver la cara de Althaus con esta humillación.

La cara de compresión de una de las gemelas es genuina. Yo trato solo de mirar a Dress y noto que va reaccionando poco a poco.

—Bella —me llama ella.

La ignoro y Jaxen la toma del pelo y comienza arrastrarla por todo el lugar, causando que sus gritos me den la satisfacción.

Luego de una hora, Jaxen vuelve con malhumor, me tira agua y hace lo mismo con Dressler. Enciende nuevamente la batería y solo hace que la descarga me pegue a mí.

No quería que Dressler sufriera esto.

—¡Házmelo a mí! —grita sin fuerzas.

Mis dientes siguen castañeando, mis lágrimas bajan, me orino y vómito sobre mi cuerpo.

—¡Hazlo conmigo mierda! —vuelve a gritar sin mirarme —¡Déjala! ¡Déjala!

—El pequeño Dressler suplicando —ríe —. Las órdenes las doy yo.

Nuevamente la corriente me toma y Dressler desesperadamente intenta moverse.

—¡YA! —grita esta vez con fuerza —¡YA QUÉ LA VAS A MATAR!

Sollozo, mis gritos ya ni siquiera salían. Las esposas con las que me tenían colgada me estaban cortando la piel y la sangre caía por mis brazos.

Olía mal, estaba mojada, sudorosa, orinada y vomitada. Por primera vez quería hacerle caso a Jaxen y suplicar morir.

—Ella y yo tenemos un trato, niño —se acerca a él con lo que reconozco es mi navaja —. Ella súplica su muerte y yo se la doy como la buena persona que soy.

—Bastardo —intenta golpearlo con su cabeza pero logra correrse a tiempo.

—Violenla y que él lo vea todo —dice con simpleza.

Los hombres de Jaxen comienzan a acercarse y segundos después veo como son colgadas las gemelas detrás de Dressler, desnudas también.

—Festejen con estas mujeres —ríe él.

Dressler ni se atreve a mirar y yo sollozo cuando la primera mano toca uno de mis senos.

—No la toques —la desesperación en la voz de Dressler me hace llorar con fuerza —, ¡No la toques!

Afuera se comienzan a oír disparos y es como si toda la tensión que tuviese en mi cuerpo, me dejara descansar por fin.

Engel #1 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora