Engel #1 |C.A|

Capítulo 68

Maratón 5/5
Bella

  La sonrisa que tengo en la cara no me la quita absolutamente nadie. Mi mirada feroz era penetrante y el sentirme bien conmigo misma me hacía sentir demasiado segura de mí misma.

El vestido rojo que tengo en mi cuerpo es para dar de qué hablar, el escote profundo en la parte frontal mostrando un poco de mi tatuaje me encanta. La serpiente no se puede ver completamente pero se logra ver lo suficiente para saber qué es, solo se logran ver dos rosas y caigo en la cuenta que son la de Adler y Egger. Sus colores las identifican.

Ignoro la punzada en el pecho que me recuerda que Egger no ha sido sincero conmigo y qué me engañó cuando aún estábamos juntos.

Me enteré al segundo mes luego de mantener las distancias y aún así lo quise incluir en mi tatuaje porque, aunque me gustara o no, él era parte de mi vida.

Dressler da dos toques a la puerta de mi habitación y luego entra, su traje color negro le queda perfecto al cuerpo y la corbata roja que combina con mi vestido me hace sonreír.

—Quiero que seas mi señora —me mira con adoración —, alabarte sería un placer.

Mis mejillas se encienden y el amor que siento por él quiere salirse de mi pecho, sintiéndome abrumada por el cariño abrasador que le tengo a este hombre.

—Solo quiero que me ames, Dressler —susurro.

—Necesitas más que mi amor —se acerca a mí con paso seguro —, necesitas que te adore, te sirva, me obsesione y viva por y para ti.

Pasa una de sus manos en mi mejilla, el gesto me hace cerrar los ojos y el como me hace sentirme este hombre, lo es todo.

—Tienes mi corazón, italiana —susurra contra mí boca —. Tienes mi vida, te amaré hasta que me muera.

Da un casto pero tierno beso en mis labios que me deja deseando de más. Lo abrazo y él me lo corresponde inmediatamente.

Nos separamos, él me da una mirada de deseo y yo finjo que no la noto. Sino no saldríamos de ahí y necesitábamos llegar a la reunión antes que sus hermanos.

—Serás la única diosa hoy, italiana —posa su nariz en mi cuello aspirando mi olor —. Y lo serás siempre en mi corazón.

El toma mi mano y la besa aparentando ser un caballero. Hago una reverencia como mi fuera una lady y jugueteo con mi mirada.

—Llegaremos tarde —sonríe.

—No —niego —, anda ya. Tenemos que irnos, quiero verlo todo con mis propios ojos.

—Me matará —bromea.

—Primero le disparo —río.

Cuando está por responderme, Pine toca a la puerta y entra directamente. Me mira y luego mira a Dressler.

El alejamiento que ha tenido conmigo me ha dolido, no hemos tenido oportunidad de hablar y el extrañarlo me duele. Él era mi mejor amigo y no quería perderlo.

—Seré su guardaespaldas —me mira fijamente.

—Lo sé —sonrío —, gracias.