Capítulo 33

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Errores
Althaus Engel

  Mi mal humor estaba a mil, me sentía como un estúpido y yo odiaba que me hicieran sentir como uno.

Jaxen iba a morir.

Gruño —. ¿Por qué malditamente se demoran?

—Joder, llevamos más de una hora dentro de esta mierda —camina Egger de un lado al otro —. ¿Donde coño se han metido?

—Los voy a golpear.

Una vez he dicho eso, el piso en la parte izquierda cae soltando nubes de polvo y no dejando ver un rastro de escombros.

—¿Pero qué —no termino de completar la frase cuando una ira me inunda en todo el cuerpo —¡¿Pero qué clase de puta broma es esta?!

El ver a Bella detrás de Adler solo hace que mi enojo llegue a niveles antes no habitados. Les dejé en claro que no fueran a llegar y mucho menos a exponer a Bella de esta manera.

—¿Donde están los putos refuerzos? ¿En el polo norte? —replico intentando controlarme.

—¡Un gracias estaría bien! —habla ella con su voz llena de preocupación —¡¿Cómo acabaron aquí?!

Me trago las explicaciones y camino hacia ellos con paso decidido, mi hermano Egger coloca su mano derecha en mi pecho y me impide avanzar.

—Ahora no —niega dejándome ver que no es un buen momento.

Asiento sin estar del todo convencido pero decido quedarme callado.

—Hablaremos en casa —gruño.

Adler asiente y Dressler nos regala una risa burlona.

—¿Ya hay que devolvernos? —el pánico en la voz de Bella me hace mirarla fijamente.

Ella me mira y comienza a sonrojarse, yo sonrío y sigo detallandola. Los chupones que se le alcanzan a ver en el cuello me dejan mirándola con curiosidad, ella se remueve incómoda y con la cara roja.

—¿Quién de estos dos idiotas te los dejó? —pregunto directo con un rastro de diversión en mi voz.

Si pudiera colocarse más roja, lo haría. Dressler nos mira divertido y resopla.

—Vamos, roja. Dile algo —pica Dressler.

Los miro sin entender.

Egger resopla y comienza a enviar a los guardaespaldas a abrir la puerta de la habitación.

—Jódete.

Dressler suelta una carcajada y yo lo miro buscando respuestas.

—No lo sé, hermano —alza sus manos —. Estábamos más concentrados haciendo disfrutar a Bella.

—¡Cómo haz podido decirle! —chilla Bella.

Se acerca a golpear a Dressler pero Adler la coge en el acto.

Sonrío y la miro divertido.

—Así qué dos, eh —la molesto un poco y ella se termina sonrojando —. Espero que a la siguiente vez nos aguantes a los cuatro.

Ella me mira sorprendida, sé que va a soltar alguna palabra pero cierra y abre la boca sin que nada salga de ella. Dressler vuelve a reír, Adler coloca una sonrisa en su rostro, escucho a Egger fingir toser para acaparar su risa y yo la miro seriamente.

—Cinco minutos para salir —avisa el jefe de seguridad —, la habitación comenzará a soltar el humo en diez.

Asiento dándole una última mirada de reojo a Bella y camino hasta la puerta, asiento para que la abran y yo alisto mi arma para disparar en cualquier momento.

Despejado pasillo dos a las tres, esquina —informan por el walkie talkie.

—Recibido y copiado —contesto yo.

La puerta se logra abrir y el jefe de seguridad es el primero en apuntar pero no hay rastro de nadie, Brandon envía a cuatro de sus hombres cada par por los dos lados y yo me voy cómo ha sugerido el francotirador, por el segundo pasillo hasta llegar a la derecha.

Volteo para asegurarme de que mis hermanos vienen tras de mí y mi alivio por verlos y el enojo por ver a Bella vuelve a mi cuerpo.

Bella va tras de Adler y por delante de Dressler, Dressler le anda lazando risitas y ella intenta mantener su seriedad.

Movimiento en el pasillo uno a las doce —vuelven a avisar.

Noto como Bella se tensa y comienza a mirar para todos lados, toma a Adler del brazo y toma aire cada cinco segundos.

Movimiento en pasillo dos —el que se estén acercando solo hace estragos en Bella y yo sólo quiero maldecir.

El jefe de seguridad que va adelante de mí con otros dos chicos sigue sin importarle nada a los cinco hombre que van detrás de mis hermanos y Bella. Da la señal con una mano y dos se despliegan para matar a uno de los de Jaxen.

A las doce —hablan nuevamente, yo me tenso y le quito el seguro al arma —. A las tres en punto en cinco segundos.

Y así sucede, cinco segundos después en nuestro campo de visión aparece uno, los guardias que iban detrás lo toman y le tapan la boca. El jefe de seguridad se acerca a paso rápido y le rompe el cuello en menos de dos segundos. Bella suelta un jadeo y luego comienza a llorar asustada.

—Mierda —me frustro —. ¿En qué puta cabeza les pasó que era buena idea traerla?

Mis hermanos se incomodan y mi enojo aumenta, Bella solloza y se agarra con fuerza de Adler.

—¡Cómo han podido hacer eso! —chilla —¡Es una persona!

Me coloco enfrente suyo y la miro con expresión dura.

—O son ellos o nosotros —digo frío —y yo no voy a exponer los culos de mis hermanos y el tuyo simplemente por un ser que no será importante.

—¡Es un ser humano! —niega.

—Puede ser el mismísimo arcangel pero si tengo que matarlo, lo hago.

Zanjo la conversación y pido nuevas instrucciones.

—Me vas a escuchar

—No te voy a escuchar nada, Bella —hablo irritado —. Así son las cosas te gusten o no. Mañana mismo comienzas tu entrenamiento, ¡ahora concéntrate que necesitamos salir de esta mierda!

Engel #1 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora