Engel #1 |C.A|

Capítulo 45

Jaxen
Bella Carusso

  Dressler sube a la camioneta con una sonrisa burlona. Mi miedo se disipa y la vergüenza comienza a hacerse presente.

—¡Pensé que te había atropellado! —digo indignada.

—No te vas a deshacer de mí tan fácilmente, italiana —ríe —. ¿En qué estabas pensando para atropellarlo?

—¡Ni siquiera estaba viendo! —confieso —Solo me distraje viendo la palanca de cambios.

La carcajada de Dressler me hace sentir un poco más avergonzada y no sé hacia dónde mirar.

—Manejaré yo, no quiero morir tan joven —bromea —. Estuvo a punto de dispararte.

Dice en tono serio.

—Te has salvado sólo porque bajaste la cabeza para analizar una maldita palanca de cambios —reprocha —. Sí no llegas en una pieza Althaus, Adler y Egger me van a desollar vivo. Mamá y papá me sacan de su testamento y mi abuela me da la paliza del siglo con el abuelo.

Sonrío.

—Entonces maneja tú —me paso hacia atrás para dejarle vía al asiento conductor.

Una vez se instala ahí yo vuelvo adelante pero está vez al lado del copiloto.

—Una vez salgamos los disparos irán hacia nosotros y como puedes notar no estamos blindados. Así que tendrás que disparar a todo el que quiera dispararnos —mueve la palanca de cambios y acelera despacio --. Sin dudar Bella, solo disparar.

—Lo sé —intento darle seguridad.

—A cualquiera, Bella —resalta.

—No entiendo que

—Bella.

—Lo haré —asiento.

Me mira y luego pisa el acelerador, moviendo nuevamente la palanca de cambio. La velocidad cambia y en menos de nada estamos corriendo por todo el jardín llevándonos a algunos por el camino.

Veo a Althaus disparar sin descanso y mi corazón se acelera con la imagen que me da.

Mis reflejos de colocan en marcha y cuando uno de los del otro clan sube el arma para disparar, la levanto yo primero quitando el seguro y propinándole dos disparos en la cabeza.

La adrenalina se me sube a la cabeza y comienzo a disparar a varios, dando muchas veces en el blanco.

El sonido del walkie talkie me coloca en alerta y lo tomo buscando bien el canal.

—Una vez estén cerca de Berlín, los refuerzos se reunirán con ustedes —era la voz agitada de Adler —. A las afueras de Berlín habrá más de un clan esperando. Así que tendrán que pasar a la fuerza.

No nos da tiempo de responder cuando corta la comunicación.

Dressler sale de la propiedad.

Disparo a algunos y luego toma una ruta distinta.

—Por aquí no tendremos tanta compañía —intenta tranquilizarme.