Capítulo 7

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Dumbledore es quizás la persona más inteligente de nuestro tiempo, por lo tanto era imposible mantener en secreto a nuestra espía de él, Hermione parecía emocionada con la idea.

- Había pensado en romper el espejó pero ustedes no desaparecerían con él - comentó maliciosamente -. En cuanto vuestro jefe se entere de mí los obligará a romper contacto y dejarme en paz.

Ella daba por sentado que Dumbledore se opondría, que lo consideraría una idea peligrosa, yo estaba seguro de que podríamos convencerlo de que no, que Hermione era útil.

- Esa tarde mientras buscábamos a Peter – explicó James -, nos encontramos con el hermano de Sirius, iba acompañado de dos chicos...

- Creo que eran tres – lo interrumpí -. Le pasó una capa negra a un chico rubio, parecía un Malfoy pero no lo reconocí.

- Entonces tres – continuó James -. Los otros dos eran Potter, nietos de mi tío Charlus, uno se parecía bastante a mí. Pensamos que podría tener algo que ver con cómo secuestraron a Peter, pero ahora no estamos tan seguros.

- Supongo que puedo hacer una investigación al respecto, pero me parece más posible que simplemente hayan tomado poción multijugos – dijo Dumbledore aunque parecía pensativo.

- Eso no es todo, después nos dio alcance la chica, Hermione Potter, dijo que quería ayudarnos para que ni su hermano ni Black cometieran ningún delito.

- El hecho de ser un mortifago ya es un delito por sí mismo.

- Sí, pero es tonta, se dio cuenta después de pedirnos ayuda y nos dijo que lo olvidáramos - comenté.

- ¡Sirius! – me reclamó Lily.

- Ya sé que es de mal gusto pero si hasta Regulus se lo ha dicho...

- Le entregue el espejó de doble dirección – continuó James -. Hasta este momento toda la información que nos ha pasado fue confiable.

- Podría ser una trampa – señaló Dumbledore -. Para alguien que pide ayuda y luego se da cuenta de que podría perjudicarla y les pide olvidarlo, la información que nos entrega es sospechosamente precisa.

- Es porque mi hermano y el resto de mortífagos se van de la lengua cerca de ella, asumen que es simplemente decorativa.

- Si alguno se da cuenta pueden darle información dudosa, no pueden fiarse ciegamente de su palabra - insistió Dumbledore.

- Lo sabemos, pero no nos ha fallado hasta ahora - contestó James encogiéndose de hombros.

- ¿Pero podemos permitirnos la incertidumbre de que en algún momento fallé? - preguntó Dumbledore.

A pesar de todo Hermione siguió demostrando ser muy útil, medio a regañadientes, bastante útil de hecho, aunque no infalible, su información no siempre llegaba pronto, una gran cantidad de veces nos avisaba cuando los mortífagos ya habían comenzado su ataque, esto dio lugar a que se corriera el rumor de que existía una alarma de pánico, por las calles las personas se preguntaban sobre cómo conseguir una, incluso se exigió al ministerio que las entregará a todos los hijos de muggles, charlatanes vendieron alarmas falsas, miles de ellas, se corrió la voz de que las que sí valían eran unos brazaletes de dijes redondos con una runa extraña grabada en ellos, había visto la runa antes pero no podía recordar ni dónde ni cuándo, solo podía asegurar que me era conocida.

Todo este alboroto nos llevó a una nueva reunión de la Orden.

- Hay el rumor de que alguien está metiendo trasladores de emergencia en los brazaletes de pánico - señaló Dumbledore mientras una colección de esos brazaletes y demás supuestos botones de emergencia flotaban sobre una mesa -. Y parece ser cierto - aquello nos sorprendió a todos, sabíamos por qué había nacido el rumor y no tenía nada que ver con eso.

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora