06 de septiembre de 1979
Ayer descubrí donde vivía la mesera de la cafetería donde siempre paso a tomar algo mientras regreso a casa, era un barrio bonito de clase media en algún lugar lo suficientemente alejado del centró como para que hayamos decidido atacarlo, tropecé con ella mientras daba una vuelta fingiendo hacer algo... aunque ya no me quedan energías ni para levantar la varita, a veces prefiero incluso que mi señor me castigue a obtener aún más rostros para que me persiguieran, supongo que esta vez no pude evitarlo.
No supe su nombre hasta la semana pasada, cuando conversado sobre sus días en la universidad no supe como llamarla y ella me mostró su placa, en ella estaba su nombre y a mi nunca me pareció relevante leer el pedazo de metal que tenía tenía siempre enganchado a la camisa, se llamaba Alisa Moore, hace cuatro días me entretuvo un buen rato ayudándola a estudiar para un examen y ahora estaba tendida sobre el césped, con los ojos abiertos y vacíos, y una expresión de terror en el rostro.
A juzgar por la postura de su cuerpo y porque llevaba una de esas ropas que los suyos usan de pijamas, creó que intentó escapar, la sorprendimos ya acostada y en medio del caos, habría corrido fuera de su casa solo para toparse frente a frente con uno de nosotros ¿Quién le habrá lanzado el Avada? ¿Habría tenido tiempo para darse cuenta de que las ropas que ellos llevaban eran las mismas que las mías? ¿Se habría dado cuenta en el último segundo de que nunca debió ser tan amable conmigo?
¿En qué casa habrá vivido? ¿Quién le prepararía el funeral? ¿Pedirían un minuto de silencio en su universidad? Solo un un minuto...
Hoy en la mañana cuando regrese de la misión pase por la cafetería, que debería estar abierta a esta hora pero sé que no volverá abrir y si lo hace, tendrá nueva mesera.
Parecerá tonto pero nunca antes me había preguntado cuantos locales se quedaran cerrados, cuanta gente faltara mañana a sus trabajos o a sus citas, cuanta gente estará esperando su llegada, que nunca pasara gracias a gente como yo.
Aun cuando sabía que no abriría, me recosté en el edificio de enfrente y mire la puerta hasta que el sol ilumino el local por completo y los muggles poco a poco comenzaron a inundar la calle. Un camión me tapo la vista y decidí que era momento de regresar a casa.
Mi casa era tan silenciosa y lúgubre como siempre sin importar la hora o la fecha, mamá aún no se levantaba, fui a mi cuarto, mire los recortes que había pegado en las paredes cuando era un niño tonto y admiraba al Señor Oscuro como a un héroe o a un profeta, las había pegado allí como revancha a los posters de mujeres muggles semidesnudas que adornaban el cuarto de mi hermano, ahora que lo pienso, es casi divertido, le había copiado la decoración solo que como él había elegido cosas que mamá odiaba, yo elegí cosas que él odiaba, como Slytherin y los mortífagos... incluso había enmarcado una foto de Severus y mía... en la que también aparecían otros amigos, todos de Slytherin, que Wilkens había tomado justo después del partido donde derrotamos a Gryffindor y yo sonreía con la snitch en la mano, mientras los demás vitoreaban.
¿Cuándo fue la última vez que me sentí tan cómodo y feliz como lo estaba el día?
Era mi tercer año y entre en el equipo en segundo, no habíamos logrado ganar ninguno de los partidos del año en el que entre y esta victoria fue la que mejor me supo, acabábamos de volver del partido, Severus estaba buscando ya la manera de escaparse de esas celebraciones que lo aturdían incluso antes que a mí, pero Basilio le cerro el paso y nos pidió a todos pararnos juntos para tomar la fotografía.
Me eche en la cama y me quede mirando la fotografía donde estaba mi familia en aquellos tiempos donde éramos familia, esta foto me la traje de la sala, papá decidió tomarla porque hacer un cuadro era imposible si Sirius iba a aparecer en el, para una pintura hay que quedarse quieto durante un largo rato y mi hermano era completamente incapaz de hacerlo, salía como una mancha borrosa e hiperactiva, así que tomamos una foto mientras dejamos el cuadro para unos años después, unos años que nunca llegaron pero tengo esta foto para recordar que alguna vez tuve la familia que siempre he amado; papá era un hombre alto y elegante que aun gozaba de una estupenda salud, mamá sonreía forzadamente mientras le clavaba los dedos en los hombros a mi hermano sosteniéndolo fuerte para que no hiciera alguna estupidez mientras tomaban la foto, junto a él estaba yo, medio ayudando a mi madre a mantener casi quieto a Sirius mientras me esforzaba por no reírme de sus susurros de disgusto.

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El diario de Regulus Black
ФанфикHermione encuentra un libro de aritmancia durante su estadía en la casa de los Black, ese libro es en realidad un diario perteneciente a un miembro de la familia que ha sido casi completamente olvidado, Regulus Black, del que nunca había escuchado h...