31 de julio de 1979
Ayer me encargue yo mismo de ayudar a arreglarse a mamá... ¡Que frágil se veía! Esta tan pálida y se ha puesto tan delgada que parece una calavera cubierta de piel, sus ojos se han hundido y aunque últimamente gritaba sin ton ni son, ahora se ha quedado muda, tan silenciosa que creí que ella también se había muerto súbitamente ahogada por la pena, sé que sufre, aunque no sé si ella se dé cuenta de que lo hace.
Hace dos años había tanta vida en sus ojos ¿Cómo es que se ha consumido tan rápido?
Le arregle el cabello y aunque nunca antes había puesto mis manos sobre algún tipo de maquillaje, creo que hice un buen trabajo mejorando su aspecto... aunque no hay nada de que presumir, cualquier cambio era una mejora.
En mis recuerdos de infancia ella era bella y altiva, tan imponente; Se ha convertido ahora en una triste sombra de la sangre pura orgullosa que solía ser.
Mamá parecía distante y perdida mientras miraba a su alrededor con una mueca de disgusto como si todos los que estuvieran allí le disgustaran... y eran todos sangre pura.
Cissy y su marido nos saludaron y ofrecieron sus condolencias, les agradecí como dice el protocolo en estas circunstancias y mamá no dijo nada.
Incluso Bella parecía haberse contagiado con el ambiente fúnebre y nos dio las condolencias, luego se acercó y me dijo que si necesitaba subir el ánimo y distraerme podría convencer a nuestro señor de que nos dejara unirnos a la redada de esta noche, decline su oferta lo más respetuosamente que pude haberlo hecho, lo último que necesitaba ese día era ver más cadáveres.
Severus también vino, me saludo con una inclinación de cabeza, no me dijo nada y se sentó a unas sillas de mí, sería irrespetuoso para mi padre que un mestizo se sentara cerca nuestro, me trajo caramelos y alguna que otra golosina, saque de la caja un par mientras se llevaba a cabo el evento.
El cementerio tiene mucho en común con nuestra casa, es silencioso y mantiene escondido tantos recuerdos que solo están en las mentes de quienes caminan por allí.
Abrace a mamá mientras bajaban el féretro de mi padre a aquel lugar oscuro donde se quedaría el resto de la eternidad, no lo veríamos nunca más, y nunca más podría aconsejarme que debería hacer.
Y todavía no tengo idea de cómo dirigir la familia y el abuelo nunca ha intentado enseñarme como si lo hizo con Sirius.
Mamá no lloro, nunca fue tan expresiva, pero de vez en cuanto me parecía escucharla sollozar. Yo tampoco me permití llorar, tantos años entrenando para mantener la compostura en momentos como este sirvieron de mucho, de alguna manera yo era el anfitrión en este lastimero evento, debía demostrar que pese a la muerte de papá la noble casa de los Black quedaría en manos competentes.
Al menos en apariencia.
Nadie lloro, pero no era necesario para saber que muchos de los invitados estaban devastados, esas cosas se entienden con formas sutiles; temblores en la voz y en las manos, miradas tristes, movimientos sutiles, y miles de otros indicadores.
Mi padre murió súbitamente y el día anterior a su muerte parecía haberse repuesto por completo, incluso tuvo la idea de que bajáramos a mi madre para tomar el té en la sala; me contó de cuando iba a visitarla para tomar el té, cuando aún no estaban comprometidos y solamente comenzaban a mostrarse un casi imperceptible interés. Por ese momento, todo era como antes, quizá mi madre no estuviera corrigiendo mis modales pero se sintió como si volviéramos a ser la familia que éramos hace tiempo.
Esa misma noche, cuando fui a despedirme de él antes de dormir lo encontré recostado en su silla, creí que se había quedado dormido pero como no era algo común la duda me impulso a acercármele y poner mi mano sobre su hombro para intentar despertarle, no es buena idea dormir en una silla, tampoco era correcto, pero me di cuenta de la frialdad de su piel he intentando tranquilizarme comencé a llamarle, al principio en voz baja esperando que abriera los ojos y luego, mientras más parecía que no me respondería, mi voz comenzó a elevarse hasta que me di cuenta de que estaba gritando y agitándolo de tal manera que sería imposible que siguiera durmiendo.
Nunca más volverá a hablarme o a mirarme, me derrumbe en suelo apoyando la cabeza sobre su regazo como lo hacía cuando era un niño muy pequeño y él no me exigía guardar la compostura, no sé cuánto tiempo estuve llorando en sobre su cuerpo que aunque ya estaba frío cuando lo encontré, me pareció que se congelaba cada vez más a medida que el tiempo pasaba, comencé a desvariar en un sinfín de ruegos absurdos que iban desde suplicas para que no se fuera, hasta confesiones de que no estoy listo para hacerme cargo de la familia Black ni estoy aun seguro de mis convicciones.
Pero no respondió, nunca más podría hacerlo, creí haber agotado todas las lágrimas esa noche, solo, en su despacho con su cuerpo inerte, pero ayer después de que deje a mi madre en su cuarto instruyéndole a Kreacher que la alistara para dormir, fui incapaz de no derrumbarme de nuevo.
¿Qué se supone que debo hacer a partir de ahora? La lista es tan grande y solo de pensarla quiero dormirme el resto de lo que dure la eternidad.
R. A. B.

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El diario de Regulus Black
FanfictionHermione encuentra un libro de aritmancia durante su estadía en la casa de los Black, ese libro es en realidad un diario perteneciente a un miembro de la familia que ha sido casi completamente olvidado, Regulus Black, del que nunca había escuchado h...