XXI

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15 de febrero de 1979

De vuelta a Hogwarts las cosas han estado normales, se habla todavía de los estudiantes que han caído a manos de los mortífagos y yo deseo que me trague la tierra cada vez que los nombran.

Hicieron un minuto de silencio por ellos y yo lo sentí como una de las torturas más agónicas que he tenido que soportar, ¡A quien le importan los crucios! Tomaría veinte de ellos en lugar de ese maldito minuto de silencio; últimamente odio el silencio, antes me gustaba, ahora lo odio, te da mucho tiempo para pensar.

Antes de regresar al colegio he pedido a Severus una gran cantidad de pócimas de "Sueño sin sueños" y él me a regañado diciéndome que podría hacerme adicto, las tomo cada noche, creo que ya podría serlo, pero son la única manera de que no padezca de insomnio.

Anabelle está terriblemente distante y apenas me habla, aunque dice que no está molesta.

Las clases están bien, mis responsabilidades como Head Boy han sido tan bien cumplidas que he ganado elogios de todos los profesores y muchos estudiantes están firmemente decididos a tomar la marca cuando salgan de Hogwarts o cumplan diecisiete años.

Las cartas de mi familia siguen llegando, padre ha terminado de explicarme cómo funcionan todos nuestros negocios y cada vez me esfuerzo más por encontrarle algún sentido a las cartas de mi madre, ya no hay mucha coherencia lógica en sus palabras ¿Cómo es que se desgasta tan rápido?

Bella me manda cartas muy a menudo y he logrado que me informe que Pettigrew es un espía en la Orden del Fénix y entrega información muy útil, es raro que pase lo que sucedió la última misión, que la orden se presente sin que Pettigrew lo sepa antes.

Cissy me da ánimos en sus cartas, dice que todo mejora y quiero creerle, también me habla de mis padres aunque sé que oculta información para no alarmarme.

R. A. B.

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora