capítulo 16

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Al final tendría que pedirle ayuda a mi abuela para nuestro proyecto, solo de pensarlo me sentía un poco incómodo, mi abuela Melania a veces parecía ser una experta en leer mentes, era la más difícil de engañar de toda la familia y por lo tanto la que podría resultar más peligrosa si no aprobaba lo que estábamos haciendo, con ella la mejor manera de que no leyera las intenciones debajo de un tema era ocultándoselo. Pero se acercaba la hora del almuerzo y nuestra investigación solo me había reportado el descubrimiento de un muy interesante libro para arrebatar almas de los cuerpos que mientras lo revisaba se me ocurrió que podía usarlo para dejar fuera de combate a las personas que pudieran resultar en una amenaza, así no tendría que volver a matar a nadie, iré con Severus y lo probaremos.

¿Cuál es la mejor manera de librarse de los enemigos? Sin matarlos, claro, no quería volver a matar a nadie y me aterraba la idea de que tuviera que hacerlo para mantener mi tapadera, sé que Bellatrix me tiene de inútil, nunca dudo en hacerme saber que le resultaba decepcionante más no sorprendente, tal vez si finjo ser aún más inútil de lo que ya era... pero necesito encontrar la manera de acertarle el golpe de gracia a Voldemort y para eso sería mucho más conveniente estar cerca de él, ganarme su confianza hasta que en algún momento baje la guardia y pueda asesinarlo.

Bueno, al menos un asesinato más tendré que cometer.

Mejor yo que ellos, mi alma está hecha trizas y las suyas todavía están intactas, Rabastan no podría haber cambiado eso, creó que no, no le lanzaron un Avada Kedavra y tampoco se enteraron nunca, ni se enterarán jamás que se partió el cuello con esa caída, si no fuera por las piedras de la playa y la mala suerte de haber caído mal, esa distancia no lo hubiera matado, yo me he caído de mayor altura jugando al quidditch y he escapado solo con unas cuantas fracturas, los magos son resistentes.

Ni Hermione ni Harry deberían sospechar nada y por lo tanto sus almas deben continuar intactas, y tengo que asegurarme de que siga así. La de Draco está completa y la de Severus también porque aquí no ha tenido que matar a Dumbledore y es más útil lejos del campo de batalla.

Lo que solo me deja a mí, ya he manchado mis manos con la sangre de inocentes, no haría ninguna diferencia mancharlas con la de un culpable, seguramente no debería contar, debería ser más fácil... tan fácil como lo fue con Bella, incluso más porque ella era mi prima y aún la quería cuando le lance la maldición asesina, al final del día quería más a Sirius. No sé si lloré más a uno o a otro, Bellatrix fue esa presencia aterradora que ame y odie por mucho tiempo pero estaba aquí, y Sirius era un recuerdo que intente borrar siguiendo sus consejos porque si "Tu verdadera familia es la que eliges" aquellos que te abandonan no merecen ser llamados familia.

Pero creo que debí sufrir más, tal vez fuera porque la muerte es una ausencia que no se siente tan fuerte cuando ya te has acostumbrado a la ausencia de quien acaba de morir. Aun así debería haberlo sentido más, compartimos sangre y eso para mí siempre fue importante, Bellatrix aún como es, aun cuando estoy pensando encerrarla en Azkaban donde no pueda dañar a nadie, todavía la quiero, a Sirius también, lo extrañe más a él aunque estaba acostumbrado a que no esté, pero ahora que vuelven a estar vivos realmente no deseo volver a verlos.

Ojalá pudiera volver a esconderme en la habitación de Hermione en el colegio ¡Que paz tenía entonces! Fue como un respiro luego de estarme ahogando, literalmente supongo, le cargué todo el peso a ella, me volví caprichoso y la obligue a hacerse cargo de mí, seguramente si hubiera hecho lo que debería Sirius seguiría vivo.

Dormir en el fondo de ese lago fue una pesadilla eterna, pero cuando desperté no me sentía tan mal, las pesadillas continuaban pero esa pesadez, esa tristeza que se había convertido en mi compañera habitual se desvaneció, era como haber cumplido la condena y ser libre de nuevo, me convencí de ello, a veces pensaba que me había muerto y era una especie de lugar de descanso donde podía ser egoísta y caprichoso, pero las pesadillas seguían allí para hacerme recordar que no había conseguido matarme e insistir en no dormir hacía que me sintiera cansado, aturdido y con dolor de cabeza.

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora