Hermione era una buena fuente de información, antes del final del mes habíamos batido record en nuestras misiones de frustrar los planes de los mortífagos, a veces nos despertaba en medio de la noche y hablaba de algún plan nuevo que tenían, luego nos revelaba uno a uno los laboratorios y cómo romper sus barreras, quien lo pensaría, como espía era realmente buena.
Y también estaba eso de que me odiaba.
Era hora de la cena y estábamos de muy buen ánimo por nuestra nueva victoria, está misión había sido especialmente gratificante, detener a un pequeño grupo que intentaba colarse dentro del ala de misterios del ministerio para robar algo, detuvimos a un inefable llamado Augustus Rookwood y pudimos probar que trabajaba para Voldemort, a los dos mortífagos civiles se los llevaron a Azkaban de inmediato, Rockwood tendrá un juicio diferente porque los inefables no se guían con nuestras mismas leyes, algo que no me gustó pero al final era una victoria, una entre tantas que habíamos tenido últimamente.
- Les he dicho que tenía que escribirles cartas de chicas a mis amigas de Durmstrang - informó Hermione cuando James puso en la mesa el espejó, habíamos quedado en reunirnos apenas regresamos de la misión.
- ¿Tienes amigas en Durmstrang? - preguntó Lily.
- Sí, comencé a estudiar allí pero como mis padres murieron a mitad de nuestro primer año y tuvimos que mudarnos con nuestros abuelos.
- Lo lamento - dijo Lily.
- No importa.
- ¿Los echas de menos? - preguntó Lily.
- A veces, han pasado años y me he acostumbrado a no verlos, pero aunque los Black siempre fueron muy amables... - bufé en voz alta y ella me ignoró -. A veces los echo mucho de menos... ¡Pero no hablemos de eso ahora! ¿Cómo les fue?
- Perfectamente - anunció James -. Ahora están en Azkaban y Rookwood también está detenido aunque los inefables se rigen por leyes especiales.
- Me alegró - sonrió ella.
- Respóndeme algo ¿Crees en la pureza de la sangre o no? - le pregunté y ella sonrió en respuesta lo que creo nos confundió a todos.
- Realmente no estoy segura, de pequeña me asustaban con historias de cacerías de brujas y no he conocido nunca muggles, pero los que se pueden ver desde las ventanas de la casa no parecen muy dispuestos a quemarme si salgo de la casa.
- La quema de brujas es una tontería - rodó los ojos James -. Existían hechizos para enfriar las llamas y está esa historia de Wendelin la rara que hacía que la atrapen con diferentes rostros.
- Eso es un alivio - suspiró ella mirando fijamente el techo, nos habíamos acostumbrado a eso, parecía ser una manía extraña que tenía.
- ¿No sospechan nada de ti? - preguntó Lily, Hermione negó con la cabeza.
- Me mantengo callada, según la tía Walburga es una buena característica en una señorita, les digo que escribo cartas o que voy a tejer, leer poesía o bordar, otras veces me excuso diciéndoles que estoy repasando el piano, los hombres nunca indagan demasiado en eso, y a la tía Walburga le parecen costumbres bastante buenas.
- Cuando la guerra termine ¿Qué quisieras hacer? - preguntó Lily, Hermione miró hacia arriba pensativa.
- Casarme - respondió con seguridad volviendo la mirada hacia nosotros.
- Me refiero a una profesión - señaló Lily y Hermione le miró sin entender.
- Es una perfecta sangre pura - señalé -. Te acaba de responder sobre sus aspiraciones de vida y profesión.
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El diario de Regulus Black
FanfictionHermione encuentra un libro de aritmancia durante su estadía en la casa de los Black, ese libro es en realidad un diario perteneciente a un miembro de la familia que ha sido casi completamente olvidado, Regulus Black, del que nunca había escuchado h...