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29 de diciembre de 1978

Esta noche han pasado cosas inesperadas, en primer lugar he coincidido con Pettigrew en una misión, nunca habría pensado que el casi invisible miembro de los merodeadores fuera un mortífago, uno muy cruel por añadidura, no lo reconocí al comienzo porque no estaba mirando a nadie, entonces uno de los mortífagos comentó algo que era una duda sobre la fidelidad del nuevo, que se había unido hace casi nada y que era Gryffindor y amigo de los simpatizantes de Dumbledore, esa descripción no te ganaba popularidad entre nosotros pero creó que estaba decidido a mostrar que estaba de nuestro lado, me pareció al comienzo que no le gustaba estar solo y ahora creó que eso era la incomodidad que percibí en ese momento (Al comienzo pensé que era por la misión pero ahora creo que no), al llegar al lugar de la redada no pude quitarle los ojos de encima, su presencia me desconcertaba y hacia que me pregunte si se había peleado irreconciliablemente con su grupo, por eso note lo que estoy seguro era un patrón; apenas hacia algo si creía que nadie lo miraba, pero si se sentía observado no le temblaba la varita para atacar a quien fuera.

Como lo seguía más por curiosidad que por otra cosa, quería acercarme y preguntarle ¿Por qué estás aquí? Pero no me atreví y en su lugar me escondí para que no me notara, estoy bastante seguro de que no sospecho nunca que lo seguía.

El truco funciono, perdí la cuenta de sus víctimas tan rápido que era alarmante, pero logró hacer que los demás dejaran de desconfiar de él.

¿Y los Gryffindor de sus amigos nos dicen a nosotros que estábamos dispuestos a cualquier cosa?

Esta noche nos sorprendieron los miembros de la Orden del Fénix, Pettigrew chillo algo parecido a "¿Qué demonios hacen aquí?" y yo me prepare para un enfrentamiento, al fin un duelo entre iguales en lugar de una cobarde masacre de muggles desarmados, hasta me alegre de verlos, eran la oportunidad perfecta para al menos por hoy sentir que era una guerra y no una masacre.

La lucha ya había comenzado cuando vi a Sirius, a diferencia de nosotros la Orden no usa máscaras, muy descuidado de su parte, cualquiera podría atacarlos, pero gracias a esto fui capaz de distinguir a mi hermano con facilidad, estaba luchando con una de las chicas, él no lo sabía, pero yo casi me rio al darme cuenta de contra quien peleaba, una de sus novias del colegio, una chica que había estado un año por encima de él y era Ravenclaw (Digo novia por decir algo porque Sirius bien pudo no haber tenido ninguna novia hasta ahora), pero no pude distraerme mucho pensando en eso porque Pettigrew estaba detrás de él, el gordo merodeador había logrado sacarse de encima temporalmente a un miembro de la Orden del Fénix y ahora levantaba su varita hacia... ¿Mi hermano? En ese momento no supe que hacer, eran amigos, estoy seguro que Sirius lo aprecia más que a mi ¿Es que planeaba atacarlo?

Actué casi mecánicamente, esquive al oponente contra quien me enfrentaba y golpe con un hechizo a Pettigrew que lo arrojo por los aires, logrando que errara el tiro.

"Serás inútil" me reprocho uno de los otros mortífagos, me encogí de hombros casi olvidándome de que estábamos en un combate "Equivoque el tiro, no era para él" respondí, Sirius no pareció darse cuenta de que había detenido un ataque que le hubiera dado de lleno, y por mí eso era lo mejor, así que simplemente volví a pelear con la chica que tenía delante, que me miraba como si intentara leer algo en mí, entonces me di cuenta que si no me había derribado era porque no lo había querido, soy muy bueno defendiéndome, atacando no tanto y para errar el tiro me olvide de la defensa.

¡Era Lily Evans, la sangre sucia de James Potter! ¿Cómo es que no la reconocí antes? Quizá fue la batalla, prefiero no reconocer los rostros de mis oponentes, levante de nuevo mi varita y reanudamos nuestro enfrentamiento sin mediar palabra, pero tenía esa fastidiosa mirada en la cara de suficiencia.

Todo iba bien hasta que, cuando casi la tenía, dude un poco, casi nada, no debió darse cuenta, estaba pensando en que hechizo usar, ni por un segundo se me paso por la cabeza lanzarle un avada, pero ella pareció notar algo porque estoy seguro susurro mi nombre ¿Me habrá reconocido? Era imposible, no éramos cercanos, así que le lance un petrificus totalus que logró evitar en su mayoría, pero que me sirvió para alejarme y me fui para ayudar a mis compañeros.

Pronto la orden mando refuerzos y tuvimos que retirarnos, llegue a casa exhausto y me detuve a tomar un café en la cafetería de siempre, y como era costumbre trasmute mi ropa en algo que pareciera muggle y me quede un buen rato mirando ese invento muggle llamado televisión.

Regrese luego a casa, me queje un poco con mi padre de la Orden del Fénix cuando salió de su estudio al escucharme subir las escaleras y me marche a dormir enseguida, ahora estoy aquí, escribiendo, preguntándome por la naturaleza de mis acciones que ni yo mismo comprendo, y de las de los demás, si Evans hubiera aprovechado la oportunidad seguramente estaría en Azkaban o muerto ahora mismo. ¡Cómo la detesto!

R. A. B. 

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora