XV

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27 de junio de 1978

Los exámenes están llegando a su fin, el año está llegando a su fin, he logrado reponerme creo... por lo menos ya no pensar en ello, he estado practicando oclumancia y se me hace bastante más fácil evitar esos pensamientos durante el día y por las noches una botella de sueño sin sueños hace el trabajo por mí, tengo una gran colección y mi temor a crear dependencia de la pócima es mucho menor que el que tengo a dormir sin ella.

Por suerte no me han hecho muchas preguntas, aunque sospecho que Severus a veces quisiera hacérmelas, el resto no parecen notarlo, y he logrado mantenerlo fuera de los recuerdos que no quiero, al menos creo que podre ser bastante bueno eso, por otra parte Sev siempre ha sido mejor oclumente que legeremente así que creo que esta bien, lo  que me importa ahora es mantener esas barreras altas todo el tiempo.

Anabelle se ha quejado de que ya no la quiero, que ya no intento divertirla como antes, le he dicho que estoy cansado por los exámenes y que por favor me tuviera paciencia que todavía estaba afectado por mi iniciación como mortífago, ella pregunto la razón y fui sincero, hice a un lado la vergüenza y el miedo de que me mirara acusadora y confesé que matamos muggles ese día, ella rodo los ojos "Lo sé, mi hermano dice que suelen hacerlo con frecuencia, que es una pérdida de tiempo matarlos porque son tan insignificantes que no valen nada pero que es entretenido hacerlo... ¿Por qué dices que te ha afectado?" No sé si logre disimular mi sorpresa ante su respuesta, comienzo a creer que los sangre pura están locos aunque... aunque si todos encuentran esto tan natural debo ser yo quien está exagerando.

Le mentí, le dije que estar aquí encerrado es frustraste y querría ser de más utilidad para el Señor Oscuro.

Siento como si hubiera algo malo en mí, he contado ligeramente que fue lo que paso y nadie se sorprendió, esto parece para todos algo normal... ¿Por qué a mí me afecta tanto? ¿Por qué parezco ser el único que le tomó por sorpresa lo que hacen los mortífagos?

Temo regresar a mi casa para el verano, temo que me lleven a otra de esas misiones.

Madre me envía cartas, me anima, me dice que está orgullosa, menciona a mi padre y dice que el sentimiento es compartido.

Mis amigos se mueren de envidia porque yo obtuve tan joven la marca.

R. A. B.

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora