El diario de Regulus Black

Veinte

Regulus se sentía incómodo en la presencia de los adultos, aunque realmente fueran ellos los de su misma generación, los sentía lejanos, hostiles; como enemigos aunque estuvieran en el mismo bando, la única excepción era Severus aunque ya no veía en él al amigo que hace tanto tiempo dejó atrás para comenzar por su cuenta una misión suicida, en La Madriguera, sin los otros jóvenes se sentía fuera de lugar, era extraño, pero con los adultos había sido enemigo una vez y aunque ahora hubiera cambiado de bando, las cosas seguían igual; él no confiaba en ellos y ellos no confiaban en él.

Pocas personas de la Orden sabían de su presencia, aún menos sabían la historia completa que habían inventado para justificarlo, podía contar con los dedos cuántos sabían la historia abreviada de su llegada a este tiempo, pero la verdad era un secreto solo suyo y de Hermione, a ninguno de los dos les pareció pertinente divulgar la interferencia divina que tuvo su encuentro.

Había regresado a Grimmauld Place con la certeza de que evitara volver a La Madriguera todo lo que le fuera posible, Kreacher le había preparado la merienda y al terminar el día Regulus se había puesto a leer acostado cómodamente en su cama, entonces toco la ventana una lechuza, era una de las de Hogwarts, su corazón inexplicablemente dio un vuelto y se levantó bruscamente de la cama para abrir la ventana.

Como había imaginado, la carta era de Hermione ¿Quien más le escribiría si no?

<< Hola Regulus, el primer día y tengo ya cosas que contarte, quizá te parezca demasiado pronto pero ¿Qué tal estás sin nosotros allí? Lo digo porque luego de dos semanas sin verte parecías otro completamente, además te pido, por favor, que haga un intento por no provocar a la gente a tu alrededor, el ambiente dejó de ser tan tenso desde que dejaste de hablar en tiempo presente al referirte a ti siendo un mortífago.

Como ya mencione, es el primer día y ya tenemos un montón de cosas que contar, en el tren todos nos preguntaban a Ron y a mi si era cierto que Harry era el elegido, fue muy molesto, pero ninguno de los dos contó nada, bueno, lo que iba, el viaje pareció tranquilo pero cuando llegamos a la estación Harry no estaba por ninguna parte, no podíamos olvidarnos de nuestras responsabilidades como prefectos, Ron dijo que seguramente Harry ya se había subido en algún carruaje con Neville y Luna así que nos fuimos, pero Harry no apareció hasta que casi termino la cena, tenía toda la cara y parte de la ropa cubierta de sangre, Ron se quedó atrás con Harry para averiguar qué había pasado, ya que Harry no quiso contarnos nada mientras estuviéramos en el gran comedor, pero yo tuve que guiar a los de primero a la sala común, así que tendré que preguntarles mañana que fue lo que pasó.

Por cierto, una cosa que se me había olvidado casi por completo por la discusión que tuvimos, ¡¿Porque no nos dijiste que Slughorn daba pociones?! Harry estaba seguro de que enseñaría Defensa Contra las Artes Oscuras y nos llevamos un chasco cuando el profesor Dumbledore nos lo presentó. Harry parecía muy molesto, Ron prometió que la próxima vez que te vea te hechizara, no creo que lo cumpla pero por si acaso mantén la varita lista, sé que a ti te agrada Snape pero es un profesor horrible, y se las tiene juradas a Harry, nunca te lo conté, pero cuando estábamos en tercer año descubrimos que era el boggart de Neville, el profesor Lupin le indico a Neville que pensara en cómo se vestía su abuela antes de atacar al boggart y el profesor Snape terminó vestido como una señora, fue muy divertido.

Tengo que ir ya a dormir, espero que duermas bien Regulus, y aunque no me gusta que seas tan dependiente de esa poción no quiero que estés en vela toda noche, así que no te olvides de tomarla.

Con cariño, Hermione.

P.d: Intenta volver a lanzar un Patronus, no es malo que puedas hacerlo.>>

Regulus releyó rápidamente la carta de nuevo y fue a su escritorio para escribirle una contestación, las noches eran todavía un poco cálidas pero Grimmauld Place siempre había sido un lugar muy frío, parecía construido a propósito para que la luz solar no entrara.