Capítulo 14

702 79 27
                                    

- ¿Piensas pasar la noche aquí? - preguntó Severus cruzándose de brazos.

- Sí, acabo de darme cuenta de que tu sofá es muy cómodo.

- ¿Ahora de qué estás huyendo?

- De nada, lo juro - le sonreí intentando verme convincente, Severus levantó una ceja -. Digamos que ha Hermione y a Harry no les emocionó demasiado la idea de que les haya mentido sobre ti durante tanto tiempo, ni que hayamos falsificado algunos hechos para influenciarlos, Hermione me acuso de manipularlos, Harry estuvo de acuerdo, les dije que Dumbledore me pidió que lo hiciera y no es como si tuviera algún tipo de libertad movimiento con eso, el que dirigía era él.

- Y siguen molestos ¿Cierto? Por lo que recuerdo Potter es excepcionalmente bueno juzgando a los demás y Granger....

- No seas tan duro con ellos, están muy acostumbrados a idealizar a Dumbledore.

- Hablando de eso, vamos a volver a trabajar con él ¿Verdad? - preguntó Severus, le miré intentando descifrarlo, a veces era fácil de leer; aún no se acostumbraba a sus nuevos recuerdos y no parecía tan conforme con su yo adulto como para seguir ciegamente a Dumbledore.

- Una vez me contaste que hiciste un trato con Dumbledore para que salvará a la señora Potter ¿Te acuerdas de eso?

- Sí - dijo echando la mirada hacia arriba, sospecho que esos recuerdos lo hacen sentir incómodo.

- ¿Me lo cuentas? Tu yo mayor no me daba muchos detalles.

- Quizá fuera porque esa tendencia que tienes a espiar los asuntos de los demás es fastidiosa.

- No seas cruel, nunca he divulgado nada de lo que me he enterado.

- Sí pero no te quiero de nuevo husmeando entre mis cosas.

- Cualquiera diría que sigues molesto por esa vez - con esa vez me refiero a cuando me atrapó leyendo sus cartas, en mi defensa habían algunas dedicadas a mí pero nunca se animaba a enviarlas, lo que era una pena porque realmente era muy expresivo escribiendo cartas, si no reconociera su letra y no las encontrará en el escondite de su cama, no hubiera sabido que era el autor. Un día me descubrió y se enfadó conmigo, aun cuando era la primera vez... que me descubría, claro está.

- ¿Tú qué crees?

- Creo que tenemos que decidir cómo actuaremos con respecto a Dumbledore, y para eso necesito saber con qué cartas estamos jugando... ¿Me cuentas qué pasó ese día Severus? - él suspiró, cerró los ojos y frunció el ceño mientras se apretaba el tabique de la nariz.

- Se siente tan raro pensar en esos recuerdos - comentó aún con los ojos cerrados.

- Creo que lo entiendo, pero solo serán un mal sueño si todo sale bien.

- Era febrero o marzo, tal vez incluso junio, todavía el clima era frío, era el próximo año, mil novecientos ochenta - estaba desvariando, y parecía reacio a mirarme había congelado su posición en esa con los dedos sobre el tabique de su nariz, era mejor no decir o hacer nada, una vez que comenzaba a hablar de ciertas cosas bastaba muy poco para que decida cerrarse de nuevo y necesitaba algo más con lo que trabajar que "Hable con Dumbledore, tratamos esto, aquello y lo demás allá, fin" -. Wilkes me dijo que no habías aparecido en una misión en la que debías estar más o menos por octubre, sabía que estabas muerto para entonces, pero no había forma de comprobarlo - de hecho la había, el tapiz de mi familia lo diría, tal Severus no lo... olviden eso, definitivamente le hable una y mil veces sobre mi árbol genealógico y cómo funcionaba, Bellatrix sabía también cuál era la forma más rápida de comprobarlo, pero aunque quería saber por qué, decidí no interrumpirlo -. Para enero, me refiero, ya sabía que estabas muerto para enero, podía olvidarme del laboratorio si encontraba otra cosa en la que ser útil, ya-sabes-quien decía que era mejor para la causa y que ayudaba más mientras estuviera más lejos del campo de batalla, a menos que le pidiera lo contrario, la entrevista fue el diez de enero, yo era demasiado joven para ocupar cualquier puesto como profesor, me dijo que lo intentara en unos años, un par de años más ensayando necromancia y pociones con la señora Snyde, y me dejó para entrevistar a Sybil Trelawney, no iba a quedarme allí así que lo seguí por impulsó, adivinación siempre me pareció una materia estúpida y quería comprobar si lo que me había dicho era otra de las escusas que siempre decía, pero escuche la profecía, solo una parte porqué me descubrieron antes, y se la conté a quien-tú-sabes, no me importaba a quien estuviera dirigida, no era como si los nuestros no tuvieran niños, no era como si mujeres y niños no hubieran sido las presas favoritas de los cazadores de brujas por tanto tiempo, no me importó pero el primer día de agosto, el Lord encontró a dos candidatos para la profecía, fui el primero en enterarme, pensé que ya la había descartado por ser una magia tan poco fiable, había mortífagos entre los sanadores de San Mungo, era fácil conseguir los registros, los de la Orden del Fénix son estúpidos, nunca se cubrían los rostros y el Lord me leyó los nombres, una lista corta de los nacimientos en de los últimos tres días, le gusta general expectación; solo había dos posibles candidatos, ambos los con padres lo suficiente tontos como para declararse públicamente contra él y entrar en la Orden del Fénix; Alice y Frank Longbottom y James y Lily Potter, me preguntó por quién debería ir primero, estaba aturdido, le pedí que lo repitiera, no le puso de muy buen humor que le cuestionara, mucho menos cuando fui idiota y lo amenace, luego de un par de cruciatus me dio oportunidad de explicarme, durante ese tiempo pude poner en orden la cabeza pero no sabía que decirle, tampoco podía quedarme callado así que a falta de algo que decir, le dije que no podía creer que Lily acabara de tener un hijo de ese canalla, el entendió lo que quiso, esperaba que se burlara, no es como si Garrett y Aiden no lo hicieran mucho durante el colegio, dijo que se me pasaría en cuanto la viera, su cuerpo habría dejado de ser tan bonito luego de un hijo, le respondí que sería una pena no comprobarlo y ya que parecía de buen ánimo me arriesgue a pedirle que la dejará de lado, se rio y aceptó, no lo cumpliría, no estaba seguro que lo cumpliría, cada segundo de espera aumentaba las posibilidades de que la mataran en una emboscada, busqué a Dumbledore y logre concertar una cita, no estaba muy dispuesto a hablar con mortífagos, pero conseguí que accediera a verme... Entonces le temía, no sabía por qué había accedido a una entrevista que podría ser una trampa y pensaba que había traído refuerzos y me matarían antes de que pudiera decir algo, su Orden también había matado a algunos de los nuestros antes, me preguntó qué mensaje le traía, le dije que le había contado todo lo que escuche al Lord y le pedí ayuda, y los escondió.

El diario de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora