Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)

El inicio de un -corto- amor eterno

Era el fin del invierno. Terminaba aquel frío congela dedos y comenzaba la primavera, una estación que con el pasar de los años a Frodo le traería esa paz que tanto anheló y un sentimiento algo nuevo para él.

Pero volviendo a esa primera tarde de primavera, Bilbo y Bofur se encontraban teniendo su última charla.

-Siempre te lo he dicho pero recuerda que mi hogar siempre estará abierto para ustedes-dijo el pelirrojo mientras abrazaba a su amigo.

-Lo tengo en mente- Bofur correspondió el abrazo- y tú, viejo amigo, ten en cuenta que mis pensamientos siempre han estado contigo mientras me encuentro lejos de este lugar.

El castaño unió su frente con la del canoso y este solo sonrió.

~º~

Mientras tanto los dos jóvenes se encontraban en la entrada del agujero-hobbit, Goliat limpiaba las pequeñas lágrimas que rodaban por el rostro de Frodo.

-Hey tranquilo, todo está bien- dijo en un intento de animarlo aunque siendo sinceros él también se encontraba bastante decaído, no quería partir, no ahora que lo tenía a él.

-No lo está- respondió con la voz algo quebrada, parecía que quería decir algo más pero las palabras no salían.

El azabache se acercó a Frodo y lo rodeó con sus brazos en un estrecho abrazo- No te preocupes, volveré... por ti- le digo en voz baja y con un ligero sonrojo.

El oji-celeste se aferró a su espalda- ¿E-s cierto?

-¡Muchacho ya es hora de irnos!- fueron interrumpidos por Bofur que llamaba a su sobrino para que bajara.

Ambos jóvenes se separaron y Goliat se encaminó a dirigirse donde su tío que lo esperaba con los caballos ya cargados con las cosas.

-Goliat- soltó el castaño mientras éste se alejaba.

El enano se volteó hacia su amigo y le dijo- Yo nunca te haré esperarme sin la certeza de que un día volveré.

Frodo sintió como su pecho ardía, pero no se sentía mal, era como un fuego que llenaba sus pulmones y estómago, chispas que revoloteaban en su interior.

Dichas estas palabras y después de una última despedida ambos enanos partieron de la comarca.

Frodo observó como se iban mientras tomaba la mano de su tío con un extraño nudo en la garganta.

~'~

Ya había caído la noche, la primera noche de primavera, la nieve se derretía en el exterior y la noche se tornó cálida. Bilbo Baggins se encontraba leyendo un libro acostado en su cama cuando escuchó como el castaño tocaba su puerta- ¿Sí querido?- dijo alzando la vista.

-Em... yo- comenzó el castaño que estaba en la puerta del cuarto con su pijama y arrastrando una colcha- la noche es rara.... y.. yo .. no sé ¿Puedo dormir aquí?

El anciano sonrió y palmó el puesto junto a él, el castaño asintió y se acostó junto a Bilbo. A los pocos minutos el niño cayó dormido mientras el canoso acariciaba su cabello.

N/A: Hola

bueno aquí comienzan los cambios.