Los mejores panes de queso

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Frodo sostuvo el pequeño ramo entre su pecho luego se tomó su tiempo para apreciar el olor de las pequeñas flores blancas y pensó en buscar un lindo jarrón en la cual ponerlas después, abrió la nota que estaba atada al ramo.

"... Espero que le guste este ramo"

Leyó la tosca letra que estaba grabada en aquel papel. Y sonrió.

-Frodo todavía no hemos terminado de hablar- dijo el azabache mientras se asomaba al pequeño pasillo que dirigía a la puerta.

El castaño enseguida escondió el ramo- Lo sé solo atendía a la puerta.

Goliat pareció palidecer por un instante- ¿Quién te las dio?- soltó mientras se acercaba al rizado.

-No tiene importancia sigamos hablando- respondió Frodo dejándolas sobre un pequeño mesón.

El ojos ámbar guardó silencio- Cariño muéstrame el ramo por favor- dijo con un tono más calmado.

El castaño pareció dudar pero se lo entregó- No había nadie cuando abrí la puerta.

-Parecen hechas de nieve- soltó Goliat más para sí- ¿Sabes de quién pueden ser? - preguntó mientras leía la nota.

Frodo sonrió- Creo que son de Sam.

~×~

Goliat y Frodo se encontraban acurrucados en un gran sofá, el castaño se aferraba al pecho del mayor.

-¿Lo intentaras? - preguntó el castaño en voz baja, Goliat no respondió en su lugar siguió acariciando sus rizos- ¿Cariño?

-Lo intentaré- respondió con su áspera voz- solo dame un poco de tiempo, tendría que hablar con mi tío...

Frodo quizo decir que no podía esperar más tiempo, que prefería tenerlo sobre cualquier cosa y aunque fuera inmaduro lo deseaba ahí con él.

Pero era consciente de lo egoísta que sonaba y no quería iniciar otra discusión así que suspiró y alzó su rostro para encontrarse con la mirada suave del Goliat, esa que solía darle solo a él.

El azabache sonrió y terminó por desarmar al menor, aquella sonrisa que revolvía el estómago y muchas otras cosas en Frodo así que, en casi un acto de esperanza se alzó un poco y unió su labios con los de Goliat al principio algo lento pero lentamente se fue profundizando haciendo que sus respiraciones de agitaran y causando que por mala fortuna para ambos tuvieran que separarse para tomar aire.

-Te amo- dijo Goliat en casi un susurro lo miraba con unos ojos cristalinos, unos de deseo.

El castaño jaló al mayor hacía él haciendo que quedarán más recostados sobre el sofá- Yo te amo a ti- dijo en el oído del enano sintiendo como se estremecía y las manos del mayor comenzaban a recorrerlo en busca de más contacto.

Ambos se volvieron a unir en un profundo beso.

Y así fue como en un acto de esperanza el castaño se subió en las piernas del mayor mientras este agarraba su cintura. Esperando, al menos por unas horas,  que la tempestad que abrumaba sus cabezas parase.

~°~

-Gracias Ham- le dijo el rubio con una sonrisa- eres el mejor.

-Sí sí, lo sé cabezota- le respondió con una sonrisa en sus labios- Siempre puedes contar conmigo Half.

El rubio le dió un golpecito en el hombro- No lo hagas parecer tan serio solo voy con el panadero.

-Tal vez, pero así podrías traerme algunos de esos panes rellenos- Hamson le alboroto el cabello- me parece un precio justo por ayudarte a ser el próximo gran panadero de la comarca.

El rubio soltó una risotada- Si sigues así tal vez lo logres.

Ambos hermanos siguieron caminando hasta llegar a un punto donde el camino se dividía en dos.

-Repasemos- le dijo el mayor antes de separarse-, ambos nos dirigimos donde Don Alfarje pero en realidad tú vas donde Rocafuerte y a la puesta del sol vengo a recogerte aquí mismo para regresar a casa.

-Entendido jefe- Halfred le guiñó un ojo.

El moreno le dio un empujón.

~×~

El sol ya estaba poniéndose a lo lejos mientras Half volvía al punto de encuentro que había acordado con su hermano unas horas antes, el viejo Rocafuerte le había enseñado algunos de sus trucos de repostería esa tarde tarde y el rubio no podia estar más contento, mientras caminaba por el viejo camino con una pequeña canasta llena de panes de queso  se encontró con su hermanito en unos de los costados del pasaje pateando una piedra.

-¡Estrellita!- gritó Half para llamar su atención el pecoso volteó rápidamente.

-No me digas así- dijo Sam algo sonrojado mientras se acercaba a su hermano.

Half rió- Lo que digas Sam- respondió mientras le albortaba sus rizos- ¿Por qué todavía no estas en casa?

Sam comenzó a balancearse de un lado al otro- No... quería regresar.

-¿Pasó algo? - preguntó en un tono algo paternal mientras posaba su mano en el hombro del otro rubio.

Sam se sonrojo- Nada importante- dijo mientras deviaba su vista- Solo.. ya sabes.

El mayor rió- Okey, está bien si no quieres confesar tus fechorías- añadió alzando sus manos en señal de rendimiento- pero creo que ya deberíamos volver a casa.

-Sí.. -  cuando el rizado alzó sus ojos se encontró con un pan de queso extendido por la mano de Half- ¿Gracias? - dijo tomándolo algo extrañado.

-Yo lo hice- le respondió Halfred con mucho orgullo- pero no le digas a papá- añadió guiñandole uno de sus ojos castaños.

Sam rió y ambos hermanos siguieron por el viejo camino.

-Le di flores- soltó de repente el menor haciendo que Half lo regresa a ver- a la persona que no debía.

-Oh y ¿te arrepientes de eso? - dijo el rubio de manera casual.

El moreno tardó en contestar- Para nada- dijo sintiendo sus mejillas arder.

-Entonces no te preocupes- le dió una sonrisa y siguieron caminando.

-¿In.. Incluso si es un chico?- preguntó algo tímido y el mayor se sorprendió.

-... Supongo- dijo algo esquivo.

Ambos permanecieron en silencio un buen trecho.

-No le digas nada a papá o Ham- pidió el menor en un susurro.

-Ni una palabra- dijo posando su mano en su pecho a lo lejos divisaban al castaño.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora