Sam sabía que esto iba a pasar, la verdad siempre tuvo un carácter algo fuerte pero el mayor lo superaba con creces.
Entonces ahí estaba, sentado en uno de los sillones de la sala con los brazos cruzados y escuchando como Hamson le daba un sermón del porque ir solo a cualquier lado era peligroso, ¡El ya tenía 12! Si era lo suficientemente grande para acompañar a sus hermanas a hacer recados también lo era para salir solo de casa.
-Sam la próxima al menos pregúntale a Daisy o May que te acompañen- dijo el moreno más calmado mientras masajeaba el puente de su nariz.
-Lo haré- dijo el rubio algo a regañadientes mientras se paraba y se dirigía al cuarto que compartía con su hermana menor.
El castaño lo miró algo molesto pero no dijo nada, sabía que esa edad era algo difícil.
~◇~
Eran casi las cuatro de la tarde cuando aquella niña de ojos celestes tocó la puerta, como era costumbre desde hace unos años venía a pasar la tarde con lo Gamgee.
Al abrir la puerta fue recibido por Sam que al verla cambió su expresión algo seria por una gran sonrisa.
-Hola Rosie- dijo emocionado- no pensé que vendrías.-Se me hizo tarde pero siempre llego- dijo la rubia algo sonrojada le gustaba que el mayor la llamara así.
-Pasa, Mari está terminando de lavar los platos- dijo dándole espacio para entrar.
Al entrar encontró la casa con su típico ambiente hogareño de luces bajas y olor a pan caliente, la ojos castaños al verla se lanzó a abrazarla.
-Te tardaste mucho- le dijo Marigold alegre.
-Tuve que lavar la ropa pero termine a tiempo.
Los tres niños se dirigieron corriendo hacia el cuarto de los menores pero antes de llegar a la habitación la rubia se quedó parada frente aquella habitación de puertas color café claro.
-...¿Quieres saludarla?- le dijo Sam acercándose a sus espaldas y poniendo una mano sobre su hombro, Rosita soltó un escalofrío- a estas horas sigue despierta.
-Okey- dijo la ojos celestes en su susurro.
Mari al verlo solo entró a su cuarto la verdad no se sentía bien como para entrar.
Al pasar por aquella habitación la menor notó, como siempre, un ambiente lleno de olor a hierbas curativas al adentrarse se encontró con la señora Bell recostada en su cama viendo una pequeña maceta con un crisantemo de un hermoso color blanco.
Sam se quedó parado unos segundos observando a su madre, Rose lo notó y ella se acercó primero.
-Buenas tardes señora Bell- dijo la niña algo tímida acercándose a la mujer.
-Hola mi niña- dijo la desgastada hobbit con una cálida sonrisa.
-Hola mami- dijo el rubio acercándose a sus amiga y sentándose en el filo de la cama.
-Hola solecito- dijo su madre acariciando su mano- ¿hoy no ibas a estar donde los Baggins?
-No mamá eso fue ayer- dijo Sam con sus inmesos ojos fijos en la mujer- hoy vamos a jugar con Rosie.
-No destrozaran la casa- dijo la mujer mientras fingía seriedad con un ademán de su dedo.
-No se preocupe por eso- dijo la niña dándole una sonrisa- además hoy vine a ayudarlos también con la cena.
-Me alegra oír eso mi niña.
-Hoy te haremos tu favorito- dijo Sam en un intento de animarse.
-Creo que últimamente solo hacen eso- soltó una pequeña risa que terminó en una tos.
El niño rápidamente le pasó un vaso de agua que estaba sobre la mesita de noche- Tal vez pero te lo mereces.
Madre e hijo se sonrieron, en ese momento May tocó la puerta y entró pues ya era hora de que Bell tomara sus medicamentos.
Sam y Rosita se despidieron.
-¿Está todo bien?- preguntó la niña.
-Todo perfecto, ¿vamos?- dijo el rizado evitando la mirada de la menor.
-Hoy la vi mejor- soltó Rosie antes de avanzar.
-A mi también me pareció- ambos niños se sonrieron.
~♡~
Hamfast regresó empezada la noche, estaba lleno de tierra y algo cansado pero después de una buena cena y un baño caliente se sentía mucho mejor.
Cuando Rosita se fue a su casa el mayor entró en su habitación donde se encontraba su esposa, viendo la misma flor...
La tenue luz apenas permitía ver su expresión pero él ya sabía que significaba.
-Hola querida- saludó el mayor dándole un beso en la frente.
-Hola cariño- dijo Bell con una amplia sonrisa.
-Te traje una mejor compañía- dijo Hamfast apuntando con su cabeza al crisantemo blanco- creo que esta combina mejor contigo- dijo sacando una hermosa camelia color rosa y poniéndola en lugar de la flor blanca.
La rubia miró encantada aquella flor- Amor eterno- dijo en voz baja.
Hamfast solo se recostó a su lado y la abrazo contra su cuerpo.
Esa era su respuesta.
N/A:
Crisantemo: muerte.
Camelia: amor eterno.
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Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)
FanfictionLa vida para el pequeño Frodo Baggins es un tanto monótona, lee un libro, ayudar a Bilbo con la cena, pasar un rato en el bosque. Pero todo esto cambia al conocerlo, ahora tendrá que aprender a lidiar con enanos. (Mucho años después) Vivir en la co...