Di que nunca me dejarás

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La luz lunar apenas se abría paso por las gruesas cortinas blancas de la habitación del castaño a través de ella recorría una corriente fría que sin unas buenas mantas sería difícil de soportar para un hobbit promedio pero por suerte para Frodo los enanos tenían suficiente calor corporal para soportar aquel clima, la oscuridad parecía apenas palpable mientras caía en un profundo sueño.

Goliat perfilaba con su dedo el pálido rostro del castaño, acababa de despertar de un sueño ligero al que había sido sometido, a su alrededor todo seguía oscuro con aquel clima de madrugada que congelaba los huesos y de no ser por una pequeña vela encendida junto a ellos no podría apreciar el calmo rostro de Frodo que por primera vez en mucho tiempo parecía libre de preocupaciones.

El azabache suspiró sentía en su estómago un ligero revoloteo que podría confundirse tranquilamente con la culpa, muy en su interior quería creer que seguían en aquellos tiempos donde los problemas eran ajenos a los dos pero sabía que no era así y era consciente que muchos de estos eran su culpa.

No quería martirizarse por completo y decir que él había arruinado su relación con el rizado pero no podía negar que siempre terminaba enciendo más la llama que lentamente los consumía, creaba un chisparron que los terminaba quemando, sobre todo a Frodo.

Comenzaba a cuestionarse si permanecer junto a él sería enserio la mejor idea, si no estaba siendo egoísta, si comenzaba poco a poco a encapsular su alma y con ella a Frodo. Si la mortalidad del rizado no se veía afectada por su presencia.

Observaba pasivamente la silueta de su rostro, sentía su cabeza pesada junto a un nudo en su garganta que aunque quisiera le negaba hablar "Tal vez debería" pensó para sus adentros pero enseguida fue callado por una voz más grande, él no quería marcharse pero...

En ese momento sintió como Frodo se movía inquieto cerca suyo el azabache se acercó y estirando su mano el rizado atrajo a Goliat junto a él, este sonrió.

-Tal vez...
Creyó escuchar Frodo pero prefirió pensar que era parte de un sueño.

~°~

Al amanecer el castaño sintió como la  barba de cierto enano le daba cosquilleos en el rostro buscando despertarlo, sonrió y se sentó en el suave colchón, Goliat tenía aspecto de no haber descansado la noche anterior con profundas bolsas bajo sus ojos.

-Buenos días- saludó Frodo desperezándose.

-Buenos días- contestó el azabache dándole una sonrisa cansada.

El rizado se acercó y abrazo a Goliat- ¿Te quedas para desayunar?

-No lo creo- respondió mientras revolvía sus rizos- tengo que ayudar a la casera.

Goliat creyó ver como la mirada de Frodo se ensombrecía- Trabajas mucho para ser solo un adolescente- dijo con una sonrisa.

-Tal vez, pero soy un extranjero- fue su respuesta, se levantó y antes de irse depositó un beso en los labios del castaño.

Frodo lo observó marcharse, observó la puerta por la que salió y después de unos minutos él también se levantó.

~°~

-Gracias por ayudarme a ordenar el estudio- dijo Frodo con una media sonrisa mientras desempolvaba unos viejos diccionarios.

-No es problema, además hace mucho que no venía a visitarlos- respondió Ham que estaba levantando una caja de planos y mapas.

Ambos amigos compartieron sonrisas. Siguieron acomodando el viejo estudio que cada vez parecía estar más lleno de libros escritos sin sentido del viejo hobbit.

Después de terminar de ordenar uno de los estantes ambos amigos se sentaron a tomar un pequeño descanso.

Frodo suspiró mientras observaba el pequeño vaso de agua entre sus manos- El viejo Bilbo nunca parará de escribir- sentenció.

El moreno se acercó a él- Frodo... - comenzó con algo de recelo- ¿Qué pasa con el señor Bilbo?

El castaño pareció tensarse antes de responder- Yo también quisiera saberlo- respondió en un tono tristón, hace días el viejo hobbit parecía cada vez más ensimismado en sus escritos, rara vez se dejaba ver e incluso con Frodo se había vuelto algo receloso. Receloso de su anillo- Supongo que un hobbit de su edad comienza a cerrarse.

Hamson lo miró con cierta lástima- Tal vez deberías darle tiempo, siempre a sido algo extravagante- dijo dándole palmaditas al rizado.

Frodo sonrió- Sí, supongo que es eso- contestó sosteniendo el cuenco de agua con más fuerza.

En ese momento escucharon la voz del anciano que los llamaba a tomar el té.

-Apurense muchachos si no quieren que me comas todas las galletas- dijo con el tono más amenazador que un hobbit anfitrión puede permitirse.

-¡Ya vamos tío! - respondió el castaño dándole una sonrisa al moreno.

~°~

Todavía el sol brillaba en lo alto del cielo cuando el castaño regreso a casa, fue recibido por Daisy que parecía estar bastante ocupada desenredando los rizos de Mari.

-Tiene una dura batalla por delante- le dijo Ham.

-Lo sabemos- respondieron ambas a la vez, el moreno alzó sus manos en señal de rendimiento y se dirigió a la comedor.

-Hola Ham- saludo Halfred mientras llevaba una canasta de pan integral- como te fue limpiando el estudio-.

-¿Limpiaste el estudio del señor Bilbo? -interrumpió Sam que nunca había tenido la oportunidad de verlo bien.

-Sí, estaba ayudando a Frodo- respondió revolviendo los cabellos del menor- y no interrumpas a los demás Samwise.

-Lo siento- se disculpó el menor algo cabizbajo.

El castaño sonrió- Pude ver algunos de sus mapas.

-¿Tenían dragones?

-Solo uno.

Ambos compartieron sonrisas, Halfred los interrumpió y los mandó a seguir terminar de poner la mesa mientras él servía la comida.

-¡Ya llegó papá! -anunció la morena mientras iba a abrirle la puerta.

A los pocos minutos entró el viejo Hamfast seguido por Marigold que ahora relucía una largas trenzas doradas.

-Vaya ya está servida la cena- dijo con una sonrisa.

-Hoy por fin nos organizamos- respondió May- con Halfred preparamos estofado.

Los Gamgee se sentaron a disfrutar de una cena caliente, como las ya comenzaban a escasear en el hogar.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora