Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)

Darte una oportunidad

Los campos de la comarca, en esas épocas del año, parecían mares cubiertos de flores (o al menos como los hobbits pensarían que se ve el mar) y un aroma a mermeladas frutales inundaba todo alrededor. El festival de la tarta estaba próximo a comenzar y la calidez floral inundaba el ambiente por completo, por lo general, estas eran fechas esperadas por los hobbits; lleno de baile y cerveza de malta; la tradición de entregar ramos de flores y coronas a tus amigos; regalar tartas para declararse... Frodo conocía todas aquellas costumbres y hace algunas primaveras incluso había participado en ellas.

Ahora se encontraba bebiendo una pinta de cerveza sentado en una de las mesas mientras observaba como los demás hobbits se entregaban al baile y los postres, últimamente había compartido la costumbre de su tío en no salir para todas las fiestas, en especial si eran como estas, pero Bilbo lo había convencido para que baje y 'disfrute su juventud' Frodo suspiró ¡tenía 32! Todavía le quedaba mucha juventud para disfrutar.

Aún así, no podía quejarse, le gustaba el ambiente y sus pies se encontraban moviéndose ligeramente al ritmo de la alegre canción que tocaban, además, si tenía suerte, podría ser que consiga buena compañía para pasar la noche. Frodo terminó su cerveza en un gran trago, la dejó sobre la mesa y se dirigió al centro del baile sintiendo sus pies más ligeros.

Frodo daba vueltas sobre su propio eje aplaudiendo animadamente con ambas manos mientras reía, notaba como algunas chicas hobbit (y uno que otro muchacho discreto) lo miraban mientras intentaban acercarse. El castaño sacaba a una que otra chica a bailar cuando era necesario tener una pareja, pero por lo general se la pasó bien, siguió bebiendo, cantando y riendo durante buena parte de la noche, girando alrededor de la pista y disfrutando de bailes efímeros; incluso, en algún momento de la noche, terminó encima de una de las mesas cercanas incitando a varias chicas curiosas a subir y bailar con él, algo que indignó ciertamente a muchos de los adultos presentes, pero Frodo no le tomó importancia y movió sus pies de Forma ligeramente evitando tirar las jarras vacías que estaban sobre la mesa. Al final, Merry se unió a él y ambos muchachos dieron vueltas sujetos de los brazos mientras se movían con pies ligeros.

Sam observó esta escena sentado en una mesa cercana mientras bebía un poco de su pinta, creyendo profundamente en su pecho que Frodo era cautivador, casi atrayente, bailando de manera tan despreocupada, parecía no importarle lo que pensaran los demás y Sam creía que eso era muy valiente. Sin poder contenerlo más soltó un ilusionado suspiro de sus labios que chocó contra el borde de su jarra de lata.

Estaba tan perdido. Sam sacudió su cabeza y se levantó, no creía que fuera bueno para él seguir viendo a Frodo actuando de manera tan encantadora, caminó por el festival y rechazó una que otra invitación para unirse al baile por parte de preciosas muchachas hobbit (realmente no se encontraba en ánimos de bailar pero en otra ocasión no se negaría), Sam probó uno de los pasteles que May se encontraba vendiendo y luego corrió, perseguido por su hermana, hasta llegar a un hermoso arco de flores bajo el cual, para su sorpresa, se encontraban Marigold y Tom sujetos de las manos, mirándose con un profundo cariño en sus ojos marrones, en la otra mano de su hermana Sam pudo ver que sostenía una tarta. Sonrió, sintiéndose feliz por ellos, y decidió volver al centro de la fiesta, tal vez habían regresado sus ánimos.

Sam se encontraba bebiendo otra pinta y observaba al gran tumulto de hobbits que se aglomeraba junto a la banda mientras bailaban con pies ligeros. Tras mucho pensar y observar había llegado a la conclusión de que todavía no tenía el suficiente valor como para bailar frente a tanta gente, así que, decidió simplemente observar. Sonrió al ver la alegría que desprendía aquella fiesta y tomó otro trago, de repente, Sam creyó escuchar una risa conocida, una que estaba grabada en su mente aunque fueron pocas las veces en las que pudo apreciarla.