Podríamos ser amigos

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Sam trabajaba arduamente la tierra fresca y húmeda del jardín trasero de Bag-end mientras sentía una brisa fría recorriendo su espalda, por suerte ese día había llevado su abrigo, y el sol de los últimos días de verano quemar su rostro moreno. Sonrió sintiéndose pleno mientras se levantaba e iba por su regadera para refrescar las flores de estación, era una mañana fresca y eso lo ponía de buen humor.

Frodo lo observaba disimuladamente desde donde se encontraba leyendo en un banco del jardín. A pesar de que habían pasado meses desde el incidente del festival seguía sin poder enfrentar a Sam sin sentir un dejo de vergüenza, suspiró e intentó centrarse en su lectura pero el débil tarareo de Sam volvía a sacarlo de su efímera concentración una y otra vez. Finalmente, dejó su libro de lado y se dedicó a observar como Sam podaba los arbustos decidiendo que iba a  intentar decir algo, cualquier cosa. Reuniendo todo el valor que se arremolinaba en su pecho se levantó y acercó al concentrado jardinero.

-Sam- dijo con voz suave, aun así, el chico se sobresaltó y cayó sobre su espalda -¡Lo siento!- se disculpó rápidamente mientras ayudaba a Sam.

-No se preocupe señor, solo me tomó por sorpresa- respondió Sam mientras sobaba la parte baja de su espalda -¿en qué puedo ayudarlo?

Frodo lo observó, sintiendo como parecía que las palabras habían abandonado su garganta -Yo...- comenzó mientras jalaba uno de sus rizos castaños -¿Recuerdas el festival de finales de primavera?

Sam sonrió y sus ojos brillaron con júbilo -Por supuesto señor,- respondió con voz suave como mantequilla -me alegró la noche poder encontrarlo, debería salir más;- soltó casi distraídamente mientras volvía a su trabajo y Frodo se percató como las puntas de sus orejas se colorearon -quiero decir, se lo veía feliz- añadió escondiendo su rostro.

Frodo lo miró extrañado -¿Eso crees?- preguntó y sintió una leve sonrisa formarse en su rostro, Sam asintió -No lo sé- comenzó a decir mientras se paseaba alrededor de su jardinero -No conozco mucha buena compañía para salir ¿sabes?- soltó, su voz envolvente, y lo miró expectante.

Sam permaneció en silencio, casi pensativo antes de contestar -Bueno, podría invitar a su primo Brandybuck.- dijo dejando de lado su labor y rascando su nuca -Él parece agradable.

Frodo no pudo evitar sentirse algo decepcionado por aquella respuesta -Tampoco conozco muchos lugares a donde ir- soltó en un último intento, Sam lo miró pensativo antes de inclinar ligeramente su cabeza y responder:

-El Dragón es un buen punto de encuentro- dijo y le dio una sonrisa amable que Frodo respondió sintiendo una espina clavarse en su tórax.

Resignado, dejó escapar un pesado suspiro y volvió a dirigirse al banco donde había dejado abandonado su libro, necesitaba un poco de distracción. Intentó leer bajo los cálidos rayos del sol veraniego, a pesar de ser el clima perfecto para un jugo fresco acompañado de una lectura ligera su mente seguía yendo continuamente hacia el chico que regaba sus arbustos. Cada tantas palabras se permitía mirarlo de soslayo apreciando su perfil serio y las pecas que bañaban sus mejillas. Frodo sacudió su cabeza y volvió a enfocarse en su libro, al menos por unos minutos, el calor hacía que pensara de más.

Sam, por su parte, sentía como un fino sudor recorría sus sienes y no se debía exactamente al cálido sol sobre él. Sam no era muy astuto pero pudo notar como Frodo había intentado decirle algo más allá de sus palabras ligeras y voz relajada, eso lo desconcentraba. Sin poder evitarlo, miró disimuladamente a su lado para encontrarse a su señor leyendo con el ceño ligeramente fruncido mientras el sol bañaba sus rasgos llenándolo todo de un tinte dorado, casi élfico, pensó Sam. Dejó escapar un suspiro lleno de anhelo antes de volver a su labor.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora