Las águilas lle...

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Su cabeza reventaba de dolor, un dolor profundo y quemante, sentía la herida quemar contra su cráneo y una sensación de humedad en él, pero no le importó, tenía algo más importante que hacer. De hecho, estaba corriendo hacia lo más importante que tenía que hacer en su vida. Thorin estaba solo y Bilbo estaba dispuesto a enfrentarse con Azog si servía para evitar su futuro.

El pelirojo llegó a un lago congelado desde una distancia considerable entre él y la vil escena frente suyo. Sus ojos se abrieron con horror ante la batalla entre Thorin y el gran orco.

Ahogó un grito e intentó acercarse a través del inmenso hielo, la mano en su puñal, pero algo dentro de él parecía detenerlo.

<<-No ahora- se dijo a sí mismo desesperado- ¡de todas las ocasiones en que pude! Deja mi lado Tuk salir- rogó en vano>>.

Alzó sus ojos verdes y se encontró fugazmente con los diamante. Thorin se había percatado de su presencia, se veía cansado y herido, le dió una expresión suplicante pero manteniendo su característica severidad como pidiéndole que se largara de ese lugar. De la última pelea.

Bilbo trago saliva y apresuró su paso en su encuentro con el rey bajo la montaña pero no contó con un desliz traicionero que en un instante lo derrumbó. Un golpe fuerte en la cabeza, visión borrosa de la batalla. Silencio.

~°~

Bilbo despertó, su cabeza palpitaba, no creía estar listo para asegurarse si la humedad en sus rizos significaba otra vez sangre fresca o cuanto tiempo había pasado. Se levantó lo más rápido que pudo y se dirigió junto a los dos bultos sobre el hielo en la distancia.

-Oh no, por favor, no- se dijo el magullado hobbit al reconocer a su azabache en el suelo- Oh por... ¡Thorin!- Bilbo chilló y se dejó caer junto al cuerpo del mayor que al encontrarse con él sonrió forzadamente.

-Bilbo- dijo con dificultad estirando su mano hacia el rostro consternado pero si poder concretar el ansiado toque, Bilbo agarró su mano en su lugar, el rostro de Thorin se oscureció- Lo siento tanto maese Bilbo- comenzó intentando incorporarse- lamento haberme cegado por el arkenstone, sobre todo, lamento haberte alejado- el azabache no pudo evitar toser.

-Thorin eso ya no importa- Bilbo acarició firmemente su fría mano intentando mantener su propia compostura.

-Perdóname, necesito tener tu perdón para poder descansar.

Bilbo palideció al escuchar estas palabras-Debemos conseguirte ayuda- el hobbit alzó su cabeza en alerta y comenzó a escudriñar los alrededores, pero el cielo estaba vacío- ¡Ayuda! ¡Hay alguien, necesita-...

El azabache lo interrumpió- No hagas eso- dijo posando sus ojos zafiro en los limón- será en vano, mejor mírame a mi. Quiero que seas lo último que vea.

-Thorin no digas eso, te lo pido- la voz de Bilbo se quebró con un dejo de desesperación y fue acompañada por lágrimas que habían estado contenidas- Tú no... Tú no vas...

-No llores ahora- dijo en voz débil- deseo llevarme lo bueno de ti y quiero que regreses con lo mejor de mi a tu hogar, con tus pañuelos y botones...

Bilbo se acercó a Thorin casi recostándose junto a él- Lo haré, lo hago.

Thorin unió su frente con la de Bilbo en un gesto amoroso y cálido pero que de alguna manera seguía sintiéndose como una despedida. El hobbit se separó y pudo apreciar la última mirada de Thorin que aunque oscura se veía tranquila y plena, su boca se abrió y débilmente soltó una vagas palabras que helaron a Bilbo, su cabeza retumbante. Thorin dejó de moverse.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora