No es tan importante

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El comienzo de la primavera se sentía en el aire, los colores eran vívidos y Sam ya estaba por cumplir once años.

El pequeño hobbit ahora ayudaba a su padre como su mini asistente de jardinería en las mañanas lo ayudaba a regar las plantas del patio, transportar el abono al pequeño carro que tenía Hamfast para llevar algunas cosas de su trabajo y en la tarde iba a dejar recados para el señor Bilbo ya que últimamente había estado comportándose más huraño de lo normal y apenas salía.

La verdad esta rutina le gustaba mucho ya que el resto de la tarde tenía para jugar con sus hermanas y Rosita o algunos de sus amigos, además siempre disfrutaba de saludar al joven Frodo que lo recibía la mayoría de las veces al abrir la puerta, le parecía alguien agradable, su cabello era lindo y cuando tenía tiempo le leía algunos de los libros que cargaba consigo, algo que Sam disfrutaba.

Esa tarde se encontró al castaño sentado en un banco frente al agujero-hobbit. Tenía, como de costumbre, un libro en su regazo y parecía estar especialmente concentrado, su cara parecía algo seria pero mientras sus ojos seguían leyendo lo que conteniera aquel libro parecía suavizarse.

-B-buenos días joven Frodo- dijo Sam con su sonrisa sin un diente.

El castaño pareció sobresaltarse- Oh hola Sam- el mayor cerró su libro y lo dejó a lado suyo, el rubio pudo notar como unas esquinas de un papel viejo y manchado sobresalían de el- ¿trajiste lo que pidió Bilbo o solo vienes a vernos?- dijo con una sonrisa.

-Vine a dejarles unas mermeladas, mamá está un poco enferma así que no las pudo preparar ella pero las hizo Daisy- habló de manera rápida.

-Entonces deben estar deliciosas- concluyó Frodo.

Sam sonrió- Bueno eso es todo- el rubio miró un rato el viejo libro a lado del mayor.

El castaño lo notó y tomó el pequeño libro- Sam te interesa mucho la lectura ¿no?- el niño asintió- además estás todavía a tiempo para aprender- dijo con su típica voz calma.

-¿Aprender qué?- dijo el de rizos dorados.

-A leer, claro si quieres, a Bilbo le haría bien estar con alguien como tú.

Sam se quedó pensativo con su regoderta cara en una pequeña sonrisa.

Esa misma noche después de un día más atareado de lo normal cuando todos estaban en la cena decidió preguntar.

-Pa,-dijo el niño mientras dejaba su cuchara sobre el plato- Em.. te tengo una pregunta- dijo algo tímido.

-Qué pasa solecito- preguntó su padre mientras le servía más papas a Half.

-¿Podría tomar clases de lectura con el señor Bilbo?- dijo tomando coraje.

Half dejo escapar una pequeña risa que contuvo al ver el rostro de su padre. Ham levantó su cabeza del plato por primera vez.

-¿A qué viene este interés?- preguntó su padre- no creo que eso sea algo muy necesario para gente como nosotros Sam.

-P-pues hoy hablando con el joven Frodo- Sam notó como su hermano mayor lo miraba de forma extraña, sabía que él se llevaba bien con el de tez pálida pero por alguna razón no le gustaba que nadie se acercará a él- y... dijo que podría ser una buena idea que el señor Bilbo me diera clases... para subirle el ánimo.

-Pues a mi me parece bien- opino May regalandole una sonrisa a su hermanito antes de regresar a su sopa de legumbres.

Hamfast estaba por responder cuando su esposa habló.

-Me parece bien que tomes clases con él, mientras no te olvides de tus demás obligaciones, ¿No Hamf?- su madre le regaló su típica sonrisa maternal que siempre tenía ciertos aires de complicidad y luego miró a su esposo.

-Supongo que tu madre tiene razón- dijo mientras tomaba la mano de Bell- podrás asistir mientras sigas cumpliendo tus deberes.

Sam les sonrió y prometió que trabajaría duro.

N/A:

1.- Sam siente mucha admiración por Frodo.

2.- Sam ama leer

3.- ¿Saben lo que en realidad leía Frodo?

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora