Inapropiado para la Edad

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El pequeño Sam se había escondido en un rincón del pequeño invernadero que se encontraba en el patio de su casa en busca de la flor perfecta para regalarle al castaño, desde que Rosie había mencionado aquello de las flores esa idea no había salido de la pequeña cabeza rizada.

El joven hobbit quería demostrar el aprecio que tenía por el mayor de esta manera pero no estaba seguro del porqué, a hurtadillas caminó por el reducido espacio hasta llegar a una maseta con flores blancas, Sam sostuvo el pequeño libro de cuerina sobre su pecho. Un tulipan blanco.

Sam no iba a regalarle cualquier flor a Frodo tenía que darle algo que tuviera algún significado, el rubio revisó aquel libro por horas hasta llegar a los tulipanes y leer sus significados, las mejillas del menor se sonrojaron al recordar lo que representaban aquellas flores color nieve, al principio estaba reacio a escogerlas pero en esa larga noche llegó a aquella conclusión...

El pecoso con todo el sigilo que puede tener un hobbit se encaminó hasta su cuarto y se encerró en el, con cuidado sacó los tulipanes que había protegido en el interior de su chaqueta y con suma delicadeza armó un ramo de nieve uniéndolo con pedazos de cuerda de fibras finas, Sam realizó este trabajo con el mayor cuidado del que era capaz y al final adjuntó un pequeño pedazo de papel con un mensaje escrito.

"Para Frodo.
Espero que le guste este ramo"

El joven estaba apunto de escabullirse fuera del hogar pero en ese instante el viejo Hamfast irrumpió en la habitación.

Sam enseguida ocultó el ramo detrás suyo.

-Oh solecito, pensé que ya habías salido- soltó su padre algo sorprendido de encontrarlo ahí en plena tarde.

-Me distraje terminando algo- respondió nervioso el pecoso.

En ese momento el mayor lo notó- ¿Qué tienes ahí Sam? - preguntó con una sonrisa.

-Na-nada- dijo el menor sintiendo una inquietud en su pecho.

Hamfast enarcó una ceja- Déjame ver mijo.

Sam ya resignado le entregó lentamente el ramo de tulipanes a su padre, quien sonrió ampliamente.

-¿Es un regalo para Rosita?- preguntó el moreno con una sonrisa, acto seguido abrió la pequeña nota que estaba atada en el ramo pero no pudo descifrar su contenido al no saber leer.

-¿Eh? - soltó el menor-... No- respondió Sam pero enseguida se arrepintió.

-Entonces para quién es- Hamfast se cruzó de brazos.

El rizado sintió sus mejillas arder- Es... para el joven Frodo- soltó ya que no planeaba mentirle a su padre- son de agradecimiento por sus clases.

Al decir eso la expresión de el tío cambió por completo - No puedes darle esto- expresó el moreno apretando el ramo entre sus gruesas manos haciendo que Sam asustado se acercara a su padre intentando quitarle el ramo.

-Pe-pero son de agradecimiento- chilló el joven.

-Sam tu sabes bien que significan estas flores- el castaño alzó la voz inconscientemente- todos en la casa sabemos que significan.

-No encontré otras- añadió Sam mientras seguía intentando arrebatarle el pequeño ramo.

En ese momento fueron interrumpidos.

-¿Qué sucede aquí? - preguntó el primogénito de los Gamgee mientras se acercaba curioso al pequeño cuarto- ¿Apa?

La cara del mayor se veía algo roja- Tú hermanito anda de incoherente-fue su respuesta mientras agitaba sus manos.

-¡No es verdad! - respondió Sam en un chillido- solo quiero agradecerle al joven-.

-Sam ambos sabemos que significan los tulipanes, mejor dale estas flores a Rosita yo mismo te ayudaré a encontrar otro ramo- dijo Hamfast ahora más tranquilo mientras masajeaba el puente de sus nariz.

-¿De qué hablan? - Hamson se cruzó de brazos.

-Apa no me devuelve mi ramo- el pecoso seguía alzando sus manos intentando agarrarle.

-Sam no está entendiendo que regalar este tipo de flores no es apropiado entre hombres- el pequeño parecía estar a punto de llorar y el castaño lo notó.

-Vamos apa no creo Sam sepa el significado- intentó defenderlo Ham mientras le daba una mirada al menor en busca de alguna respuesta pero este apartó la vista.

-Hamson entre todos nosotros Sam es el que mejor sabe su significado.

-Okey pero tal vez se refiere al amor puro de amigos,- respondió Ham- ¿No es así Sammy? - el pequeño asintió.

El tío suspiró - Okey, aún así debes cambiar estas flores por unas más adecuadas- Sam por fin pudo sostener el ramo de nuevo- pero de todos modos no debemos desperdiciar estas- Hamfast le sonrió a su hijo- deberías dárselas a Rosa.

Samwise asintió- En ese caso voy por unas Rosas amarillas-dijo mientras se tambaleaba sobre sus pies.

El tío sonrió y abandono la habitación.

-Gracias por ayudarme- dijo Sam mientras limpiaba una de sus mejillas.

-Para eso estamos hermanito- respondió Ham mientras alborotaba los rizos dorados quemado del menor.

~°~

Sam salió de casa con ambos ramos en mano, salió con paso firme hasta estar seguro de encontrarse lo suficientemente lejos de su casa en ese instante se desvió y dirigió hacia el gran agujero hobbit, mientras más se acercaba sentía como su corazón estaba apunto de salirse de su pecho. Tal vez era por desobedecer a su padre, tal vez por algo más. No estaba seguro pero todavía no entendía porque se empeñaba tanto en dejarle aquellos tulipanes al castaño, decidió no pensar en eso y sin darse cuenta ya estaba en la gran entrada.

Una vez ahí el moreno seguía sintiéndose bastante inseguro su mano permanecía estática frente a la redonda puerta, en ese momento pudo escuchar voces dentro del hogar pero al contrario de encontrarse con aquellas alegres que reían y cantaban se encontró con voces turbulentas, parecía una discusión pero de aquellas que Sam escuchaba en la casa de Rosie.

Dudó mientras permanecía de pie frente a la gran puerta, el viento corría a sus espaldas. Sam tomó un respiro y acercó su mano a la gran puerta.

-Siempre es lo mismo- dijo la voz de Frodo.

-Tal vez no lo sería si no fueras tan infantil- respondió una voz más gruesa que percibió como la de Goliat.

-Discúlpame por ser un adoles- espera un momento tengo que abrir- la voz del castaño sonaba claramente frustrada, aún así al abrirla dió una gran sonrisa pero no había nadie, el de tez pálida observó a los lados pero no había rastro e iba a cerrar de nuevo la gran puerta pero notó el pequeño ramo.

Delicadamente lo tomó y olió las blancas flores, después echó un último vistazo y entró.

El pecoso observó esto de lejos, con aire triunfante y se dirigió a casa de Rosie, en el trayecto no paró de sentir un nudo extraño en su estómago al recordar aquellas voces frustradas escondidas detrás de aquella puerta verde.

N/A

Tulipanes blancos: amor puro y sincero
Rosas amarillas: amistad

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora