Miradas

26 6 11
                                    

Sam se encontraba subiendo con su vieja carreta el camino hacia Bag-end. Era un día gris y corría un fresco viento otoñal que calaba en los huesos, Sam estaba agradecido de haber seguido el consejo de May y usar una bufanda. Caminaba sumido en sus pensamientos cuando fue interceptado por Tolman que se interpuso en su camino causando que el pobre hobbit casi dejara caer sus herramientas.

-¡Tom! ¡Qué susto me has dado! -exclamó Sam algo molesto mientras llevaba una mano a su pecho y suspiraba.

-Lo siento por eso.- se disculpo mientras agarraba sus manos y las retorcía nerviosamente. Sam lo miraba, impaciente, esperando que explicara qué lo había traído hasta ahí- Te seguí para pedirte un favor- soltó finalmente liberando el aire que aparentemente estaba conteniendo. El rubio alzó una ceja con curiosidad instándolo a continuar- Okey- dijo después de soltar un pesado suspiro y pasar una mano por sus mechones azabache- ¿Me ayudarías con tu hermana? Marigold, obviamente.

Sam abrió sus ojos castaños de sobre manera, no esperaba una proposición como esa tan temprano en la mañana- ¿Por qué yo? -respondió saliendo de su asombro y acomodando su bufanda.

-¡Vamos, Sam! No creo que sigas molesto por lo de Rosie,- dijo Tom con un puchero- además fue Jolly el que estaba más resentido contigo yo solo lo estaba de manera regular.

-¿Qué? No, no es eso- negó Sam sintiendo sus mejillas arder- solo... ¿Por qué no hablas con ella directamente? O le pides ayuda a Rosie, seguramente estará encantada- dijo mientras volvía a poner en marcha su ascenso al smial.

-No quiero que Rosie burle de mi- respondió siguiendo a Sam de cerca- y no quiero darle una peor impresión a Marigold, ella sí se enojo conmigo cuando tú y Rosie dejaron de hablarse.

Sam suspiró. No entendía a Tom, es verdad que su hermana no estaba exactamente contenta con el azabache después de todo el problema después de la ruptura, pero cuando él y Rosie volvieron a hablar Marigold pareció darle otra oportunidad y pudo notar como se despertó en su hermana un cierto interés por el mayor de los Cotton.

-No creo que necesites mi ayuda si te soy sincero,- comenzó Sam recordando como su hermana últimamente insistía en acompañarlo al granero de los Cotton- pero haré un esfuerzo por hablarle más cosas buenas de ti.

Los ojos del azabache brillaron- Te lo agradezco Sam- dijo mientras se alejaba corriendo colina abajo- ¡Bendito sea el día que te arreglaste con Rose! -exclamó y Sam sonrió para sus adentros.

Estar en buenos términos con los Cotton era un verdadero alivio.

Sam podía recordar claramente aquella tarde de verano, hace más de un año, en la que él y Rosie por fin volvieron a ser una especie de amigos. Llevaba algún tiempo desde que volvieron a hablar cordialmente cada vez que coincidían en el mercado o durante su trabajo ayudando al viejo Tom Cotton en el granero, pero aquel día en especial se encontraba solo mientras cargaba algunos sacos de papas y legumbres a un viejo carro bajo el abrasador calor del verano cuando Rosie se acercó al con una bandeja y dos vasos de limonada.

-¿Interrumpo? -había dicho mientras dejaba la bandeja sobre un montón cuadrado de heno.

-Para nada- respondió casi dejando caer un gran saco de zanahorias. Rosie había sonreído, sus mejillas y hombros bañados de pecas diminutas.

Ella había preguntado si podía quedarse junto a Sam mientras trabajaba y este aceptó sin ningún problema sintiéndose algo nervioso, el tiempo había pasado y Rosie florecía como la flor más hermosa en la comarca (cuando se hablaba de chicas-hobbit claro está), Sam no podía sentirse más feliz de que se le permitiera volver a ser parte de la vida de Rosie. Hablaron de todo y nada mientras el rubio seguía cargando el carro con sacos interminables de la gran cosecha del viejo Tom, Rosie agitaba sus pies subida encima de un montón de heno escuchando atentamente a su amigo (si seguía siéndolo) sobre cómo su vejete había accedido a darle el puesto de jardinero de Bag-end. -Es una noticia espléndida, Sam- había dicho con una genuina sonrisa.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora