Capítulo 97: No te acerques a Kirishima.

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—¡Kirishima!

Su mente estaba volviendo a reproducir aquellas imágenes dolorosas. Kirishima era incapaz de reaccionar, no podía escuchar la voz de Kaminari.

[...]

Hace más de cuatro años...

Ashido siempre había sido una buena amiga.

La joven solía ser de clase media, pero cuando su madre se divorció y casó con un noble, su vida mejoró drásticamente y empezó a vivir con las comodidades de la clase alta. Fue de las primeras amigas de Yaoyorozu, la cual atesoraba con gran cariño.

Kirishima la conoció por primera vez cuando tenía 14 años. El pelirrojo estaba aprendiendo a vender la ropa que él mismo tejía y cualquier otro utensilio que construía, y aquello llamó la atención de la joven de cabello rosa.

—¡Wow! ¡¿Lo has hecho tú mismo?! —exclamó con curiosidad, levantando una camiseta gris que estaba a la venta.

—¡Sí! ¡Están en oferta, 2x1!

Aquello marcó el comienzo de su amistad y que, por lo tanto, Eijirou conociera también a Momo, haciéndose amigo de ella y luego de Iida, el cual conocía a otros dos jóvenes; Izuku y Ochako.

En muy poco tiempo, los seis se volvieron amigos muy unidos. Solían quedar para pasar el rato, hablar y divertirse. Ashido era la que unía al grupo con su alegría y optimismo, contagiando aquel entusiasmo a la mayoría de ellos, sobre todo a Uraraka y Kirishima.

El pelirrojo siempre recordaba los consejos que su amiga le brindaba. Parecía muy segura de sí misma y nunca dudaba. No dejaba que nadie controlara su vida.

Por eso todavía se culpaba a sí mismo. Porque, quizá, si esa noche hubiera hecho algo para evitarlo, Ashido seguiría con vida. Porque debería haberse negado, no haber accedido con tanta facilidad.

A pesar de que todos sabían que últimamente varios nobles habían sido asesinados de noche y que no era recomendado salir de casa cuando anochecía, Mina se había escabullido de casa para que Eijirou le enseñara a cazar. Era algo que le hacía bastante ilusión.

—¿Sabes los rumores de los asesinatos...? —dudó el pelirrojo, queriendo negarse y sabiendo que podía ser una mala idea.

—¡Da igual, no va a pasar nada malo! —respondió la joven, restándole importancia y asumiendo que estarían bien.

Pero Mina no se había percatado que, desde que abandonó su hogar por la noche, alguien les había estado siguiendo hasta la entrada al bosque donde habían quedado.

Eijirou recordaba perfectamente cómo Ashido intentaba resistirse, pero aquel hombre seguía apuñalándola sin detenerse. Recordaba cómo su cuerpo era incapaz de reaccionar ante lo que veían sus ojos. Recordaba la voz de Ashido gritándole, pidiéndole ayuda al principio para después volver a gritarle que se largara, que huyera.

—¡Vete! ¡Kiri...!

Su voz se ahogaba entre el dolor que sentía y la sangre que estaba empezando a escupir mientras que Kirishima solo podía observar la situación incapaz de hacer algo.

No fue hasta que el cuerpo de Mina dejó de moverse que el pelirrojo reaccionó. Sin mirar atrás y sintiendo cómo era perseguido, se alejó corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían. Conocía el bosque a la perfección, así que le fue relativamente fácil perder de vista a aquel hombre, sobre todo porque era de noche.

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora