Schiavus [Boku no Hero Academia]

Capítulo 57: Odio a Endeavor.

Estaba siendo llevado por aquellos guardias y en poco tiempo sabría si, alomejor, tendría la suerte de que Shigaraki fuese el que me juzgase.

"Necesito volver a ver a Todoroki..."

[...]

POV Narradora

Fue cuestión de tiempo que Iida fuese llevado al palacio y, por lo tanto, destinado a ser juzgado por uno de los reyes.

Él sabía que sus posibilidades eran del cincuenta por ciento y que, pasara lo que pasara, no se arrepentiría.
Porque sabía que Midoriya podría hacer algo para cambiar todo.

—¡Shigaraki Tomura! —el mencionado nombre por uno de los guardias hizo suspirar a Tenya—. Le traemos a otro joven más que ha cometido delito no planificado.

Iida miró a su alrededor y pudo ver cómo había una gran cantidad de guardias rodeando toda la sala; en el centro estaba dicho rey, sentado en su trono y rascándose el cuello de una manera bastante desagradable. A su lado había tres jóvenes que parecían estar conversando sobre algo importante.

—Ah... —suspiró Tomura mientras se levantaba—. Qué aburrido —agregó mirando al chico de gafas—. Haced lo mismo de siempre, ¿no?

—¿Ejecución rápida? —inquirió uno de los guardias que se hallaba al costado del inculpado.

Iida abrió los ojos con temor al escuchar aquellas palabras.
Pensó que, al ser Shigaraki, no habría problema alguno.
Pensó que podía aferrarse a la posibilidad de cadena perpetua.

Él creía que iba a volver a ver a Todoroki.

—¡E-Espere! —exclamó con nerviosismo, pero tratando de mantener la compostura—. ¡¿No debería ser juzgado según mis actos?! —siguió intentando hacerle cambiar de opinión.

—¿No debería darte igual? —respondió Tomura acercándose cada vez más al joven—. De todas formas, ya estás muerto, ¿no? —finalizó pasando su mano por el cuello de Iida y sonriendo de satisfacción al ver el rostro horrorizado del noble.

Debía de pensar en algo, pero tenía la mente en blanco. No supo qué decir en esos momentos.
Diversas palabras y recuerdos confusos pasaban por su cerebro, dejándole sin respuesta y cada vez más aterrado.

—¿Y bien? ¿Alguna última palabra? —seguía Shigaraki regocijándose del sufrimiento ajeno—. Si no es así... Ejecutadlo —ordenó separándose y haciendo que los guardias asintieran para luego alejarse junto al inculpado.

Por más que intentase pensar en algo, le era imposible.

"Ejecución rápida..."

Simplemente iban a cortarle la cabeza como hacían con muchos otros que, a diario, incumplían alguna importante ley. Sea lo que sea que hicieras y que estuviera prohibido, ibas a ser condenado ya sea a cadena perpetua o a alguna ejecución, ya fuese la rápida o la pública, donde la gente disfrutaba de ver a las personas siendo quemadas vivas.

—Endeavor —murmuró Iida para luego ir subiendo su tono de voz, desesperado por conseguir aunque sea algo más de tiempo—. ¡Endeavor!

—Mantente en silencio —ordenó uno de los guardias al escuchar aquel grito.

Pero aquel dicho nombre llamó la atención de Shigaraki, el cual optó por acercarse hacia los guardias que estaban a pocos pasos de alejarse de la sala principal para dirigirse a la de ejecuciones.

—¿Qué ocurre con él...? —preguntó Tomura con cierta curiosidad y una repulsiva sonrisa fingida—. ¿Tienes algún asunto con mi querido aliado?

Iida no tenía nada que perder. No importaba lo que dijera; de todas formas, como había dicho el rey, ya estaba muerto.

Shigaraki no podía relacionarle con ninguna persona ya que Tenya se había independizado y, además, ya daba igual.

Porque, en menos de una hora, iba a ser ejecutado.

—¿Y bien...? —continuó Tomura cada vez con menos paciencia y rascándose el cuello más rápido.

—Quiero... —murmuró Iida con una leve sonrisa—. Endeavor estará muerto —finalizó ocultando su rostro.

—¡Blasfemias! —gritaron los guardias que estaban junto a Tenya.

—Esperad... —aplicó Shigaraki sin poder evitar sonreír de manera inconsciente—. Dejádmelo a mí... yo le castigaré —siguió, haciendo que los vigilantes se separasen del noble y Tomura pudiera pasar su brazo por los hombros de Iida—. Yo me encargo —finalizó dispuesto a alejarse con aquel inculpado.

—Si usted lo dice, ¡de acuerdo! —respondieron los guardias dispuestos a regresar a sus puestos de trabajo.

—Genial... —murmuró Shigaraki.

El rostro de Tenya estaba pálido. A penas podía respirar con facilidad y los nervios mezclados con el terror por, quizás, haber dicho algo que empeoraría las cosas, le estaba comenzando a desesperar.

Se imaginó la peor de las situaciones.
Imaginó que Shigaraki, al ser cercano y aliado de Endeavor, querría hacerle pagar por la blasfemia dicha de una manera mucho más dolorosa.
Se imaginó siendo despellejado vivo. Imaginó cómo el mismo rey le arrancaba la piel lentamente con un cuchillo mientras disfrutaba de su dolor.

—Relájate... estás muy tenso —le comentó Tomura al oído, haciendo que su nerviosismo empeorase aún más—. Solo quiero hablar de eso... que dijiste antes. Estoy interesado... —terminó sonriéndole de una forma escalofriante y alejándose cada vez más de la sala principal, hasta llegar a un largo y estrecho pasillo en el que, al parecer, no había ni un solo guardia.

Estaban completamente solos y nadie podía escucharles.

Iida no supo si aquello era de verdad algo malo. Las palabras tan concisas y sin detalles de Tomura no le daban las respuestas que necesitaba.

Quizás, lo mejor era arriesgar.

—Yo... odio a Endeavor —decidió confesar mientras era guiado por Shigaraki.

A los pocos segundos de decir ello, el rey se detuvo. A continuación comenzó a reírse compulsivamente mientras se podía ver claramente una gran sonrisa en su rostro.

—¡Genial! ¡Me viene genial! —sentenció Tomura—. ¡Tú! ¡Tú tienes cara de saber cómo, ¿verdad?! —prosiguió poniéndose al frente de Iida y mirándole a los ojos, cosa que aterró bastante al joven.

Los ojos enfermizos, las arrugas y la sádica sonrisa de aquel rey... lo único que le provocaba era terror y desconfianza.

—¿S-Saber...? —inquirió Iida cada vez más confuso.

—Tú... sabes cómo matarlo, ¿verdad?

[...]