Capítulo 35: Parece que se repite la historia.

2.9K 517 287
                                    

—¡Iida! —exclamó Kirishima; al parecer conocía al chico que estaba al lado del que realmente me llamó la atención.

—Todoroki... —murmuré sin creer lo que mis ojos estaban contemplando.

POV Narradora

Iida había hecho como si aquel abrazo que vio entre Kirishima y Kaminari no hubiera ocurrido y se acercó felizmente hacia su amigo pelirrojo; esos temas no eran algo que se le diera bien al joven con gafas.

—¡¿Qué haces por aquí?! —le inquirió Eijirou con una amigable sonrisa.

—¡Mi schiavu y yo acabamos de ir a retribuir los impuestos por adelantado y justo tenía pensado ir a visitarte! —informó con entusiasmo—. Creo que todavía no te lo he presentado, se llama Todo... —trató de seguir diciendo pero la figura de cierto rubio que pasó velozmente por su lado le interrumpió.

Kaminari se había tirado encima de Todoroki.

—¡Todoroki! —exclamó dicho rubio mientras juntaba sus mejillas con las de Shouto de manera amistosa.

—Kaminari, para —murmuraba el de cabello bicolor con cara de póker pero con cierta felicidad en sus ojos.

—Parece que se repite la historia... —dijo Kirishima para sí mismo rascándose levemente su mejilla mientras trataba de ignorar la escena que se podía contemplar.

Los celos eran algo que Eijirou no podía evitar sentir.

—¡Todoroki! ¿Conoces al schiavu de Kirishima? ¡Qué casualidad! —añadía Iida moviendo de manera extraña sus manos.

—Algo así... —comentaba Shouto mientras trataba de librarse de Kaminari.

—¡Kirishima, hay que volver rápido! —se levantó y exclamó repentinamente Denki, dedicándole una enorme sonrisa a su dueño.

—¡Claro! —aceptó el pelirrojo con un pequeño rubor y devolviéndole dicha sonrisa.

—Eres Kaminari, ¿no? —interrogó Iida mientras ayudaba a su schiavu a levantarse.

—¡Los demás están ahí! —exclamó el rubio ignorando por completo a Tenya y yendo en contra de los principios de respeto del joven noble.

—¡Kirishima, controla a tu schiavu! —reclamó Iida volviendo a mover de manera extraña sus manos.

—¡Luego os presentáis, qué más da! —comentó el pelirrojo uniéndose al rubio que ya estaba a punto de irse hacia la cabaña en la que estaban ciertos schiavus reunidos.

—¡Vamos, Todoroki! —llamó Denki haciendo que el de cabello bicolor se acercase por instinto a seguirles.

Pero Shouto se detuvo al darse cuenta de que había alguien que aún no había avanzado.

—Iida, ¿no vas a...? —inquirió girándose para ver a su dueño.

—¡No te preocupes! Voy a comprar unas cosas y luego os daré el alcance, ¡ve con ellos! —respondió Tenya antes de que Todoroki pudiera terminar de formular su pregunta.

—De acuerdo —confirmó el de cabello bicolor—. Gracias —murmuró en voz baja para girarse y seguir a los dos chicos entusiasmados que no dejaban de hacerle señas.

Poco a poco, Shouto estaba comenzando a tener cierto interés en Iida.

—Bueno... —dijo para sí mismo el joven de lentes una vez se hallaba solo—. ¡A gastar se ha dicho!

Si alguien no controlaba el dinero que poseía Iida, en cualquier momento se le iba a terminar.

[...]

Mientras tanto, en la zona del mercado donde vendían schiavus, cierta joven de cabello rubio se hallaba con una sonrisa y una gran cantidad de bolsas repletas de monedas de oro.

—¡La quiero reservar, la quiero reservar! —exclamó Toga mientras le ofrecía a un vendedor la cantidad inmensa de dinero.

—¡Wow, jovencita, esto es demasiado! ¡Claro que sí! ¿Para cuando quiere hacerse con Ochako Uraraka? —respondió aquel señor con alegría al ver todo ese oro.

—Uhm... —murmuraba pensativa para sí misma—. ¡Tres meses, dentro de tres meses volveré a por ella! Oh, pero espero que no muera... —agregó con una sádica sonrisa.

—¡De acuerdo, entonces solo firme aquí y listo!  —aceptó el vendedor feliz por el dinero conseguido.

—¡Será genial! —decía con ilusión la dulce Himiko.

[...]

Por otro lado, Midoriya parecía no querer rendirse ante lo de llevar a casa a su schiavu.

—¡P-Por favor! —rogó de nuevo al rubio amargado que seguía negándose a ir con su dueño.

—Que no quiero —respondió otra vez Katsuki evadiendo la mirada de lástima que Izuku estaba poniendo.

Tsuyu, pensativa, observaba todo sin saber muy bien qué más decir. Había intentado ayudar, pero Bakugou era demasiado testarudo.

—¡Chicos! —una voz lejana llamó la atención de los tres jóvenes que se hallaban junto al río.

Conforme avanzaban más, pudo distinguirse mejor las voces y las siluetas de quienes estaban llegando. Kirishima lideraba, Todoroki iba detrás y Kaminari estaba, sin aliento, intentando continuar hasta el final mientras sus piernas se lo permitían.

—¡K-Kirishima! —exclamó Midoriya acercándose bastante feliz al ver a lo que probablemente era su única esperanza—. Y... —dudó al ver a cierto joven con cara de póker, la cual cambió radicalmente al dirigir su mirada hacia los schiavus que se encontraban detrás de Izuku.

—¡Chicos...! ¡Todoroki...! —trataba de exclamar Kaminari llamando la atención de Katsuki y Asui mientras hacía el esfuerzo para no quedarse sin aire.

—Bakugou... —comenzó Shouto atónito al ver al joven con el ceño fruncido que acababa de girarse—. Tsuyu... —agregó cuando contempló la sonrisa que cierta chica le estaba dedicando.

—Todoroki —dijo Asui con alegría, levantándose y dirigiéndose hacia el chico de cabello bicolor para abrazarle amistosamente.

Shouto correspondió el abrazo para luego separarse y volver a mirar a la persona que aún no se había levantado y que se había vuelto a girar para ignorarle por completo.

A Bakugou toda la situación se le estaba haciendo complicada; mucho más porque no sabía cómo debía reaccionar ante Todoroki.

[...]

•◇◆◇◇◆◇•◇◆◇◇◆◇•

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora