Capítulo 84: Algunos intentamos dormir.

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—¡ME IMPORTA UNA PUTA MIERDA! 

Wow... —murmuró Denki bastante sorprendido por el espectáculo que acababa de presenciar. 

Y, efectivamente, aquellos gritos no habían pasado desapercibidos; Bakugou Katsuki había conseguido despertar a absolutamente todos los schiavus de la celda. 

—¿Hah? ¿Qué estáis mirando, bastardos? —inquirió al girarse y notar cómo decenas de jóvenes de su edad le miraban. 

[...]

Esa noche en el calabozo Bakugou Katsuki acababa de convertirse en el objetivo de muchos de los schiavus a los que había despertado con sus gritos. 

La primera impresión siempre era importante y, a diferencia del otro nuevo schiavu Todoroki Shouto, había dado una mala imagen; la peor posible. 

—¿Un delincuente...? —se podía escuchar a algunos murmurar. 

—Bueno, ya tenemos desayuno para mañana. 

—Nos lo ha dejado fácil, ¿vamos ahora? Antes de que otro grupo se nos adelante. 

En pocos segundos aquel rubio se vio rodeado por dos chicos y una joven, dándose cuenta de que se encontraba en una situación un poco desfavorable. 

—¿Qué? —inquirió con rabia y  mirándoles mal al sentirse acorralado.

—¿Eres nuevo, no? —preguntó uno de ellos—. Así que creo que es hora de darte una bienvenida. 

—No sé de qué mierda me estás hablando —respondió optando por ignorarles por completo e intentar pasar por ellos, pero siendo interceptado en el intento. 

—Eso ha sido un poco maleducado de tu parte, ¿no? 

Por otro lado, el otro schiavu que también acababa de llegar, Todoroki Shouto, parecía no importarle demasiado la situación en la que estaba; se había limitado a apoyarse en una de las paredes para dormir. Desconocía la verdadera situación que le tocaría vivir, pero le daba absolutamente igual; por fin ya no tenía que estar con su padre. 

—Vaya, parece que él mismo ha conseguido llamar la atención... —comentaba Kaminari a lo lejos, sintiéndose un poco mal al ver lo poco que iba a durar el nuevo.

—¿Uh...? —murmuró Jirou con sueño, despertándose por todo el ruido de antes y frotándose los ojos—. ¿De quién son esos gritos...?

—Tenemos a un nuevo un poco agresivo en el calabozo —respondió el rubio.

—¿No podríamos ayudarle? —inquirió Tsuyu consciente de que, en parte, era algo arriesgado; no le conocían de nada y, por lo que habían visto, era bastante maleducado e impulsivo. 

—Uhm... —dudaba Denki, cerrando los ojos algo pensativo y considerando lo mejor para ellos; lo importante era sobrevivir, y si podían tener un aliado más sería mejor—. Podemos intentarlo —decidió con una sonrisa.

—Entonces iré yo —respondió la joven de cabello verde, levantándose y dispuesta a intervenir.

Pero antes de que alguno pudiera responder, la voz de Katsuki y el ruido que le siguió, hizo que Asui se detuviera.

Aquel rubio no había tenido problema alguno en derribar a quienes intentaban inmovilizarle. A pesar de que eran mayoría, no habían tenido en cuenta que Bakugou estaba en buenas condiciones. Al contrario que ellos, débiles y delgados por la situación en la que vivían, Katsuki tenía mucha fuerza y siempre se había mantenido en forma. Acababa de llegar, lo que significaba que necesitarían a más personas si querían intentar algo.

—¿Qué? ¿Esto es todo? —inquirió con odio mirándoles por última vez antes de alejarse de ellos. 

La joven había recibido un fuerte puñetazo en el vientre y se hallaba en el suelo, mientras que los otros dos habían recibido patadas en sus partes íntimas por lo que estaban retorciéndose de dolor. 

—Parece... que no necesita ayuda —comentó Kaminari, bastante sorprendido por lo que acababa de ver a lo lejos. 

—¿Qué hacemos? —preguntó Kyouka soltando un pequeño bostezo. 

—Ahora no sé si deberíamos acercarnos a él... —respondió Asui algo preocupada. 

Bakugou, ignorando la multitud de miradas sobre él, se limitó a buscar un sitio en el descansar. Prefería una esquina para más comodidad, pero todas estaban ocupadas y habían muchísimos jóvenes de su misma edad. Sin importarle nada más, decidió apoyarse en la pared más cercana y sentarse para tratar de dormir. 

No obstante, no pudo hacerlo al notar que, a un metro de él, cierto chico de cabello bicolor estaba observándole en silencio. 

—¡¿Qué miras?! —gritó cansado de tantos inconvenientes; deseaba que le dejaran en paz de una vez. 

—Nada —negó con tranquilidad, desviando su mirada y cerrando los ojos. 

Pero cuando Katsuki se confió lo suficiente y también cerró los ojos para dormir, volvió a sentir que le estaban mirando.

—¡MIERDA! ¡¿QUÉ QUIERES?! —se exaltó por completo, girándose hacia el sujeto de cabello bicolor y poniéndose de pie.

Pero, esta vez, no había sido Todoroki. Aquel chico seguía tratando de descansar, pero el grito del rubio le despertó. 

—Algunos intentamos dormir —aplicó con serenidad, provocando que Bakugou se enfadara más de lo que ya estaba. 

—¿Puedo saber tu nombre? 

Era la voz de una chica. 

Asui, aún con dudas al respecto, había decidido que lo mejor era intentar acercarse; y eso había hecho. Katsuki había llamado su atención y, a diferencia de lo que parecía a simple vista, la joven tenía un buen presentimiento.

—¡¿ENTONCES ERAS TÚ?! —se quejó el rubio, girándose y dándose cuenta de la pequeña chica de cabello verde que le observaba. 

—No hace falta gritar tanto —añadió Shouto con los ojos cerrados y volviendo a enfadar a Katsuki. 

Y muchos estaban bastante hartos. Bakugou estaba siendo demasiado ruidoso. Eran como las tres de la madrugada, todos querían descansar y los gritos de aquel schiavu hacían que fuera imposible. Tenían decidido que, al día siguiente, intentarían librarse por completo de él. 

—Solo quiero saber cómo te llamas —insistió la de cabello verde, ladeando la cabeza—. Yo soy Tsuyu Asui, encantada de conocerte —finalizó con una cálida sonrisa. 

[...]

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora