Capítulo 3: ¡No son escoria!

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POV Midoriya Izuku

Se suponía que aquellas 10 monedas de oro las utilizaría para mi propio schiavu, mi nueva familia. Pero actué por instinto y le ofrecí el 90% a Iida para que él pudiera obtener el suyo.

"¿Habrá algún schiavu que cueste 1 moneda de oro...?"

—He aquí Shouto Todoroki, hijo del rey Endeavor —informó aquel vendedor dejando ver al clase baja que Iida había adquirido.

—Mi nombre es Tenya Iida —mi amigo se acercó para ofrecerle su mano a aquel schiavu—, a partir de ahora me perteneces.

—... Bueno —accedió aquel sujeto, que por algún motivo tenía la mitad de su cara con una horrible quemadura, sin mostrar mínimo rasgo de expresión en su rostro y estrechándole la mano.

Iida se despidió de mí mientras se alejaba junto a su nuevo schiavu.

—Disculpe —dije algo nervioso a uno de los vendedores—, ¿hay algún clase baja que cueste 1 moneda de oro? —opté por preguntar.

—Eh... lo sentimos —me comunicó aquel señor—. La escoria más barata que tenemos vale 2 monedas.

"¿Escoria...?"

—¡No son escoria! —exclamé con decisión a los pocos segundos—. ¡Son personas como todos nosotros!

—Chico, si no vas a comprar nada mejor lárgate —aplicó con ira; parecía que no le había gustado que le respondiera de aquella manera.

—De acuerdo... —acepté sin opción alguna y di media vuelta para regresar a mi hogar.

No tenía sentido iniciar una discusión en frente de tanta gente, solo llamaría la atención y podrían acudir algunos guardias y meterme en un buen lío. 

POV Narradora

[En el calabozo]

—¡¿Es verdad lo que estoy viendo?! —exclamó Monoma—. ¡Todos se han ido y te has quedado solo! ¡JAJAJAJAJA! —prosiguió señalando a Bakugou y burlándose.

—¡¿QUIERES MORIR O QUÉ?! —gritó Katsuki al oír lo que Neito le decía.

Se levantó y acercó a gran velocidad hacia el causante de sus burlas, arremetiendo contra él y perdiendo la poca, por no decir nula, paciencia que tenía.

—¿Acaso vas a provocar otro conflicto de nuevo? —preguntó Monoma con una sonrisa—. ¡Acéptalo, nadie te va a comprar!

Pero Bakugou ya estaba harto de todo esto. Maldijo en voz baja y soltó a Neito, el cual tenía alzado por el cuello, para alejarse de la multitud y aislarse en uno de los rincones.

—¿Qué le pasa? Siempre causando problemas... —se podía escuchar la voz de uno de los muchos schiavus que se hallaban en el calabozo.

—Da miedo y no sabe controlarse —se oían murmullos.

—Es de lo peor...

—Por eso a nadie le importa.

—Parece que lo han dejado solo, podría ser nuestra oportunidad.

Únicamente comentarios negativos en su contra y la nueva posibilidad de ser atacado por otros grupos de schiavus. 

Las únicas personas a las que pudo considerar como una verdadera familia ya no estaban.

—Qué puto asco... —susurró sentándose en una esquina.

[...]

Midoriya ya había aceptado su situación y se dirigía hacia su hogar mientras caminaba cabizbajo y sumido en sus pensamientos.

"¿Tan malo es no pagar los impuestos del reino?

¿De verdad por una cosa así ya estás condenado de por vida?

Ojalá pudiera cambiar todo eso..."

—¡Oye, tú! —se pudo escuchar a lo lejos.

Izuku, pensando que no se referían a él, siguió avanzando.

—¡Espera! El... ¡el chico bajito y con pecas! —continuó aquella voz.

"¡¿Bajito?!"

—Eh... ¿está hablando conmigo? —preguntó Midoriya bastante incómodo y más al darse cuenta de que la persona que le había llamado así parecía medir poco más de un metro.

—¡Sí! —respondió aquel señor con una sonrisa—. ¡Soy Gran Torino, uno de los vendedores!

"¿En serio se llama "Gran" Torino...? Qué nombre más raro."

—Y... ¿qué quiere de mí? —prosiguió Izuku cada vez con más ganas de regresar a casa.

—¡Tu moneda de oro! —contestó poniendo una mano abierta delante del joven pecoso, a lo que este instintivamente retrocedió sujetando con fuerza su cartera.

—¡N-No te la daré! —defendió Izuku.

—¡Me refiero a que quiero venderte a un problemático clase baja! —explicó mejor, logrando tranquilizar a Midoriya.

—¿En serio? Pero solo tengo una mone... —el chico de cabello verde se detuvo al analizar lo que dijo Torino—. Espera, ¿a qué te refieres con problemático?

—¡Te lo explicaré mientras avanzamos! —aclaró dirigiéndose de nuevo hacia el mercado.

[...]

Mientras tanto, Uraraka ya había llegado a casa y traía cierta sorpresa para sus padres.

—¡Mamá, papá! —exclamó realmente feliz mientras habría la puerta de su humilde morada.

—¿Qué sucede? —su madre le dio la bienvenida con una sonrisa fingida, la cual se borró en milésimas de segundos al ver que había cierta persona detrás de su hija.

—¡He comprado a una schiavu! —informó haciéndose a un lado para presentarla—. ¡Se llama Tsuyu Asui! ¡Va a ser genial! ¡Haremos un montón de cosas juntas y también...!

—Ochako... —interrumpió la señora con cierta amargura en su voz—. Tenemos que hablar.

Aquellas palabras destrozaron por completo toda la alegría que sentía la joven de cabello castaño.

—¿Qué quieres decir...? —preguntó con temor y, por el tono de su madre, era consciente de que no eran buenas noticias.

—No puedes... —su madre hizo una pausa tratando de buscar las palabras adecuadas para no herir a su hija, pero consciente de que tenía que decirle la verdad—. No podemos mantener a un schiavu.

Al escuchar aquello Tsuyu, con cierto temor, se escondió detrás de Ochako.

—¿Por qué? —siguió interrogando la joven de clase media—. ¿A qué te refieres con eso...?

—Tu padre... ha perdido su trabajo —explicó con dolor y la mirada baja—. No hemos podido pagar los impuestos de este mes.

—No me digas que eso significa que... —Uraraka sabía perfectamente la respuesta.

—Mañana vienen los nobles a tallarnos una X en la mano derecha... —completó su madre con lágrimas en los ojos—. Vamos a convertirnos en schiavus —finalizó rompiendo en llanto.

[...]

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora