Capítulo 53: Solo llegarán más problemas a tu vida.

2.4K 419 159
                                    

Izuku no sabía cómo sentirse en ese momento. No sabía si suspirar de tranquilidad o tragar saliva asustado por el encuentro que estaba presenciando.

—Ah... —optó por murmurar para levantarse y, nervioso, dirigirse lentamente hacia aquellos dos.

Aizawa se giró en seguida al notar cómo Izuku se acercaba.

—Así que... ¿este es tu schiavu? —finalizó algo enfadado por la personalidad tan problemática de Katsuki.

[...]

El joven de cabello verde dirigió su mirada con cierto nerviosismo hacia el hombre que parecía bastante aterrador por cómo le estaba mirando.

—Sí... jefe —afirmó mientras se rascaba una mejilla algo atemorizado—. Se llama Kacch... Katsuki Bakugou.

El mencionado sujeto se limitaba a mirar mal, frunciendo el ceño cada vez más, al superior de Midoriya, el cual también parecía estar analizándole.

—¿Qué mierda quieres? —comentó Katsuki después de chasquear la lengua—. Parece un puto vagabundo —finalizó girándose con rabia.

Izuku se llevó una mano a la frente totalmente avergonzado.

No quería ver.

No quería ver cuál había sido la reacción de su jefe.

—Suficiente —suspiró Aizawa cerrando los ojos para luego agarrar de la muñeca a Bakugou—. Al trabajo —terminó, mirando a ambos jóvenes como si fuese el mismísimo demonio.

—¡Mierda! —se quejaba Katsuki mientras trataba de soltarse del agarre de aquel hombre, el cual le arrastraba con gran facilidad mientras Izuku caminaba por detrás con nerviosismo—. ¡NO TOQUES, BASTARDO! —seguía insistiendo cada vez más, colmando poco a poco la mínima paciencia de Aizawa.

En un segundo de rabia, soltó el agarre de la muñeca para sujetar a Katsuki por el brazo, concretamente por las vendas que le cubrían cierta zona.

Un quejido de dolor y un brusco movimiento por parte de Bakugou fue suficiente para hacer entender a Aizawa que, quizás, no tuvo que tocar ahí. Rápidamente soltó el agarre y se giró para ver la situación.

—¡Kacchan! ¡¿Estás bien?! —se sobresaltó Izuku al percatarse de aquello, acercándose con gran preocupación hacia Bakugou y pasando una mano, con temor, por el hombro de su schiavu.

Ni un solo segundo de contacto y Katsuki se había alejado con rabia, rechazando por completo la preocupación que sentía su dueño y apretando los dientes tratando de ocultar el dolor que había sentido.

A pesar de que gracias a Kirishima ya no había problema alguno con las heridas que tenía, era necesario dejar pasar el tiempo para que pudieran cicatrizar.

Aizawa suspiró y se llevó una mano a la frente con cansancio; la situación de Midoriya, al parecer, era un poco complicada. Todo era más complicado de lo que esperaba.

—Deberías aprender a controlar a tu schiavu —se limitó a decir el de cabello negro antes de girarse y decidir regresar a la herrería—. De lo contrario, solo llegarán más problemas a tu vida —finalizó.

Katsuki solo miraba con enfado a aquel hombre que se alejaba tranquilamente; Izuku se mantenía algo cabizbajo, sin poder acortar la distancia que pensó que había disminuido entre él y Bakugou.

—Si quieres puedes quedarte en casa —dijo el de cabello verde con cierta tristeza en su voz—. No estás obligado a venir conmigo. Además, es cierto... tus heridas aún no están en las condiciones adecuadas para...

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora