Capítulo 11: Quiero que nos llevemos bien.

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POV Midoriya Izuku

Pude ver que se sentía solo...

—Torino —comenté girándome para ver al vendedor que se acercaba a su ritmo hacia mí—. Lo quiero.

Desde que vi a aquel schiavu, supe en seguida que deseaba tenerle conmigo.

—Vaya, entonces supongo que es hora de cerrar el trato ahora mismo —respondió Torino sacando una hoja de uno de sus bolsillos; al parecer era el contrato—. Katsuki Bakugou —sentenció llegando al lugar en el que yo estaba y mirando al schiavu que se hallaba despierto mientras nos analizaba con el ceño fruncido—. Un clase media requiere de ti.

Dicho esto, aquel clase baja se levantó y acercó hasta la puerta con rejas. No sé si había sido una coincidencia el que el resto de schiavus estuviesen profundamente dormidos a excepción de él.

Torino abrió la puerta más cercana con una llave y a los pocos segundos pude estar frente a frente ante la persona que a partir de ahora sería mi familia.

—Bueno, supongo que eso es todo —comentó el vendedor con una sonrisa mientras nos guiaba hacia la salida.

A pesar de ser lo que siempre estuve deseando, estaba bastante nervioso. Ni él ni yo dijimos algo; Torino era el único que hablaba mientras subíamos las escaleras para retirarnos de una buena vez de ese lugar.

—Aquí está el contrato —finalizó entregándome aquel documento y luego poniendo su mano derecha abierta ante mí—. La moneda.

"¡Ah, es verdad!"

—¡A-Aquí está! —balbuceé buscando en mis bolsillos la dichosa moneda de oro; la situación me pudo y los nervios me afectaron.

—Con esto último queda cerrada la venta —informó el vendedor después de hubiésemos llegado de nuevo a la superficie—. Espero que no comentes nada sobre que a estas horas realicé el trato —terminó y se despidió con una sonrisa.

Solo quedamos aquel schiavu, yo y un silencio realmente incómodo que solo empeoró mi nerviosismo.

—B-Bueno... —susurré tratando de sacar algún tema—. Creo que debo llevarte a mi casa...

No hubo respuesta por parte del contrario. Solo me miraba con el ceño fruncido e ignoraba mis comentarios.

—¿V-Vamos? —pregunté poniéndome de camino hacia mi hogar e incitándole a seguirme.

Se limitó a chasquear la lengua, poner las manos en sus bolsillos y adelantarme. Literalmente, se había colocado delante de mí y avanzaba sin saber siquiera dónde vivía yo.

—Eh... ¿Katsuki Bakugou, verdad? —opté por decir al ver lo que hacía—. Creo que es mejor que yo...

—No me des órdenes —aplicó con rabia en sus palabras.

"Creo que ahora entiendo lo que dijo Gran Torino."

—¿Y bien? ¿Dónde está tu puta casa? —continuó girándose y mirándome a los ojos con cierto desprecio.

"Tan soez..."

Suspiré con tristeza sin saber muy bien cómo actuar en una situación así. No sabía que de verdad sería algo tan problemático.

—Sabes... —cambié de tema ignorando su pregunta—. De verdad quiero que nos llevemos bien.

—Me importa una mierda lo que quieras —respondió con un tono hostil—. Quiero dormir de una maldita vez.

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora